De los 560.000 niños que se estima que padecen desnutrición crónica en Colombia, el 4,9%  están en Medellín y el  6,5% están en el resto de Antioquia, según datos de la Encuesta Nacional del Estado Nutricional –Ensin- 2015. En nuestra primera infancia se juntan el hambre y muchas necesidades más, en un panorama desolador que reclama acciones urgentes de los responsables de hacer prevalecer los derechos de los niños: familia, Estado y sociedad. En atención a este llamado, la causa nacional Gen Cero ha propuesto al Gobierno Nacional el camino del “4 x 4” para bajar la prevalencia de desnutrición crónica del país y reducir un punto porcentual por cada año de Gobierno. Este camino abonará el terreno para que en 2030 este flagelo devastador quede en cero.

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Se trata de una misión exigente pero no imposible. Perú logró en sólo 8 años bajar la prevalencia en desnutrición crónica 15 puntos porcentuales. Está ganando al mal silencioso que impide el crecimiento sano de los niños, obstruye su desarrollo y el de la sociedad; le está ganando a la desnutrición crónica con una estrategia precisa: reconocer la magnitud del problema, establecer una meta nacional, asignar presupuesto nacional y territorial, medir, estimular logros, hacer seguimiento y querer de verdad transformar la realidad de los niños de una vez, para siempre.

En Antioquia tenemos un ejemplo notable, replicable y alentador: Copacabana. En este municipio el Plan Decenal de Salud Pública pasó del papel a la acción y  tiene en jaque indicadores temibles como el bajo peso al nacer, la mortalidad infantil y materna y por eso mereció el segundo puesto en la categoría Gubernamental del 15° Premio por la Nutrición Infantil entregado por la Fundación Éxito recientemente.

Su voluntad política y la conciencia compartida de quienes tienen el deber de tomar decisiones que impactan nuestra primera infancia,  nos muestra con casos como Copacabana que al reconocer los problemas y su contexto, contar con información de calidad y poner en práctica las valiosas indicaciones que ha construido el Estado, sí se obtienen frutos que se traducen en bienestar. ¿Cómo decir que no se puede cuando vemos que sí? Con el “4 x 4” tenemos la oportunidad de catapultar a Colombia y sus regiones con el sello de la equidad y la prosperidad.  

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Los niños de Antioquia y de toda Colombia merecen que se sumen por ellos quienes hoy pueden decidir por su presente y su futuro a través del mapa de navegación para este periodo que es el Plan Nacional de Desarrollo  y la asignación presupuestal que lo soporta.