Las encuestas electorales de esta semana dejaron muchas lecciones y lesionados en la carrera presidencial.
Durante la semana que terminó, se oficializó el apoyo del médico y exdiputado liberal Héctor Jaime Garro a la aspiración de Ómar Hoyos.
Terminó una semana en la cual arrancó febrero, mes de víspera a las elecciones legislativas de marzo, o sea que ya se vinieron encima, y durante la cual también hubo dos hechos políticos básicos. Por un lado el anuncio de la fórmula presidencial de Humberto de la Calle y Clara López, la cual recibió más garrote que bendiciones. Pero el tema central fueron las tres encuestas publicadas por medios nacionales de prensa, radio y TV, las que dejan a unos muy contentos y a otros de cama, pero de hospitales, muy lesionados a menos de cuatro meses de las presidenciales.
Aunque no es nada nuevo y no se necesita ningún esfuerzo mental, las últimas encuestas ratifican la tendencia de que habrá segunda vuelta presidencial, pues ningún aspirante ha podido cruzar el umbral estadístico del 20% de intención de voto y nadie, de los actuales, es Álvaro Uribe, cuando por esta misma época en el 2002 estalló en mil pedazos las encuestas y de ahí en adelante no soltó el primer lugar para ganar de una en primera vuelta. Entonces como habrá segunda vuelta las coaliciones entre tendencias políticas y candidatos serán definitivas para el triunfo final de alguno de los que está arriba en los tenaces sondeos. Por eso es todavía una incógnita el vencedor de junio.
Esas encuestas de los medios informativos nacionales dejan muchas lecciones y lesionados. Fajardo y Petro, partidarios del Sí, siguen arriba y metiendo miedo, pero solos o por sus egos, algunas opinan que no les va a dar. Vargas Lleras, un favorito de muchos, dice estar tranquilo, pero las encuestas no lo dejan dormir bien. El uribismo recupera oxígeno ya con su candidato y pollito único Iván Duque, pero a quien lo conocen muy pocos. Y Marta Lucía Ramírez, Humberto de la Calle, Alejandro Ordóñez y Clara López apenas ahí, sin originar muchas emociones, pero pueden ser claves en la segunda vuelta. Qué encuestas tan bravas.
Y las últimas encuestas, aunque ya se sabía, vuelven y dejan muy mal parados a los partidos políticos y ratifica la crisis que tienen en Colombia, lo que es muy peligroso para una palabra maravillosa: democracia. Es mejor que haya mucha política que totalitarismos. Como estarán de mal las colectividades nacionales, que las encuestas dicen que la mayoría de los posibles votantes, con porcentajes superiores al 20%, no tienen partido político, por lo cual se han proliferado los candidatos por firma. Y a pesar de ser tan pésimamente manejado por sus últimos líderes, sobre todo los neoliberales, el Partido Liberal sigue siendo el que mayor adeptos dizque tiene, aunque, y qué ironía, su candidato presidencial no despega. El uribista Centro Democrático le pisa los talones a los liberales, lo que significa que tampoco es que haya crecido mucho y como que sigue con sus dos millones de feligreses. Entre tanto, Cambio Radical, el cual ha sido muy afectado por las embarradas de algunos de sus militantes, sorprende con su tercer renglón y de ahí para abajo los demás partidos sólo les queda como gran conclusión: preocupaciones. Y lo raro. Fajardo y Petro van arriba en las encuestas electorales, pero sus partidos ni existen y ni figuran. O sea, los colombianos votan por personas.
Confirmado lo que ya habíamos adelantado la semana pasada con base en un dato que nos pasó la linda sabueso y coleguita Luisa Fernanda Restrepo del equipo periodístico radial de “Despierta Antioquia”. El exdiputado, médico y exdirector seccional de Salud de Antioquia, Héctor Jaime Garro, “El Neoaguacatero”, quien tiene sus buenos votos regionales, no apoyará la candidatura al Senado de Olga B. la fórmula electoral de Óscar Hurtado, sino a Ómar Hoyos Agudelo y ya se tomó foto con él y con los principales directivos de Participación Liberal (ver foto anexa). Omar Hoyos feliz de la vida dijo que “para mí es un gusto contar con el apoyo de un hombre que ha trabajado por Antioquia desde el sector público, pero sobre todo un honor que el doctor Héctor Jaime Garro se una a este proyecto político que está lleno de personas que como él, son honestas y trabajadoras”. Y Garro declaró que “después de revisar varias hojas de vida, considero que Omar Hoyos es la persona más idónea para representar a los colombianos en el Congreso de la República. Es un hombre con trayectoria probada, un excelente gerente y como médico que soy, me gusta saber que busca hacer reformas al sistema de salud del país”.
El asesor en campañas políticas Carlos Andrés Pérez informó que está trabajando para la campaña presidencial de Germán Vargas Lleras. Consultado al respecto, precisó que “estoy haciendo análisis de perfiles de votantes afines, partiendo de estudios cuantitativos y cualitativos para definir donde podría ser más o menos efectiva la campaña e ir a la fija. Es un trabajo basado en las investigaciones que he hecho, sobre todo en el desarrollo de mi tesis doctoral que fue realizada sobre comportamiento electoral en Colombia”. Y como está en la campaña de Vargas Lleras, se abstendrá de hacer comentarios sobre las elecciones, “porque se entendería que lo hago para favorecer a mi candidato”. Lo perdimos en esta coyuntura. Mucha suerte y a buscar la forma como resucitar a Germán Vargas, pues nada que despega, aunque algunos analistas no lo descartan como ganador final. Cómo lo hará, no tengo idea. A lo mejor Carlos Andrés sí.
A propósito de analistas políticos. Otro colaborador de esta columna informativa Miguel Jaramillo Luján hizo un análisis del primer discurso de Donald Trump a los norteamericanos y al mundo tras cumplir su primer año en el gobierno. “Una colcha de relatos, así podría llamarse en forma y fondo la intervención del presidente de los Estados Unidos, al apelar a una planificación sistemática articulando redes sociales, texto, vídeo, presencia física e incluso interacción con su propio partido en una buena puesta en escena que no colmó las expectativas de sus rivales. Un año después de haber tomado posesión del Salón Oval, la noche del 30 de enero de 2018, el mundo escuchó a un Trump más libretiado y menos políticamente incorrecto como lo hemos visto en estos primeros doce meses y diez días que completa en la Casa Blanca. El equipo de Trump hizo sentar en las gradas del Congreso a varios protagonistas de esa ancla en su discurso que representa la Libertad y la autodeterminación de los llamados americanos. Sin embargo, es claro que la migración fue el tema más lastimado en las palabras de un Trump, quien nuevamente sustenta el proteccionismo con palabras que provocan el odio hacia aquel que no es nacional en el país del Norte. Varios temas se quedaron cortos como es el caso de la salud, las limitaciones en el presupuesto, las libertades y una mirada más clara sobre la estabilidad y la unidad necesaria en torno a temas como el cambio climático o las amenazas que representan para el mundo ciertos gobiernos totalitaristas. Para efectos de la retina emocional del televidente común y los aplausos de los congresistas de su propio partido; el primer discurso del Estado de la Unión a cargo de Donald Trump fue una pieza satisfactoria, sin embargo para muchos en el fondo parece avizorar un gobierno autoritario, insensible y que haría regresar a la nación del Norte a épocas oscuras del pasado”.
Como Medellín anda por estos días en temporada, muy reducida, de toros, el candidato a reelección a la Cámara, Nicolás Albeiro Echeverry Alvarán levantó nuevamente su voz en contra de las temporadas taurinas que son tradición en unas minorías. Pero precisó que no pueden ser aceptadas como parte de la cultura, especialmente porque Colombia propende por la cultura del respeto a la vida, de la convivencia pacífica y del rechazo a la violencia, la tortura, el dolor y la muerte de cualesquiera seres vivos. “Qué tal que siguiéramos aceptando la otrora cultura del racismo, de la esclavitud, de la discriminación y de la cosificación de la mujer. Por eso no puede ser exequible que persistan actividades propias de la decadencia y la barbarie como las corridas de toros, en defensa de la tradición, la identidad y la cultura”, concluyó.
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