Los habitantes de la Comuna 1 hace tiempo que no escuchan hablar de reparación o apertura alguna de este sitio, que fue emblemático para la ciudad.
Hace once años los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, fueron partícipes de un evento único en Medellín. Ambos monarcas asistieron solícitos a la inauguración de una de las obras más llamativas y utilitarias que tendría la ciudad, bautizada como Parque Biblioteca España.
Ubicada en la zona nororiental, en el barrio Santo Domingo Savio, la construcción contribuiría a fomentar la cultura y el desarrollo intelectual de más de 146.000 habitantes. Obra del arquitecto colombiano Giancarlo Mazzanti, las tres vetustas edificaciones que integraban el complejo comenzaron a atraer hacia la comuna a gran cantidad de turistas que, en su momento, contribuyeron a darle vida a estas callejuelas empinadas. Sin embargo, la felicidad duraría poco en la Comuna 1.
Al cabo de cierto tiempo, la Biblioteca España comenzó a presentar serias filtraciones y su fachada se deterioró a la vista de los propios ciudadanos. Percibieron con angustia la paulatina destrucción de aquellas lozas negras que cubrían al inmueble y lo hacían resaltar desde lejos encima de aquel empinado montículo.
Dieciséis meses. Esa fue la fecha prometida por la Alcaldía a partir del 2015 para reparar la estructura y reabrirla al público. Hoy, grandes lonas negras impiden al transeúnte divisar más allá de las vallas que la circundan. La Biblioteca se ha convertido en un sitio ajeno. Nadie ha escuchado nada, a nadie le han ofrecido explicaciones.
Tres mujeres conversan en el balcón de su casa. Explican que una de las consecuencias más nefastas para el barrio ha sido el cierre de las salas de internet que otrora se ubicaban dentro de la biblioteca.
“Antes todo se veía tan iluminado, tan lindo. No dicen nada, no informan nada. La cerraron de un momento a otro. Los niños se vieron muy perjudicados porque antes se divertían, les hacían eventos. Ahora no se puede entrar a nada”, relata Marcela Bedoya, una madre preocupada.
La obra que costara 15.000 millones de pesos ahora es terreno vedado, solitario, en el que no se escucha movimiento alguno de construcción o reparadores. La circunda una cerca en la que están pintados varios grafitis naif de los niños del barrio. “Yo me acuerdo cuando estaba en los computadores” y “A mí me gusta la biblioteca España”, exhiben dos de ellos.
“Cuando funcionaba era muy bueno para la comunidad", explica Darío Gutiérrez, vecino del lugar. “Había mucha gente, mucho ambiente por acá. Sobre todo, venían turistas, ahora ya no. Esto lo dejaron abandonado. Este es un barrio fantasma y está bien feo. Se siente mucha soledad. No dicen ni qué van a hacer con ella: si la van a tumbar o la van a arreglar. No dan una solución. Nadie da la cara”.
Steve González pasea con sus estudiantes de tenis cerca del edificio que ahora luce como terreno de nadie, cual área baldía y desaprovechada. Los niños, a su lado, confirman las ideas del profesor, asienten con la cabeza como si necesitaran protestar por algo valioso que le arrebataron de las manos. “Esto ayudó muchísimo a la comunidad. Antes se les escuchaba trabajar, pero ahora están quietos”, apunta él.
El cierre del parque Biblioteca España provocó que muchos negocios, antes prósperos y visitados, se vieran notablemente afectados por la carencia de turistas en la zona. Los habitantes de la Comuna 1 sienten que la prometida reparación ha demorado mucho y se cuestionan que verdaderamente ocurra una reapertura algún día. Mientras, observan decepcionados el deterioro de su antiguo palacio cultural.