Tras la exitosa y mayoritaria aprobación de esas guías de trabajo para el cuatrienio, diputados y concejales iniciaron este lunes la segunda temporada regular de sesiones del aún pandémico 2020. También se registraron novedades burocráticas. Crónica.
Las administraciones del gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria Correa, y del alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, cuentan desde ahora sí con tres años y medio para concretar, hacer realidad o dejar en marcha los compromisos, programas e inversiones contempladas en los planes de desarrollo, que tanto la Asamblea Departamental como el Cabildo de la ciudad aprobaron con claras mayorías políticas el pasado fin de semana.
Diputados y concejales sobreponiéndose a las adversas situaciones y condiciones que enfrenta el planeta por la contagiosa pandemia viral, también a las limitaciones que significa un encierro preventivo tan extenso y por primera vez en sesiones virtuales de un mes o no presenciales en sus curules en los tradicionales recintos de sesiones en La Alpujarra, le cumplieron a la región y a la ciudad, y le dieron luz verde en el caso del departamento al plan de desarrollo “Unidos por la vida” y en el caso de su capital al plan “Medellín Futuro”, ambos para el periodo 2020-2023.
El tránsito político de los dos programas de trabajo o de acción gubernamentales para el cuatrienio tuvo más fluidez o tranquilidad por la Duma que por el Concejo, pero al final ambos planes generales recibieron un apoyo contundente y mayoritario en las dos corporaciones.
De los 26 diputados antioqueños 25 le dieron visto bueno a la estrategia de desarrollo de Gaviria, mientras que de 21 corporados municipales, 19 aprobaron el plan de Quintero.
En el orden departamental desaprobó, como era de esperarse, el plan de desarrollo el diputado de la izquierda democrática Luis Eduardo Peláez, al tiempo que el Centro Democrático, que no hace parte de la coalición de gobierno y se declaró en independencia al Gobierno Departamental, lo respaldó y hasta sus diputados lo ayudaron a complementar y refrescar con propuestas muy interesantes y valiosas para el territorio.
Entre tanto, por los lados de los concejales de Medellín, la negativa a la propuesta de desarrollo de Quintero vino de dos concejales muy dispares entre sí, pero hoy extrañamente ligados por el no. Mantuvo su postura de oposición el concejal y excandidato perdedor a la Alcaldía, Alfredo Ramos Maya, del uribista Centro Democrático, mientras que el voto en contra del cabildante Daniel Duque, del Partido Verde, refuerza y confirma las ya muy evidentes sospechas políticas que el disminuido fajardismo de la ciudad está en claro antagonismo al gobierno quinterista.
Duque es un primíparo corporado integrante de un extraño reducto y mutación del fajardismo y de las bogotanas Claudia López y Angélica Lozano, con tendencia mamerta de Eafit, calificado por algunos como fastidioso, pues se cree la última Coca Cola del desierto en política, sector que ha perdido mucha fuerza electoral en su principal fortín como ha sido o fue la capital de Antioquia, mientras que el otro concejal verde es el ya tres veces cabildante Jaime Cuartas, quien ya vuela solo con su propio electorado ciudadano, de opinión e independiente, conseguido a pulso por su trabajo desde que arrancó muy párvulo a hacer política en la década de los años 90 en Universitarios Haciendo Nación, UHN.
Mientras que Duque optó por ser contrario a la administración, pese a que le insertaron algunas de sus propuestas en el Plan, pero quería todas como si hubiera ganado la Alcaldía, Cuartas apoyó en su totalidad el plan de desarrollo, el cual también contribuyó a mejorar. Los dos hacen parte de la coalición de gobierno, de la cual, por su actual postura, Daniel Duque en la práctica se excluyó o ya no es confiable. Su actitud podría ser considerara de torpeza política al romper con un gobierno de una legitimidad de 300.000 votos y que apenas empieza.
Otra de las novedades políticas en las votaciones de los planes de desarrollo de Antioquia y de Medellín fue la discrepancia o mejor diferencia con que sufragaron los dos corporados que accedieron a la Asamblea y al Concejo al estrenarse las disposiciones del Estatuto de la Oposición.
Por orden de ese nuevo mandato constitucional y legal a la Duma seccional hoy fungen como diputado Andrés Guerra Hoyos y como concejal de la ciudad Alfredo Ramos, coincidencialmente ambos militantes del Centro Democrático por obtener las segundas votaciones respectivamente para la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín, en los comicios de octubre del 2019.
Pero mientras que Guerra H. respaldó públicamente y con su voto el plan de desarrollo del gobernador Aníbal Gaviria, Ramos no sólo lo negó, sino que ha endurecido su aversión política al alcalde.
El delfín ramista no sólo votó en contra, sino que aduciendo el voto programático, parece veladamente amenazar con propiciar una eventual campaña para intentar una muy difícil, complicada y costosa revocatoria del mandato del alcalde Daniel Quintero a partir del 2021.
Y no son tan velados sus planes, pues desde ya acusa al mandatario municipal de no cumplir con el programa de gobierno que inscribió ante la Registraduría del Estado Civil, toda vez que alega que algunas de sus promesas no quedaron inmersas en el plan de desarrollo que acaba de validar el Cabildo, como si tuvieran que ser calcadas al cien por ciento, además de insistir en su control político con nuevas denuncias sobre supuestos problemas con la contratación en el Gobierno de la ciudad.
Pero el periplo del plan de desarrollo del alcalde Quintero por el Cabildo también dejó al descubierto el vaivén en sus talantes como concejales de Daniel Carvalho y la debutante Dora Saldarriaga.
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Ambos corporados pertenecientes a movimientos por firmas, sobre los cuales existen muchos vacíos jurídicos en las normas electorales para enderezar sus comportamientos de incoherencia política, habían votado negativamente el primer debate del plan de desarrollo, pero el pasado fin de semana algo los volvió a iluminar, a lo mejor el implacable Dios griego de la burocracia o como llaman ahora de la gobernabilidad o gobernanza, y votaron a favor del Medellín Futuro de Quintero y por ello se registró el contundente marcador de 19 a dos.
Arrancó ayer un nuevo periodo de sesiones ordinarias de la Asamblea de Antioquia, para los meses de junio y julio.
Así las cosas, Gaviria y Quintero superaron el primer round político de sus aún muy jóvenes gestiones, que se vieron severamente sobresaltadas no por crisis políticas, sino por un caos inesperado como es el aún peligroso contagio del covid-19, que ha puesto a sudar a los gobernantes del mundo, pero sobre todo a los mandatarios territoriales en Colombia, que apenas estaban organizando sus casas y que ahora tienen que mostrar sus talantes para evitar una catástrofe entre sus gobernados.
Ya con los planes de desarrollo aprobados, Gaviria y Quintero procedieron este lunes primero de junio a darle continuidad y cotidianidad a la vida política de Antioquia y de Medellín con la instalación del segundo periodo ordinario de trabajo del año de los diputados y los concejales, en el cual se comenzará a implementar, mediante ordenanzas y acuerdos, algunos de los temas para avanzar hacia el desarrollo.
Quintero instaló el Concejo que se encargará de aprobar los recursos para el Metro de la 80 y también para que empiece a discutir las vigencias futuras de la ciudad, para hacer realidad ese proyecto de transporte masivo en el occidente de Medellín.
Por su parte, el gobernador Gaviria dijo que a partir de la inversión en infraestructura pública, Antioquia iniciará la reactivación de su economía.
Al inaugurar el trabajo regular de la diputación indicó que próximamente radicará el proyecto de Ordenanza que dará inicio a la construcción de la Agenda 2040, que consiste en una propuesta de sociedad que permita afianzar la ruta para el presente y el futuro de los antioqueños.
Fabio Villa asumió como director de la Escuela contra la drogadicción.
Y la política antioqueña, que se aproxima al meridiano de este 2020, acaba de presentar dos novedades burocráticas, una de ellas de renuncia y la otra de nombramiento y posesión de una.
Definitivamente se confirmó la salida como secretaria de Desarrollo Económico del Municipio de Medellín de la administradora de empresas Paola Vargas González, de quien no se ha aclarado si fue que en solo cinco meses de gestión tiró la toalla porque no se sentía cómoda en su cargo o fue que le mostraron tarjeta roja por no dar la talla.
Paralelo a esta nueva novedad dentro del equipo del alcalde de la ciudad, el programa radial “Despierta Antioquia” mencionó este lunes la posibilidad que Carlos Mario Montoya Serna, quien acaba de salir misteriosamente como gerente de Savia Salud, porque oficialmente no se han confirmado las causas reales, estaría en los planes del alcalde Quintero, a quien apoyo en su exitosa campaña electoral.
Pero la tremenda resurrección política y en el sector público parroquial en este principio de semana, se acaba de originar con el nombramiento y de una vez la posesión del conocido demócrata político de izquierda, antes EPL y AD M-19, y ahora en un sector contestatario del Partido Verde, Fabio Villa Rodríguez, como director de la Escuela Contra la Drogadicción, ubicada en Rionegro, en las antiguas y magníficas instalaciones de la antigua Hostería Llanogrande, decomisada por el Estado a la mafia.
El matiz del Partido Verde en que milita Villa R. apoyó a Gaviria en su aspiración a la Gobernación.