Responsables de Corea del Sur manifestaron que buscarán impulsar un acuerdo de paz con el Norte durante la histórica cumbre entre sus líderes, lo que podría poner fin a la situación de guerra técnica en la que se encuentran los dos países y facilitar la desnuclearización de la península.
El Ejecutivo de Seúl, que en relación a la agenda de la cumbre de la próxima semana solo había mencionado la desnuclearización del régimen norcoreano, reconoció este miércoles que otro de sus objetivos sería empezar a negociar con Pyongyang un "régimen de paz" y el "fin de las hostilidades".
"Entre nuestros planes, estamos considerando la posibilidad de cambiar el armisticio de la península de Corea por un régimen de paz", explicó en las últimas horas un portavoz del Gobierno, lo que iría unido al total abandono de las armas nucleares por parte del régimen norcoreano.
Norte y Sur concluyeron la Guerra de Corea el 27 de julio de 1953 con un armisticio firmado por el ejército norcoreano, China y Estados Unidos en representación del comando de las Naciones Unidas, y que nunca fue reemplazado por un tratado de paz definitivo.
La negociación de la paz se ve por parte de Seúl como el camino para que Pyongyang renuncie a su programa armamentístico nuclear sin temer por la permanencia del régimen.
"Estamos discutiendo cómo aliviar las inquietudes de Pyongyang respecto a su seguridad, y cómo garantizar al Norte que tiene un futuro prometedor por delante si toma la decisión correcta", explicó el jefe de Seguridad Nacional de Seúl, Chung Eui-yong.
La declaración de la cumbre celebrada entre líderes de los dos países en 2007 ya recogía que Corea del Sur y Corea del Norte reconocían la necesidad de poner fin al actual armisticio y declarar el fin de la guerra. Seúl ha sido muy cauto hoy a la hora de referirse a este asunto, que forma parte de la retórica histórica de Pyongyang, y no ha confirmado si en esta ocasión se incluirá un comunicado conjunto tras la cumbre que celebrarán el líder norcoreano, Kim Jong-un y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, el próximo 27 de abril.
La complejidad reside principalmente en que cualquier acuerdo que ponga fin de manera formal a la Guerra de Corea requiere la aprobación de los firmantes del armisticio, por lo que debería ser una negociación a tres o cuatro bandas.
El Gobierno surcoreano explicó que "está consultando" esta posibilidad con Estados Unidos por lo que este asunto podría ser también incluido en las cumbre que tienen previsto celebrar el líder norcoreano y el presidente estadounidense, Donald Trump, a finales de mayo o principios de junio.
En este sentido, el líder de la Casa Blanca apoyó dicha posibilidad en declaraciones realizadas en su residencia de Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida), donde se reunió con el primer
ministro de Japón, Shinzo Abe, en un encuentro también marcado por el diálogo con Pyongyang.
Responsables de "Corea del Sur tienen planes de reunirse con los de Corea del Norte, para ver si pueden poner fin a la guerra y tienen mi bendición sobre eso", afirmó Trump.
En relación a los intensos contactos de cara a las cumbres con Corea del Norte, los medios estadounidenses revelaron que el aún director de la CIA y próximo secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, viajó a finales de marzo a Pyongyang para reunirse con Kim Jong-un.
El viaje secreto tuvo lugar en plena Semana Santa y su objetivo fue acercar posturas sobre el programa de armas nucleares de Pyongyang y las condiciones del encuentro entre Trump y Kim, sobre el que todavía no se ha acordado ni la fecha ni el lugar donde se celebrará, aunque Washington ha reconocido que se barajan cinco escenarios posibles. La revelación del diario Washington Post se produjo después de que el propio Trump desvelara por sorpresa que ya se había producido una reunión de alto nivel entre ambos países.
"Hemos empezado a hablar con Corea del Norte directamente, a niveles extremadamente altos", afirmó Trump. Mientras, representantes de las dos Coreas celebraron este miércoles en su
frontera una nueva reunión preparatoria sobre protocolo y seguridad de cara la cumbre de la semana que viene, para la que ha se han registrado unos 3.000 periodistas, unos 800 de medios
internacionales.