Dos millones de personas asistieron a la primera misa oficiada por el papa Francisco en Colombia.
El papa Francisco celebró este jueves su primera misa en Colombia ante casi dos millones de personas que se congregaron en el parque Simón Bolívar de Bogotá y en la homilía advirtió "de las densas tinieblas" que amenazan al país como la corrupción, la desigualdad social o la sed de venganza.
En la homilía de la primera de las cuatro misas que celebrará Jorge Bergoglio en Colombia, el pontífice quiso advertir de las "tinieblas" que amenazan al país.
Comenzó su homilía diciendo que, "Bogotá, y este hermoso país, Colombia, tienen mucho de estos escenarios humanos presentados por el Evangelio".
"Aquí se encuentran multitudes anhelantes de una palabra de vida, que ilumine con su luz todos los esfuerzos y muestre el sentido y la belleza de la existencia humana", agregó.
Multitudes de hombres y mujeres, niños y ancianos "que habitan una tierra de inimaginable fecundidad, que podría dar frutos para todos".
Sin embargo, lamentó el papa aquí, como en otras partes, "hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida: las tinieblas de la injusticia y de la inequidad social; las tinieblas corruptoras de los intereses personales o grupales, que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado para el bienestar de todos".
"Las tinieblas del irrespeto por la vida humana que siega a diario la existencia de tantos inocentes, cuya sangre clama al cielo; las tinieblas de la sed de venganza y del odio que mancha con sangre humana las manos de quienes se toman la justicia por su cuenta; las tinieblas de quienes se vuelven insensibles ante el dolor de tantas víctimas", agregó.
Recordó entonces el pontífice argentino las dificultades para luchar contra todo esto como "cuando por un período de 6 años, allá al comienzo, tuvo 16 presidentes y pagó caro sus divisiones (la patria boba) o también "los trabajos pastorales vanos e infructuosos" de la Iglesia.
Y ante ello pidió entonces "confiar en el Maestro, cuya palabra suscita fecundidad incluso allí donde la inhospitalidad de las tinieblas humanas hace infructuosos tantos esfuerzos y fatigas".
Francisco valoró "aquellos que han tomado iniciativas de paz, de vida" y entre ellos citó "quien trabaja en la defensa y en el cuidado de la vida humana, particularmente cuando es más frágil y vulnerable: en el seno materno, en la infancia, en la vejez, en las condiciones de discapacidad y en las situaciones de marginación social".
Haciendo referencia a la lectura del Evangelio, el papa dijo que "al igual que Simón, Jesús nos invita a ir mar adentro, nos impulsa al riesgo compartido, a dejar nuestros egoísmos y a seguirlo".
"A perder miedos que no vienen de Dios, que nos inmovilizan y retardan la urgencia de ser constructores de la paz, promotores de la vida", concluyó su sermón.