700 trabajadores de Génesis Salud IPS reclaman el pago de cuatro meses de salarios y la dotación de implementos de protección para atender la emergencia del covid-19.
Entre la espada y la pared, olvidados y abandonados en medio de una emergencia. Así se declaran hoy los 700 trabajadores de la salud de la Corporación Génesis IPS, que presta servicios de atención de primer y segundo nivel de salud a usuarios de la EPS Medimás.
Y se sienten acorralados en medio de la que llaman “dramática situación de emergencia nacional causada por el covid-19”, porque a hoy suman cuatro meses sin recibir sus salarios y les adeudan 22 meses de parafiscales, pero sobre todo porque no cuentan con los elementos de protección necesarios para poder prestar los servicios sin exponerse al alto riesgo de contagio que eso significa, y pese a ello, como lo indica la ley, después de haber recurrido a todas las instancias legales y ante los organismos de control del Estado, no pueden pensar en paros, huelgas o cese de actividades, ni siquiera en ralentizar los servicios y mucho menos suprimirlos, porque la salud es un servicio vital y, advierten, “ahí sí funciona la ley”.
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“Son 700 trabajadores que en nombre de sus familias claman hoy el pago de sus salarios atrasados de cuatro meses y la restitución de sus garantías laborales incumplidas durante 22 meses.
No tenemos seguridad social desde hace más de un año, no tenemos parafiscales, no tenemos riesgos profesionales, estamos trabajando sin tener siquiera los equipos de bioseguridad y protección necesarios para enfrentar esta emergencia que hoy vive el país”, dijo el médico Wilson Sánchez, presidente de la Asociación Sindical de Trabajadores del Sector Salud “Asintras”.
“Hacemos esta denuncia porque es increíble que en estos momentos no se cuente con jabón líquido, tapabocas normales y tapabocas de referencia FFP2 o N95, guantes, baja lenguas, uniformes o batas antifluidos de manga larga desechables, gafas de protección. Resaltamos que la transmisión de la infección se produce habitualmente por gotas (producidas al toser, estornudar o hablar) y por contacto con material contaminado por ellas con mucosas (oral, ocular y nasal fundamentalmente) por lo cual deberíamos llevar un Equipo de Protección Individual (EPI) para la prevención de infección por microorganismos transmitidos por gotas y por contacto que incluya bata de protección, mascarilla, guantes y protección ocular anti salpicaduras”, comentó el médico Sánchez.
Tragedia que además no es nueva, porque ellos son los “herederos del tormentoso camino que ha deparado la triste historia de Saludcoop, trasladada primero a Cafesalud y hoy a Medimás”. En ese entonces “éramos 1.300 empleados, pero la mitad de ellos se han ido, muchos agotados y otros con acuerdos que a hoy tampoco les han cumplido”, relata el médico y dirigente sindical.
De hecho, de las 36 sedes en que funcionaba la Corporación Génesis Salud IPS, hoy escasamente subsiste la mitad, de ellas sólo cuatro en el área metropolitana de Medellín, en la calle San Juan, Prado, Córdoba e Itagüí, así como otras en el Urabá antioqueño y en municipios como El Bagre, Caucasia, Rionegro y La Unión, además de otra sede en Quibdó.
Nadie escucha
Lo más triste, dicen empleados de Génesis Salud IPS, entre ellos médicos, odontólogos, auxiliares de enfermería, enfermeras, vacunadores, personal de servicio al usuario y toda la planta de trabajadores, es que durante este largo “viacrucis” que les ha tocado recorrer con el paso de una EPS a otra, han acudido a todas las instancias posibles, pero nadie los escucha, nadie hace nada.
Esto empezó mal, dicen los empleados, desde septiembre de 2.016. “Primero fue el pago de salarios a todos los trabajadores en porcentajes, y el mes de julio de 2.017 simplemente no se nos pagó. Ahora sumamos enero, febrero y marzo de este año y ya son más de 90 días que no recibimos ninguna retribución salarial. Los pagos de seguridad social y más parafiscales fueron suspendidos desde septiembre de 2.017, se volvieron a pagar los cuatro primeros meses de 2.018 e igualmente desde mayo hasta la fecha no tenemos salud”.
Hechos que, relata el médico Wilson Sánchez, han sido denunciados repetidamente ante todas las autoridades y organismos de control y vigilancia: “Presidencia de la Republica, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Protección Social y Salud, Supersalud, Procuraduría, Personería, Fiscalía, Defensoría del Pueblo, Gobernación, Alcaldía, Secretarías de Salud Departamental y Municipal, Corte Suprema de Justicia, Corte Constitucional, Consejo de Estado, Consejo Superior de la Judicatura e incluso la JEP, pero nuestra realidad sigue siendo la misma”.
Situación que, dicen los trabajadores, se ha convertido en una verdadera “pandemia” para sus hogares y sus familias, “porque, además de ser testigos del deterioro de la salud que afecta a centenares de usuarios con la no entrega de medicamentos, como tampoco citas con especialistas, la preocupación por el largo incumplimiento con sus salarios los tiene sumergidos en un cuadro de aflicción, dolor y angustia que también golpea a sus seres queridos”, por lo que hacen un urgente llamado a esas autoridades “que deben entender que así como la prestación de los servicios vitales de salud son un derecho fundamental amparado en la Constitución, también lo es nuestro bienestar y el de nuestras familias”.
No es un tema fácil
Como en general el tema de la salud en Colombia, en realidad esta no es una situación fácil de solucionar. EL MUNDO conoció que esta problemática se derivó de la intervención de Saludcoop, generando un efecto dominó a través del tiempo que ha alcanzado a las EPS que contrataban dentro de sus grupos a IPS, y con la falta de flujo de recursos que afecta a todo el sistema se ha impactado directamente el cumplimiento de esas obligaciones laborales.
Esta situación, como lo denuncia Asintras, está en manos del Ministerio de Trabajo, que busca una solución a través de un esfuerzo interinstitucional con Minsalud y Supersalud, porque claramente la respuesta de la IPS es que no hay recursos para cumplir con los pagos de esos salarios y demás compromisos con los trabajadores, y lo que se quiere es llegar a un acuerdo o una salida dialogada para evitar un proceso sancionatorio, porque una multa en medio de este escenario lo único que haría sería agravar más la situación financiera de la IPS.
Así las cosas, por ahora los trabajadores tendrán que seguir esperando a que haya flujo de recursos y buena voluntad para les paguen más de 90 días de salarios y les restablezcan la seguridad social y las garantías laborales que hace rato perdieron.