A estas horas del confinamiento ya muchas son las cosas, situaciones y oficios que se nos han vuelto paisaje tropical.  Paisaje que es rutina, monotonía y de lo mismo cada día. Y esto lo único que hace es subirnos el estrés… hay que “reinventarnos” que es la palabra de moda.

IMPOSIBLE…tras de que estamos sin asomar la punta de la nariz a la calle, el encerramiento, cuarentena, confinamiento o como lo quieran llamar no nos puede “encerrar” nuestra mente a poder pensar diferente cada día. El cuerpo físico es lo que tiene orden de no salir de casa, pero nuestra mente, nuestras ideas, nuestra creatividad, nuestro espíritu, nuestros pensamientos, nuestro estado de ánimo puede volar lejos. Como dicen los niños… de aquí al cielo. Nuevos planes compartidos en familia, nos pueden hacer la vida más agradable y sin tanta angustia de lo mismo de cada día.
 

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PUNTO UNO: Levántese con optimismo, de gracias al cielo de estar con vida, estírese y mire el calendario para que sepa que día del mes y en qué día de la semana está. Los psicólogos dicen que el solo hecho de saber que: “hoy es sábado 23 de mayo” da un optimismo al estado de ánimo. No se quede en piyama, un baño rápido y corto ojala con agua fría, le ahorrará en la cuenta de epm y le dará ánimos. El vestuario a la tendencia de la comodidad es lo que manda la parada, lavar los bluyines es gastar mucha agua, busque los pantalones de dril suave, de algodón y de esos textiles que se lavan y no necesitan plancha… Recuerde que la palabra en mayúsculas de aquí a diciembre es…AHORRO.

PUNTO DOS: No le vamos a dar recetas de cocina, pero si se levantó con sueño, nada mejor que una buena taza de café colombiano con tres goticas de ron le darán una mejor disposición para comenzar las labores del día. Eso sí, tengan todos horario fijo para sentarse a la mesa, compartir con diálogos divertidos sin que se les olvide un “piropo” para esa mamá que todos los días le toca cocinar. La lavada de platos no es nada agradable… hay que ayudar.

PUNTO TRES: Después de seguir con tareas y el teletrabajo llega la tarde para el descanso. Nada más edificante que elegir un libro leer en voz alta, hacer preguntas y tener a papá de maestro para responder, mientras los chicos comen un rico heladito. Esto puede ser cinco de la tarde… terminada de labores. Para las parejas que viven solas, en familias en donde no hay niños, pueden cambiar el helado por una copita de vino si es fin de semana, pero tener un buen libro a la mano para leer. Pero también existe eso de “repasar revistas” volver a coger las revistas viejas, hojearlas y ver recetas, vidas y chismes de artistas y moda.

PUNTO CUATRO: Que tal que para fin de semana o los puentes que se aproximan, le damos una llamada a la abuela o a la mamá que no está con nosotros y le pidamos que nos diga y nos mande vía virtual aquellas recetas de cocina que tanto nos gustaban cuando niños. Un dulce, un arroz con leche, hacer galleticas, ese ajiaco que ella preparaba los fines de semana, la receta del arroz frijolitos…

Uno de los oficios o labores que son obligatorios es el de cocinar y cocinar es de las mejores terapias del mundo para una buena salud ya que el cocinar es creatividad. Claro que hay personas que no pueden ver ni una sarten… pero con este “bicho” tocó ponerse el delantal y… les ha ido de maravilla, porque mientras más sencillo se cocina mejor es el alimento. Claro que otro consejo que nos quita la monotonía es aprender a elaborar salsas y aderezos. Nada más que con picar menudito perejil, cilantro, chorrito de aceite y pizca de sal… Pero si de verdad quieren hacer algo novedoso… les recomiendo hacer panes. Nada de raro que usted mañana más tarde tenga “panadería” propia.

PUNTO CINCO: No hay quinto malo y el quinto día de la semana es viernes para que nos pongamos a cantar con “karaoke” inventando un divertido concurso de artistas. Cantar a todo pulmón aquellas canciones que nos traen recuerdos y si no se la saben entera… invente. Otro momento divertido en familia es el de los juegos de mesa, porque en cada casa hay aunque sea un dominó, naipes, parques, ajedrez, pueden montar rondas y apostar aunque sea con frijolitos o maíz. Porque plata… no hay. Y qué tal si sacamos a la mamá para que le de brillo a la baldosa bailando un porro, un bolero… y los chicos a enseñar a la abuelita cómo es que se baila eso de la champeta. Es tiempo de aprender de todo y en familia todo es mejor por el calor humano que es lo que da salud.

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