Parece que marzo no es solamente  equinoccio de primavera; en este mes no sólo florece la vida; también nacen y florecen los poetas. Para empezar, digamos que el 21 de marzo es el día mundial de la Poesía; fue propuesto en 1999 por la Unesco, y hoy es institucional en muchos países del mundo, tibiamente celebrado en Colombia, denominada, paradójicamente por muchos, “tierra de poetas”.

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Como enamorado de la poesía, de la cosecha de poetas nacidos en marzo, quiero recordar (e invitar a su lectura), a Robert Lowell, poeta estadounidense, premio Pulitzer 1947; Giorgio Bassani, narrador, poeta y ensayista italiano; Josep Maria de Segarra i de Castellarnau, escritor español; Elizabeth Barrett Browning, poetisa inglesa, una de las más respetadas de la era victoriana; Gabriel García Márquez, nuestro escritor colombiano, premio Nobel en 1982, de quien se sabe, también “cometió” versos; Alessandro Manzoni, uno de los mejores poetas y escritores italianos; Leandro Fernández de Moratín, poeta y autor dramático español del siglo XVIII; Joseph von Eichendorff, poeta y escritor, conocido como “el cantor del bosque alemán”, es el poeta lírico más importante del romanticismo alemán; Ángel Saavedra (duque de Rivas), poeta y dramaturgo español, conocido por su famoso drama romántico, Don Álvaro o La fuerza del sino; José Antonio Labordeta, poeta, cantautor y político español. Su canción más famosa es, Canto a la Libertad; Torquato Tasso, poeta italiano conocido sobre todo por su extenso poema épico “Jerusalén liberada”; Gabriele D’Annunzio, poeta italiano; Tirso de Molina, seudónimo de fray Gabriel Téllez, poeta y narrador español; Agustín Acosta, uno de los más célebres poetas cubanos del siglo XX; Giorgios Stylianou Seferiadis, más conocido por Giorgios Seferis, poeta y diplomático griego, premio Nobel en 1963; Théodore de Banville, poeta francés, gran precursor del Parnasianismo; Arturo Capdevila, poeta argentino; Blas de Otero, poeta español, uno de los principales representantes de la poesía social de los años cincuenta; René François Armand Sully Prudhomme, poeta y ensayista francés de la escuela parnasiana, galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1901; Stéphane Mallarmé, poeta francés que figura entre los iniciadores del simbolismo; Héctor Pedro Blomberg, poeta, periodista, argentino; Gabriel Celaya, seudónimo de Rafael Múgica Celaya, poeta español, Premio nacional de las letras españolas 1986; John Updike, escritor estadounidense y autor de novelas, relatos cortos, poesías, ensayos y críticas literarias; Jaime Sabines, poeta mexicano, uno de los más importantes poetas de su país en el siglo XX; Publio Ovidio Nasón, poeta latino; Friedrich Hölderlin, poeta alemán; Luis Palés Matos, poeta puertorriqueño; Jean Paul, seudónimo de Johann Paul Friedrich Richter, poeta y novelista alemán; Nizar Kabbani, poeta sirio; Enrique Badosa, poeta español; Gertrudis Gómez de Avellaneda, poetisa cubana de origen español; Johann W. von Goethe, el más representativo, importante e influyente escritor alemán; Tirso de Molina, seudónimo de fray Gabriel Téllez, poeta y narrador español; José de Espronceda, considerado como el más destacado poeta romántico español; Jaime Sabines, el gran poeta mexicano; Walt Whitman, el gran Whitman, considerado el padre del verso libre y uno de los más influyentes escritores norteamericanos; Xavier Villaurrutia, poeta, crítico literario y dramaturgo mexicano; Santa Teresa de Jesús, escritora mística española; Alexandre Herculano, considerado uno de los más importantes escritores románticos portugueses; Paul Verlaine, poeta francés; sigamos con el siempre recordado César Abraham Vallejo Mendoza, César Vallejo, entre los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX, que vino al mundo el 16 de marzo de 1892, en Santiago de Chuco, y murió en París “con aguacero”, a los 46 años. Y cerremos esta invitación de marzo, con nuestro muy mejicano Octavio Paz, premio Nobel en 1990, para quien “Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía; cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: Ya lo llevaba dentro”.

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