No se sabe a partir de cuándo, pero hace mucho tiempo se le empezó a llamar al cerro en el que está asentada la Comuna 8 como el Cerro Pan de Azúcar. ¿Por qué? Cuentan en Medellín que desde lejos se divisaba este cerro en forma de ‘pan cubano’ y además su cúspide se veía blanca, como un un cerrito de azúcar, de ahí salió el nombre de Pan de Azúcar.

En medio de una mezcla de infraestructura y naturaleza, el Jardín Circunvalar se construyó allí conectando los barrios 13 de Noviembre, Llanaditas, Los Mangos, El Pinal, La Libertad, Villatina, San Antonio y la vereda Piedras Blancas de Santa Elena, constituyéndose en un nuevo espacio urbano. De esta forma, además, se tejieron lazos de inclusión y paz en las comunidades del oriente de Medellín.

Zona de encuentro entre lo urbano y lo rural

Entre caminos ecológicos, plazoletas, zonas de pícnic y miradores para disfrutar de la impresionante panorámica de Medellín, este lugar permite a sus visitantes conectarse con la naturaleza y respirar un mejor aire.

Cuenta con dos ejes de movilidad, la Ruta de Campeones, con 4 km. habilitados de los 9 km. que se pudiera extender, y el Camino de la Vida, con una extensión de 5 km. habilitados de 11 km. posibles. Este se creó para eliminar las barreras entre los barrios, su nombre indica que con la creación del Jardín Circunvalar se abrió en la zona un camino hacía una nueva vida de paz y convivencia, una forma de cortar con las delgadas líneas invisibles que se crean en los barrios de Medellín.

Contó la guía del lugar Cindy Castañeda que sus obras frenaron la expansión urbana y crearon una barrera para impedir las invasiones en esa ladera de La capital de la montaña.

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Al caminar por sus senderos se pueden ver niños descendiendo en sus bicicletas a alta velocidad, lo hacen con mucha seguridad y no le temen a caer por abismos, pues los árboles erigidos allí sienten ellos que cumplen la función de custodiar sus vidas. Así lo hacen también las plantas y flores que yacen en sus jardines, las mismas que se han convertido en insumos para las plantaciones de las casas vecinas, aunque, como lo manifestó doña Clara, quien vive en Llanaditas, se debe tener cuidado con no afectar a las plantas cortándole los hijitos, “pues no queremos tampoco acabar con el jardín del cerro”, dijo.

Por su parte, Juan Esteban Barrios, profesional Ambiental de la EDU (Empresa de Desarrollo Urbano), entidad a cargo de la construcción del lugar, declaró que el proyecto del Jardín Circunvalar fue una “estrategia de planificación y de transformación integral de largo plazo que se pensó para consolidar un territorio ordenado, equilibrado y equitativo en la zona”.

Y es que claramente lo que hay allí es un espacio de encuentro entre lo urbano y lo rural.

Se puede llegar en transporte público, como lo hizo Edilma Cañas, transeúnte del lugar, quien todos los jueves ingresa a este Jardín desde El Plan, lugar de partida del Camino de la Vida: “Uno se puede venir en la ruta 106 de la empresa de transporte Cootransmallat”, dijo. Al ser cuestionada por dónde cogió este bus indicó: “Es muy fácil, en Maturín con Niquitao pasa”. Cabe añadir que esta ruta también se puede coger en La Minorista, debajo del puente peatonal por la calzada derecha en sentido Sur-Norte.

Lo anterior fue sólo un ejemplo de cómo llegar, pues comprendiendo que une a siete barrios y a una vereda de la ciudad, son más los caminos que conducen a esta ladera de Medellín.

Tiene una altura de 2.138 mts. con una extensión de 105 msnm (metros sobre el nivel del mar). Es el más alto de los siete cerros tutelares de Medellín y está compuesto con una roca oceánica llamada Dumita.

Esta unión de senderos y caminos cuenta en su extensión con siete ecoparques: Las Golondrinas, La Cima, 13 de Noviembre, Mirador de La Cruz, Tinajas, La Castro y La Sierra.

Una des sus insignias es la casa patrimonial del Ecoparque Golondrinas, pues esta hace 102 años fue construida en tapia y el lote en el que yace se llama El Bosque.

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El lugar es un mariposario al aire libre, las Verbenas y las Pencas plantadas allí atraen las mariposas y por donde se camina se ven Monarcas (especie que en sus alas presenta un patrón de colores naranja y negro), la Cartero (es azul con negro), la Cebra (es negra con blanco) y la Chocolate (naranjada con rayas café). Estas son las especies propias del cerro.

No se puede dejar de mencionar a las mariquitas, que caminan libremente entre hojas, troncos y piedras, entre otros insectos, roedores o animales rastreros que tienen como hábitat lugares como este.

Además, en sus caminos ecológicos se perciben árboles como Noros, Arrayánes, Balazos, Verbenas Blancas, Verbenas Rosadas, Verbenas Moradas, Romeros, Maracuyás Silvestres, Fresas Silvestres y Moras Silvestres. Igualmente, están plantados Guayabos, Salvias Rojas, Tangos, Sangrías, Helechos Marraneros y Fiques, una plantación pirorresistente que permite crear barreras para que no se expanda el fuego en caso de un incendio.

Estas son los árboles y plantas que se adaptan a los pocos nutrientes que dejan los pinos, que fueron sembrados por los pobladores en tiempos pasado para sacar madera. Esta práctica se acabó cuando el municipio de Medellín se apropió del cerro y lo declaró como patrimonio forestal, con lo cual se prohibió la tala.

Los pinos del lugar son Ciprés y Pátula.

También cuenta con programas de recuperación arqueológica, en el lugar se tienen siete zonas con una extensión de 167 hectáreas de este tipo, donde se han recuperaron vallados, corrales, terrazas, canales de agua y pozos de aguas.

Este Jardín está vigilado por seguridad privada y en él se incentiva el civismo.

Espacio de “conexiones naturales”

Mariavé Cuellar subió el pasado jueves al Pan de Azúcar para ejercitarse junto a su fiel compañera Mina, una Bichón Habanero, cuyo pelaje ondulado estaba lleno de material ecológico y pequeñas plantas, tras haberse revolcado en una de las zonas de manga del Jardín Circunvalar.

Esta alegre perrita es fiel visitante del cerro, pues su ama disfruta ejercitarse con ella los días en semana en que su trabajo se lo permite.

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Cuellar destacó de la infraestructura del lugar “lo bien mantenida que está”, a su parecer caminar por sus senderos es agradable. Al punto “que perfectamente tu puedes renovarte mentalmente del trajín que encierra lo urbano. Estando acá siento que mis energías se transforman y que lo verde del paisaje y las piedras del camino, dan la sensación de tranquilidad”.

En este Jardín también hay un vivero con plantas aromáticas, y precisamente se creó con este tipo de plantas para recuperar las creencias de las abuelas.

Igualmente, con un Lombricultivo se está contribuyendo en este lugar con reciclar desechos orgánicos produciendo un abono natural, que fortalece los jardines de todo el cerro.

En este ambiente rural y urbano se han encontrado armadillos y ardillas, y ni hablar de la cantidad de especies de aves que se avistan.

Allí, un domingo los guías pueden estar atendiendo hasta ocho grupos de 60 personas en cada turno, y son 6 guías por día, por mencionar sólo un estimado de visitantes. Y es precisamente el domingo el día en el que el Jardín Circunvalar se llena.

Los guías hacen parte de la Corporación Parque Arví y fueron contratados mediante presupuesto del gobierno local.

“Llegan visitantes de Brasil, España, Estados Unidos; de aquí mismo, como de El Poblado o Robledo; de otros municipios o ciudades de Colombia”, resaltó Cindy Castañeda.

Crecimiento hacia el eje vial del río

Algunos proyectos de infraestructura que se adelantan en Medellín, como la etapa 2B de Parques del Río, definió al río Aburrá como el eje estructurante del desarrollo urbano de Medellín y el de todo el valle de Aburrá.

Se trata de un énfasis arquitectónico en la zona plana y considera la protección de las laderas de Medellín.

Precisamente el mismo Parque del Río y el Cinturón Verde, en el que está incluido el Jardín Circunvalar, nacieron como límites entre lo urbano y lo rural, para controlar los asentamientos por fuera de esta línea.

Parques del Río es una experiencia para compartir en familia. Allí se ofrecen diferentes formas de movilidad, diversión y encuentro.

Su diseño, el paisajismo y la vegetación, confluyen en un corredor de movilidad verde que tiene como principal eje el ambiente y el espacio público, favoreciendo el encuentro de los ciudadanos.

Corredores Verdes

Son un proyecto de integración ecológica que lo que busca es generar una conectividad para el tránsito de las especies tanto de fauna como de flora de la ciudad y que permiten el reverdecimiento de Medellín.

Consisten en la siembra de árboles acompañados de arbustos, palmas y coberturas verdes.

Declaró la secretaria de Infraestructura de Medellín, Paula Palacios, que estos implican que en corredores ya identificados como de importancia estratégica y ecológica se haga siembra de jardines y reemplazo de pisos duros por pisos blandos, para además contribuir con la Política de Drenajes Urbanos y mejorar la condiciones y características de absorción de los suelos.

No son solamente corredores viales, son corredores también en quebradas que permiten que estos cauces naturales sean integradores entre parques y cerros tutelares.
Actualmente se desarrollan en vías públicas, sobre la Avenida Oriental, la Avenida El Poblado, la Avenida Guayabal y la Avenida Ferrocarril. Próximamente iniciarán en Los Huesos, Argentina y Echeverri.

Propósitos

Tener unas mejores condiciones de hábitat son los propósitos de los Corredores Verdes, esto se verá reflejado en la contribución que tienen los nuevos árboles y las nuevas especies a la producción de oxigeno, a la reducción de la sensación térmica, el fortalecimiento de las especies existentes, además de las condiciones de drenaje en los suelos y la sensación térmica.

El proyecto inició el año pasado con una inversión de $15.000 millones y durante este año año se tendrá la ejecución del mismo monto, además se proyecta una cifra igual para 2019.

En materia de ejecución de obras de tipo ambiental, durante este año se tiene un componente adicional y es que se dispusieron cuadrillas en cada una de las comunas de la ciudad trabajando en el mantenimiento de jardines y árboles, un mantenimiento que lo que busca es fortalecer zonas verdes de ciudad que se integren con los parques que hacen parte del proyecto 100 Parques para Vos y con el proyecto de conexión de cerros tutelares, con el que se cierran los planes de obras ecológicas en Medellín.

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