Todo ello ha permitido poner freno a hábitos que hoy parecen ser innecesarios y, a su vez, romper paradigmas frente al estilo de vida. Seguro para muchos vendrán cambios profundos.
En la reciente coyuntura de pandemia, nos enfrentamos a múltiples reflexiones asociadas a los cambios en distintas esferas de la vida como consecuencia de la crisis, solo por hablar de uno, los hábitos de consumo.
Por estos días los hábitos de consumo de muchas personas son atípicos debido a factores como el teletrabajo, la cuarentena en casa, la optimización del gasto ante tiempos inciertos o sencillamente porque se afronta una reducción de los ingresos. Son semanas en las que debemos probar ser capaces de vivir con lo necesario, y algunas personas les viene haciendo sentido en la medida que todo ello ha permitido poner freno a hábitos que hoy parecen ser innecesarios y, a su vez, romper paradigmas frente al estilo de vida. Seguro para muchos vendrán cambios profundos.
En su reciente libro, Crisis, cómo reaccionan los países en momentos decisivos, el autor norteamericano Jared Diamond identifica como una de las cuatro problemáticas que tienen potencial de ocasionar daños a escala mundial es el agotamiento de los recursos naturales en razón de las tasas de consumo y la competencia entre países por asegurar su control. El autor indica que la tasa media per cápita de consumo de recursos como petróleo y metales, así como la tasa media per cápita de producción de residuos como los plásticos y gases de efecto invernadero, son 32 veces superiores en el primer mundo que en los países en vías de desarrollo. Parte del problema consiste en que con las tasas de crecimiento poblacional de los países en desarrollo y el esfuerzo de éstos por lograr niveles de vida de referentes como Estados Unidos, pueden generar que la presión sobre los recursos naturales incremente a niveles insostenibles. Los límites planetarios son una realidad científicamente probada.
Nuestras tasas de consumo y de generación de residuos se relacionan más a las de los países en desarrollo, pero el estilo de vida norteamericano nos sigue, siendo aún un referente muy atractivo. Según cifras del 2019 del Área Metropolitana, los residuos generados en el Valle de Aburrá son del orden de las 3.015 toneladas al día, clasificados como materia orgánica alrededor de 1.689 toneladas, 364 de papel, 273 de plástico, 107 de vidrio, 96 de cartón, 95 de textiles, 87 de peligrosos, 36 de metales, y clasificados como otros residuos 246 toneladas. De todo ello, el 81% tiene como disposición final el relleno sanitario, y el 14% son residuos sólidos reciclados, un 5% restante se clasifica como pérdidas y otros. La Política para la Gestión Integral de Residuos Sólidos estima que cerca del 90% de los residuos tienen potencial de aprovechamiento, pero actualmente entre el 80% y el 90% van a los rellenos sanitarios.
Si bien es poco probable que el consumo en Colombia disminuya, la variable de mayor control sobre la que podemos tomar medidas es la disposición de los residuos sólidos. El 90% constituye una gran oportunidad para muchos sectores de la sociedad. La economía circular establece de esta forma una solución razonable en tiempos de crisis para replantear los hábitos de consumo y para enfrentar el cuarto problema que nos refiere Diamond, el agotamiento de los recursos naturales.
Por último, y no menos importante, la población de recicladores se enfrenta a una situación de mayor vulnerabilidad en materia de seguridad alimentaria ante la imposibilidad de poder ejercer sus actividades. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Medio Ambiente, en la ciudad tenemos aproximadamente 4.000 recicladores y 17 organizaciones de recuperadores. Hoy todos nos enfrentamos a una dificultad por la salud y la economía, es decir, entre la vida y los medios de vida, siendo un dilema de orden vital para los grupos vulnerables. Es imperativo implementar acciones por la seguridad alimentaria de todos, entre ellos, la población de recicladores. Es así como en Socya estamos volcados a la acción, con aliados que tengan como propósito sumarse a proteger al planeta desde el aprovechamiento de los residuos reciclables, pero también enfocados a buscar iniciativas que permitan la seguridad alimentaria de esta población.
* Director Gestión de Proyectos, Fundación Socya, socya@socya.org.co