Una mayoría de rostros nuevos domina el recinto de plenarias de la diputación antioqueña.
Al ingresar al recinto de plenarias de la Asamblea de Antioquia la primera impresión o impacto visual que produce la diputación, es la gran cantidad de rostros desconocidos o mejor nuevos ocupando las curules.
Y esta visualización confirma en vivo y en directo uno de los principales hechos políticos que provocó la elección en octubre del 2019 de esta corporación, la renovación en la composición de los diputados de Antioquia, pues de un total de 26 corporados, quince no hicieron parte de la Duma seccional en el periodo pasado, trece de ellos son completamente nuevos y dos retornan de temporadas pasadas, mientras que once lograron sobrevivir en sus escaños.
Esto quiere decir que en el departamento, representando a las subregiones, está surgiendo una nueva generación de dirigentes políticos que vienen a la capital a defender a sus habitantes y electores, a buscar que su desarrollo quede plasmado en el plan de desarrollo regional, a plantear problemas y soluciones, pero también para que ellos mismos se abran paso y se hagan conocer en el difícil y culebrero camino de la política de Antioquia, pensando ascender posibles escalones en el Ejecutivo o en el legislativo bogotano.
Políticamente ya se conoce desde los resultados electorales de octubre pasado la distribución partidista de la diputación.
Pero lo llamativo de eso, mirando desde la tarima de la mesa principal, es palpar como la bancada de ocho diputados del Centro Democrático, CD, ocupan, en el costado o lateral izquierdo casi la mitad del semicírculo del pleno.
Este predominio cuantitativo demuestra cómo ha cambiado la política colombiana en los últimos 40 años, pues comenzando los años 80 y los 90, esas mismas curules eran del dominio bipartidista, repartidas entre liberales y conservadores, que colmaban casi todo el redondel plenario, tanto en la clásica Duma de Calibío como después en los primeros años en el salón actual en La Alpujarra, con la excepción de algunas esporádicas disidencias de esos tiempos.
Hoy los disminuidos rojos y azules, en el costado derecho, están al frente de los uribistas, pero sumados los dos partidos ocupan con nueve diputados casi el mismo espacio de sus homólogos del CD, hacia donde cogieron varios exliberales y exconservadores hoy vecinos.
Entre tanto y de frente a la mesa directiva conviven las curules de partidos como la U, Cambio Radical, los Verdes, la ASI y el sorprendente y primíparo Mira, pues los polistas conservan su único enclave en un extremo del costado izquierdo, como sus posturas, e irónicamente muy juntico a sus rivales ideológicos de la derecha-centrista del CD. Todas estas formaciones minoritarias con nueve diputados completan el mosaico asambleísta.
El Oriente y Bello son la subregión y la ciudad con más diputados.
Desde la provincia
Ya acotábamos la importancia de la Asamblea Departamental por la representación subregional que tienen los diputados.
Por ejemplo se destaca el Oriente de donde son oriundos los diputados de Rionegro, Gregorio Orjuela y El Risas Jorge Humberto Echeverri. De El Retiro Luis Gabriel Gómez, Roque Arismendy de San Vicente, José Luis Noreña de La Ceja y Juan Esteban Villegas de Cocorná. En total seis.
En este mismo sentido llama la atención la abundante vocería bellanita en la Duma con cuatro diputados y cada uno de un partido distinto. El más veterano de ellos en el cambiorradical Alex Osorio mientras los otros tres son los debutantes Juan Camilo Callejas del conservatismo, el liberal Jonathan Roldán y el uribista Diego Díaz.
También existe la curiosa coincidencia que el Norte antioqueño tiene dos diputados y ambos de Entrerríos. Son el exalcalde en dos ocasiones Jairo Ruiz, del partido de la U, y la liberal María Eugenia Lopera, quienes han sido socios y rivales políticos en su amañador terruño.
En este cuatrienio la representación de Urabá la personifican dos diputados que se estrenan en la Asamblea y que contrastan en su piel. El negro de Turbo es Daflis Romaña y el blanco de Apartadó es Camilo Calle, un fogoso joven quien llegó hablando hasta por los codos en las plenarias y fue el primero en regañar a sus compañeros.
La defensa del Suroeste cafetero antioqueño quedó reducida al médico Jorge Iván Restrepo, hijo del recordado Iván Restrepo, quien por muchos años lideró el Encuentro de Dirigentes de esta subregión.
El Nordeste tiene al liberal Luis Carlos Ochoa, el diputado más votado; y al ya muy experto político conservador Jaime Alonso Cano. El Bajo Cauca a Néstor Mauricio Caly hasta el momento muy callado o prudente y el Magdalena Medio se la juega con el muy dialéctico diputado del Polo, Luis Eduardo Peláez, de enorme protagonismo en los debates.
Lea: Escrutinio Asamblea de Antioquia (2020 – 2023)
El Valle de Aburrá presenta además de los diputados bellanitas a Álvaro Múnera, Verónica Arango, al envigadeño Juan Carlos Palacio, al actual presidente Rubén Darío Callejas y al itagüíseño y médico Rogelio Zapata.
Como es obvio en las plenarias sobresale el sombrero de Andrés Guerra, quien dice que es de toda Antioquia y acaba de declinar un puesto nacional, al tiempo que Rodrigo Mendoza, aunque reside en Bello, tiene sangre del Nordeste y fuerte vinculación con Andes.
En la actual Asamblea volvió a reinar el machismo, pues sólo hay dos mujeres, mientras que la profesión que más predomina es la de abogado que ejercen once diputados, seguidos por dos médicos y dos ingenieros, que comparten con un educador físico, un analista de costos, un administrador de empresas y un animalista, entre otras actividades.
Los veteranos
Con la no elección de Jorge Honorio Arroyave, el abogado del Partido de la U, Rodrigo Mendoza, es hoy el diputado más veterano de Antioquia con seis periodos.
Le siguen con cinco temporadas Juan Esteban Villegas, con cuatro Jaime Cano y con tres Rogelio Zapata.
Entraron a su segundo cuatrienio en la Asamblea, Luis Carlos Ochoa, Rubén Callejas, Alex Osorio, José Luis Noreña, Jorge Iván Restrepo, Roque Arismendy y Luis Eduardo Peláez.