El ministro de Exteriores saudí, Adel al Yubeir, llegó hoy a Bagdad, siendo el primer jefe de la diplomacia del país que lo hace desde 1991, en una visita que marca un acercamiento entre el reino suní y el Gobierno chií de Irak.
Al Yubeir realizó una visita sorpresa, la primera de un alto cargo saudí desde la caída del dictador iraquí Sadam Huseín en abril de 2003.
En un encuentro con el primer ministro, Haidar al Abadi, ambos plantearon la necesidad de realizar más esfuerzos en la lucha antiterrorista, en concreto contra el grupo yihadista Estado Islámico (Ei).
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Asimismo, abordaron las medidas necesarias para reforzar las relaciones bilaterales en todos los ámbitos, según un comunicado de la oficina de Al Abadi.
Al Yubeir felicitó a Irak por las "victorias de sus fuerzas contra el Ei" y expresó el apoyo de su país en esta batalla. Del mismo modo, mostró la disposición del reino de ayudar a Irak a recuperar su estabilidad en las zonas arrebatas a los yihadistas.
El jefe de la diplomacia saudí fue recibido por su homólogo iraquí, Ibrahim al Yafari, con el cual abordó las relaciones bilaterales y la manera de reforzarlas, según un comunicado del ministerio iraquí.
Ambos declararon la importancia de coordinarse para "resolver los problemas que sufre toda la región" de Oriente Medio, según la nota.
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Al Yafari dio la bienvenida a la visita de Al Yubeir y destacó que Irak desea restablecer las "mejores relaciones" con el reino para conseguir intereses comunes y hacer frente a los peligros.
Asimismo, pidió "continuar el diálogo y el intercambio de visitas para construir relaciones fuertes, que sean la base estratégica para tratar los retos que afronta la región".
También aseguró que Irak desea aumentar el intercambio comercial y las relaciones económicas, y para ello pretende reabrir el paso fronterizo de Yumaima y aboga por que se restablezcan los vuelos directos entre ambos países.
Al Yafari también pidió el nombramiento de un nuevo embajador saudí en Bagdad, después de que el anterior enviado, Zamer al Sabhan, tuviera que marcharse por sus declaraciones consideradas "sectarias" y una intromisión en los asuntos del país por parte de algunos grupos políticos iraquíes.
Arabia Saudí reabrió en enero de 2016 su embajada en Bagdad, que había permanecido cerrada más de 25 años, desde que Irak invadió Kuwait en 1990.