La corporada de Río de Janeiro era activista de derechos humanos, socióloga de formación y crítica acérrima de las intervenciones militares en las favelas.
El presidente de Brasil, Michel Temer, calificó este jueves de "extrema cobardía" el asesinato de la concejala Marielle Franco, tiroteada la noche del miércoles en el centro de Río de Janeiro, y ofreció el apoyo de la policía federal en las investigaciones.
"El crimen no quedará impune", dijo Temer en un mensaje en las redes sociales en el que expresó su solidaridad con familiares y amigos de Franco, asesinada cuando regresaba de un acto político y después de denunciar los excesos de la policía en las favelas de Río de Janeiro.
Militante del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (Psol), Franco se había convertido en una dura crítica de la intervención del Ejército en la seguridad de Río de Janeiro, medida que este viernes cumple un mes.
Marielle Franco, socióloga de 38 años y procedente del complejo de favelas de la Maré, era una conocida activista de los derechos humanos y fue la quinta legisladora más votada en las elecciones de 2016 para el Concejo de Río de Janeiro.
El vehículo en el que se encontraba recibió nueve impactos de bala que acabaron con su vida y con la del conductor, mientras que una asesora identificada como Fernanda Chaves resultó herida.
Según la Policía Civil de Río de Janeiro, el ataque fue perpetrado por pistoleros que estaban en otro vehículo y que dispararon indiscriminadamente sin hacer ninguna advertencia y huyeron sin robar nada.
El ataque se produjo un día después de que la concejala volviera a criticar la intervención del Ejército en la seguridad de Río de Janeiro en un mensaje en las redes sociales.
"Otro homicidio de un joven que puede entrar en la cuenta de la Policía. Matheus Melo estaba saliendo de la iglesia ¿Cuántos más tienen que morir para que esta guerra acabe?", se preguntó Franco.