Para alcanzar el perdón

Autor: Álvaro López Rojas
8 abril de 2019 - 09:04 PM

Para perdonar, no obstante, se necesita encontrar en el ofensor lo que los catequistas llaman contrición de corazón que no es más que la actitud del otro de la que se pueda deducir arrepentimiento e intención de resarcimiento.

Medellín

Álvaro López Rojas

¿Pero que es el perdón? Lo primero que hay que tener en cuenta para llegar al estado ideal de la paz interior, es que solo las almas evolucionadas en temas de convivencia, amor al prójimo y respeto por los propios derechos y de los de los demás, son capaces de superar los estragos de una ofensa. De la gravedad de la ofensa perdonada se puede deducir el grado de madurez de quien perdona, pues las hay que no tienen la importancia que en un momento de patetismo podamos darle, pero las hay que duelen más por provenir de seres cercanos, amados, de amigos o familiares de los que nunca esperamos nada malo.

Lea también: Los verbos no conjugados

Desde la traición podemos establecer las posibilidades de faltas y ofensas y la capacidad que hay en cada corazón para superar, olvidar y perdonar. Para el Dante esto de la traición es la acción humana que más o peor castigo merece, si se toma como una falta contra el amor. Están los que traicionan la Patria, traicionan los deberes que se tienen como ciudadanos; también los hay que traicionan a sus propios hijos negándole el alimento debido o el derecho al nombre, los hay que irrespetan las obligaciones conyugales y las familiares en general; y los hay que violan el vínculo sagrado de la amistad.

El Evangelio trae la oración que el mismo Cristo eleva al Padre, el Creador, en la que una de las peticiones más importante es el perdón: “…perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden…” Se encuentra en esto el sentido oculto de la petición que es “enséñanos a perdonar para merecer tu aceptación”. Hay que reflexionar muy seriamente sobre esto, pues solo se puede pedir disculpa de las propias faltas si se ha otorgado el beneficio del perdón a quienes nos han ofendido, lesionado, traicionado, maltratado. El perdón, para merecerlo, es consecuencia de perdonar a los demás.

Para perdonar, no obstante, se necesita encontrar en el ofensor lo que los catequistas llaman contrición de corazón que no es más que la actitud del otro de la que se pueda deducir arrepentimiento e intención de resarcimiento, lo cual debe ir acompañado de otro principio religioso que es el propósito de enmienda, que es la promesa tácita o dicta de no volver a incurrir en la mala acción. Y cuando no haya lo uno ni lo otro, simplemente hay que despojar el alma de todo rencor, deseo de venganza u odios, dejar que quienes tengan que actuar actúen para garantizar nuestros derechos o dejar que la vida misma cobre la ofensa.

Vea también: Noticias de opinión

Claro que hay ofensas que no parecen ser susceptibles de ser perdonadas: la violación carnal, el asesinato de un cercano, el abandono, la traición de quien se creía amigo. En estos casos hay que tratar de entender el talante del agresor y entender que, como en la fábula de la rana y el alacrán, hay quienes no pueden escapar de sus propias miserias. En este tiempo de recogimiento y reflexión para el pueblo cristiano, hay que despojar la mente y el corazón de malos sentimientos y entender que hay que perdonar y olvidar. Al Padre hay que insistirle: “enséñanos a perdonar para parecernos a ti, para merecer ser tus hijos”.

 

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Que sabor tan malo el de la sangre
Columnistas

Que sabor tan malo el de la sangre

No sabe bien la sangre, ni derramarla es el ideal de la función pública. Hay que volver al ánimo de la reconciliación, de la resocialización y del reencuentro de...

Lo más leído

1
Superior /

Las mujeres en la ciencia, una historia marcada por brechas de género

Pese a los grandes avances de las mujeres dentro de las ciencias exactas, la ingeniería y la tecnología,...
2
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
3
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
4
Cazamentiras /

Nicolás Maduro, ¿colombiano?

Recientemente, usuarios en las redes sociales reavivaron la polémica en torno a la nacionalidad del...
5
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
6
Cazamentiras /

La falsa carta de despedida escrita por Gabo

Desde hace más de una década, usuarios en internet han difundo un texto bajo el nombre de Gabriel García...