Un paneo muy político a la situación que presentan los diez municipios del área metropolitana de cara a la elección de sus nuevos alcaldes.
Los quince candidatos para la alcaldía de Medellín, la campaña en Bello con el suarismo en el ocaso y en las sombras, los diez aspirantes en este municipio y también en Copacabana, el duelo mano a mano entre solo dos opciones en Sabaneta, los proyectos continuistas en Itagüí, Caldas y La Estrella y las elecciones en Barbosa tras el peor escándalo de corrupción en su alcaldía son algunos de los parámetros o indicadores que pronostican que los procesos electorales en los diez municipios del Valle de Aburrá por el poder en sus administraciones serán muy agitados y de película.
El bipartidismo liberal y conservador desapareció en el Área Metropolitana y ya son variadas las fuerzas que se disputan la conducción de los diez gobiernos locales.
Por su parte, el uribismo, que no ha sido profeta electoral en esta zona del departamento, la principal de Antioquia, busca resarcirse en las urnas y apoderarse de las administraciones de Medellín, Bello, Envigado, Itagüí y mantener Sabaneta, desafío que no será nada fácil de coronar.
El caso de Medellín sorprendió a todo el mundo, al contabilizar la increíble cifra de quince candidatos inscritos, lo que nunca había ocurrido en los 31 años de las diez ediciones de la elección popular de alcaldes en la capital de Antioquia.
Cuatro bloques se disputan el premio gordo de la política de Antioquia como es la alcaldía de su capital. La política tradicional, el fajardismo fracturado, los alternativos o de izquierda democrática y el bando de los candidatos NN o poco conocidos, al tiempo que las encuestas ya comienzan a hacer estragos y siguen comandadas por el uribista Alfredo Ramos con el muy llamativo segundo lugar del concejal Jesús Aníbal Echeverri. Los demás están desconcertados por sus porcentajes tan bajos.
Tras el reciente cierre de la inscripción de candidatos, Bello y Copacabana le siguieron a Medellín en el número de alternativas, con diez en cada uno de estos dos municipios vecinos del Aburrá Norte.
La explosión de aspirantes bellanitas se debe al nuevo panorama político en esta ciudad y motivado por el ocaso en que parece que entró la denominada Casa Suárez, cuyos miembros están seriamente afectados por decisiones judiciales.
El suarismo no tiene candidato directo y para asombro de muchos repuntó a nombre del conservatismo local la familia Builes y el exgobernador Alberto Builes lanzó la candidatura de su hijo Hugo, sin establecerse quién lo está apoyando o cuál es su verdadera fuerza electoral. Si es el suarismo, pues sería el abrazo del oso.
Entre tanto, el liberalismo quedó sólo reducido a los apetitos familiares del congresista John Jairo Roldán y no tiene candidato.
Por los últimos resultados electorales en Bello, el uribismo pareciera que tiene todas las de ganar, pero su candidato a la alcaldía, Óscar Andrés Pérez, sigue acosado por un viejo litigio judicial, con el fantasma suaristas asustando, que aparece y desaparece, y hoy no se sabe si este aspirante llegue con vida jurídica a las urnas de octubre.
Los demás candidatos están al acecho y dependiendo de si Pérez Muñoz juega o no. Algunos de ellos tendrían posibilidades de triunfar dentro de un electorado anhelante de un cambio en el modelo bellanita. Dos muy interesantes candidaturas son las del excongresista William Ortega y la del médico César Gómez.
Sobre el caso de Copacabana, los observadores de la política de esta municipalidad plantean el favoritismo para repetir alcaldía de Héctor Monsalve, al tiempo que aseguran que su gran rival sería el dos veces alcaldes Diego Echeverri.
No obstante, algunos ven ciertas posibilidades en una tercería entre los ocho restantes aspirantes, que sería el palo de la elección en Copacabana. En tal sentido mencionan el nombre del exconcejal Aníbal Díaz.
Envigado e Itagüí son también dos casos que originan enorme expectativa en torno a si gana el continuismo.
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En Envigado la continuidad está representada por un modelo político que ha puesto a esta ciudad en todo lo alto y como ejemplo administrativo, pese a unas investigaciones de la Fiscalía que no tendrían sustento y que no las han podido demostrar, sobre todo porque no se perdió un peso público.
El candidato favorito Braulio Espinosa, con el apoyo liberal, conservador y de Cambio Radical se mide al uribista Carlos Manuel Uribe, a quien le sindican o le critican un supuesto ausentismo como concejal, lo que le causaría líos jurídicos.
Entre tanto, la tercería envigadeña la vuelve a encarnar Andrés Torres, quien podría estar inhabilitado si se estudia su reciente actuación de participar en un proceso interno de un partido político y como no lo favoreció corrió a inscribirse por otro. En tal sentido el uribismo prepara una demanda.
Además en Envigado se especula que supuestamente personas cercanas a él, lo que debería aclarar, andan interponiendo temerarias demandas contra los otros candidatos, con un pobre sustento probatorio.
El conservatismo de Itagüí y sus aliados presentan la candidatura de José Fernando Escobar, quien tiene el reto de continuar la obra de los dos últimos gobiernos, que tienen un alto reconocimiento.
Sus grandes rivales esta vez serán nuevamente Rosa Acevedo, en su tercer intento de ser alcaldesa, y esta vez con el aval del CD, y el curtido político Bayron Caro, con una muy legítima candidatura.
En La Estrella el proyecto político del congresista Juan Diego Echavarría es ampliamente favorito para triunfar por tercer periodo consecutivo con su candidato Juan Sebastián Abad, quien tiene el apoyo de ocho partidos y de un movimiento ciudadano.
Mientras tanto, en Caldas el panorama está muy complejo o nublado, pero estiman que el triunfo lo podrían lograr el candidato del alcalde Simón Posada o sus durísimos rivales Jorge Mario Rendón y Mauricio Cano, quienes lideran la oposición a los Durán.
El duelo por la Alcaldía de Girardota lo sostendrían como favoritos el exalcalde Luis Fernando Ortiz y Diego Agudelo, mientras que en Barbosa dicen que tras la lamentable actual alcaldía la victoria no saldría de Augusto Gallego o de Juan David Rojas, ambos de origen conservador.
Entre tanto, en Sabaneta habrá un buen mano a mano entre los dos únicos candidatos inscritos, el de la administración y el de la oposición, pero con pronóstico reservado.