Tras 60 años del plebiscito que puso fin a la guerra interpartidista, EL MUNDO consultó a un grupo de expertos para identificar el legado de la primera jornada electoral en la que la mujer colombiana tuvo participación.
La puesta en marcha del voto femenino, hito que este viernes cumple 60 años de haberse materializado, tiene su origen en el plebiscito del 1 de diciembre de 1957. Este hecho, que según expertos consultados, se trató más de un referendo que de un plebiscito, señaló la incursión de la mujer en la participación democrática y al mismo tiempo se convirtió en la salida para una guerra civil no declarada que había enfrentado por cerca de tres décadas a liberales y conservadores.
El doctor en filosofía, Alfonso Monsalve Solórzano se refirió a este plebiscito como una salida que encontraron las élites del país en momentos de crisis institucional: “Es un hecho de la mayor importancia en la historia de Colombia, puesto que permitió salir de un enfrentamiento muy grande que venían sosteniendo los dos partidos y dejaba cerca de 300.000 muertos. Además lo hizo preservando la democracia, lo cual era un gran logro cuando había tal nivel de confrontación”.
Solórzano destacó, además del acuerdo entre los dos partidos, el hecho de haber sido el primer escenario de participación democrática que incluyó a la mujer; “este es uno de los elementos que mayor valor histórico le otorga al ejercicio democrático del 57, en el Siglo XIX, en épocas de federalismo, hubo un intento de permitir la votación femenina, pero realmente es en el 57 cuando se convoca a la mujeres colombianas a votar por primera vez. Contar el voto femenino es incluir a la mitad de la población en una de las decisiones políticas más importantes que se hayan tomado, como la de decidir terminar una guerra que había golpeado tanto al país”, indicó el analista.
El exministro del Interior, Armando Estrada, agregó que este ejercicio democrático logró algo que hoy se ve lejano, “en Colombia acabamos de salir de un plebiscito que dejó a la población dividida en dos y estamos celebrando 60 años de un hecho que realmente logró un clima de unión en el país y representó una salida a la confrontación tan fuerte que se vivía entonces”.
El planteamiento de Estrada encuentra sustento en la revisión de resultados de aquella jornada electoral de 1957, la cual concluyó con 4’169.294 votos respaldando el Sí, 206.654 marcados a favor del No’ y 20.738 votos en blanco.
La exconcejal de Medellín, Sonia Vásquez, destacó este hecho como el momento en el que las mujeres colombianas se convirtieron en ciudadanas. “Es fundamental entender que el derecho a votar y ser elegidas nos dio una participación muy diferente en la sociedad, de ahí se desprende la incursión de la mujer en nuevos espacios de participación política y ciudadana e incluso invita a explorar nuevas carreras en lo profesional, configurando un cambio simbólico donde la mujer es tomada como sujeta política y deja de ser vista únicamente como reproductora”, dijo.
Al respecto Santiago Leyva, jefe del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de la Universidad Eafit, indicó que si lo único que hubiera dejado el plebiscito fuera la aprobación del voto femenino, “por ese solo hecho ya habría valido la pena porque garantizó el acceso a la democracia de la mitad de la población en un país donde teníamos una ciudadanía restringida al 50% de los habitantes”.
Leyva apuntó al plebiscito como un suceso que permitió el acceso al poder de forma intercalada, lo cual señaló como un gran avance en un país donde las revisiones históricas dan cuenta de largos periodos de dominación por parte de uno u otro partido: “La puesta en marcha del Frente Nacional permite a los partidos intercalarse en el poder y esto genera unos cambios que transforman la historia del Estado en Colombia”.
Los expertos coincidieron en señalar la estabilidad producto del plebiscito como un escenario en el que fue posible expandir la presencia estatal, por lo que los mismos apuntaron a la destinación presupuestal para temas de educación o acueducto como resultados de la dinámica política resultante de este hecho democrático.
Vásquez concluyó señalando que el plebiscito marcó el punto de partida en la participación de la mujer en la agenda pública, pero agregó que lo que se busca ahora es un sistema partidista con el que se logren cambios en la legislación frente a temas como la ley de cuotas.
“Queremos garantizar la igualdad, que los organismos de decisión tengan igual participación de hombres y mujeres y de ahí seguir con un camino que nos lleve a lograr la paridad tanto en el sector público como el privado”, cerró.
Santos aclaró que decidirá si convoca un nuevo plebiscito cuando haya acuerdo