La política a través de medios virtuales fue la protagonista del muy rarísimo mes de mayo.
Transcurrieron unos extraños meses de abril y mayo, y digamos que a la generación de los años 50 del siglo pasado nunca nos había tocado afrontar una pandemia y un enclaustramiento tan severo Y extenso. Y por eso mismo a los que nos gusta la actividad política y nos ha correspondido como trabadores de la información divulgarla en los últimos casi 40 años, tampoco nos había correspondido vivirla, tan intensamente, por las descrestantes vías de la cibernética o de la informática, en lo que hoy llaman pomposamente las TIC, es decir, mediante la virtualidad, lo digital, la simultaneidad no presencial, o mejor, nunca lo había hecho, en forma tan masiva, por fuera de la realidad o como se dice comúnmente de lo vivo y en directo. El desarrollo de las tecnologías de la información puede ser un gran aporte a la humanidad y lo es, pero no hay como la política cara a cara, periodista vs. político, mano a mano, en carne propia, en los escenarios propios de la política como son sus corporaciones públicas y curules, o en la calle, en hoteles, en restaurantes, en las redacciones de los medios o en sus escaños u oficinas. El debate entre el contacto humano directo y el contacto virtual está de moda, me quedo con el primero sin negar el segundo. Pero definitivamente la política, como la vida, en abril y mayo fue muy distinta, muy extraña. Maldingo ese covid. Nunca se nos paso por la cabeza a los actuales terrícolas que nos tocara dizque una pandemia con tanto adelanto en la medicina y en las condiciones sanitarias en medio de tanto desequilibrio social. Y aunque no es un informe científico, por esas famosas pero temibles redes sociales alguien dijo que las pandemias han ocurrido cada 100 años. En 1720 la peste negra, en 1820 el cólera, en 1920 la mal llamada gripe española y ahora en el 2020 el covid-19 de una increíble sopa de murciélago. Algo tendrá de cierto.
La pandemia 2020 trastornó la forma de hacer política.
Desde finales de marzo, primero los congresistas, y luego los diputados y concejales durante todo mayo en sesiones extras estrenaron, en forma masiva, la política virtual y las pantallas de computadores se robaron el espectáculo en estas épocas de pandemia y de confinamiento. El Congreso no fue el mismo, pero con muchos altibajos funcionó, mejor la Cámara que el Senado, en cuya última corporación aún discuten si pueden o no votar proyectos, lo que sí hicieron sus homólogos representantes, que también trabajaron de manera mixta. Entre tanto a la Asamblea de Antioquia, al Concejo de Medellín y a varios concejos del Valle de Aburrá les fue en general muy bien en su tránsito por el mundo o la autopista cibernética.
La Asamblea de Antioquia aprobó el plan de desarrollo departamental.
Con la aprobación este sábado 30 de mayo del plan de desarrollo de Antioquia, la diputación seccional trabajó en las extras no presenciales de mayo como un relojito suizo y sin ningún altercado político. Parece que quedó en el pasado los amagos de crisis entre la Duma y el piso doce gavirista por la reforma administrativa en la que se avanza en su implementación, entre tanto las relaciones mejoraron por los contactos directos entre el mandatario y las bancadas con asiento en la Duma. El primer debate al plan de desarrollo tuvo un contundente 5 a 0 a favor del proyecto, mientras que el apoyo fue cristalino 25 a 1 en segundo y tercer debate. O sea, Antioquia ya tiene nuevo plan de trabajo cuatrienal por una valor histórico de 25.5 billones de pesos, dentro del cual 18,97 billones serán para inversión, todo gracias al aumento de las fuentes alternativas de consecución de nuevos recursos, entre ellas en el campo internacional. La Asamblea clausura este domingo, a las 10 a.m., las muy extrañas sesiones virtuales de mayo.
A propósito de la diputación antioqueña, este lunes primero de junio arranca la segunda temporada ordinaria de sesiones de la Asamblea Departamental para los meses de junio y julio. Pero primero hagamos un reconocimiento al muy buen comunicador con que hoy cuenta esta corporación como es Pablo Ramírez Restrepo, además de sufridor, como yo, hincha del Todopoderoso Rojo DIM, ya sin el tronco de Laurito y sin el antigol de Caicedo, pero estamos pandémicamente invictos. Excelente la información de Pablo sobre las actividades de la Duma tanto para prensa, radio, TV y medios digitales. Pablo nos conto que las sesiones regulares de mitad del año se instalarán este lunes a las 9 a.m. Y que los diputados tienen la potestad de determinar si las realizan de manera mixta o de manera no presencial, cumpliendo todos los estándares de bioseguridad y según como vaya avanzando la situación del maldingo covid.
Por los lados de esta corporación, digamos que este domingo 31 de julio, desde las 9 a.m., los 21 concejales le dan el segundo y último debate al plan de desarrollo de la ciudad. El marcador del primer debate, en las Comisiones Primera y Segunda, constituidas cada una de estas células por siete cabildantes, quedó 10 a 4 a favor del Plan del alcalde Daniel Quintero. Y para este domingo el pronóstico sería que la votación quedará 17 a 4 en favor de la carta de desarrollo Medellín Futuro. Los cuatro concejales con voto negativo siguen siendo Carvalho, la Saldarriaga, el dizque fajardista inventor de la política parroquial Daniel Duque y Alfredo Ramos. No hubo quinto voto en contra por parte de la muy cambiada, desde que fue presidente por un ratico del Concejo a finales del año pasado, María Paulina Aguinaga, pues volvió al rebaño de sus amigos quinteristas. Las posiciones rebeldes de Carvalho y la Saldarriaga, por ser integrantes de la coalición de gobierno, podría, como todo en política, tener consecuencias a futuro.
Como ocurrió por los lados de la Gobernación de Antioquia en enero y febrero pasados, también por la Alcaldía de Medellín, pero ahora en las extras de mayo, hubo proyecto de acuerdo para reformar la estructura administrativa de la ciudad y que ya fue aprobado por el Concejo 19 votos a 2. A lo mejor sufragaron negativamente Ramos y el “inventor” y sabelotodo fajardista de Eafit, Daniel Duque. El proyecto con luz verde otorgó facultades temporales al alcalde Daniel Quintero Calle para modificar la estructura administrativa del Municipio, en un proceso que tendrá una duración de seis meses. Entiendo que se crearían tres dependencias: la de las TIC, otra para la protección animal y una tercera para resolver conflictos.
En torno a la importancia de las facultades al Alcalde para reformar la administración de Medellín, el director del Departamento Administrativo de Planeación, Jorge Mejía Martínez, resaltó que “la puesta en marcha del Plan de Desarrollo 2020 – 2023 va a implicar ajustes en la estructura, lo que demanda una modernización de la administración, para lo cual contamos con el acompañamiento permanente del Departamento Administrativo de la Función Pública. Este ejercicio no va a implicar ningún tipo de costo, por cuanto los estudios se realizarán con el recurso humano de la municipalidad e igualmente no va implicar ningún despido, ni licenciamiento de ningún funcionario; nadie va a verse afectado en su condición laboral o salarial”. Y ojo a este datico. La actual estructura presupuestal de Medellín destina el 79% a inversión, el 14% a gastos de funcionamiento y el 7% al servicio de la deuda. Y dicen que esta proporción se mantendrá con la reestructuración. Yo le creo que Jorge Mejía por nuestro pasado socialdemócrata.
De los cuatro grandes conglomerados urbanos del Valle de Aburrá, sólo falta Medellín por aprobar su plan de desarrollo y lo hará este domingo. Dese hace ocho días le dieron visto bueno los Concejos de Bello y de Envigado sin ninguna novedad política, y el pasado viernes 29 de mayo el turno correspondió a Itagüí, pero con calenturas o con locuras políticas. Se esperaba que el buen plan de desarrollo del alcalde José Fernando Escobar lo aprobaran en segundo y definitivo debate los catorce votos de la coalición de gobierno, pero a la hora de las cuentas aparecieron once sufragios a favor y seis en contra, entre ellos tres que hacen o creo que ya no del bloque que en enero se formó de apoyo a la administración. Qué pasó?, pues que los tres concejales de la línea del exalcalde León Mario Bedoya se distanciaron y votaron con los tres de la oposición que encarnan los dos cabildantes del CD, entre ellos Rosa Acevedo, y otro de otro partido y familiar de Bayron Caro. De todos modos el plan de desarrollo fue aprobado, pero lo que no se explica es la actitud de los tres concejales que se le voltearon a la coalición de gobierno, pues Julio Restrepo, Juliana Piedrahíta y Andrés Arbeláez votaron por el actual alcalde, defendieron en la campaña, recorriendo todo Itagüí, su programa de gobierno, ganaron en las urnas con él, y ahora que se transforma o convierte en el plan de desarrollo, lo niegan como Judas. Qué locura, nadie los entiende. Algo está pasando con León Mario Bedoya, quien siempre fue el socio político del hoy senador Carlos Andrés Trujillo, entre los dos vencieron a Carlos Arturo Betancur, quien se creía el jefe de todos, han sido exitosos, derrotaron al uribismo, y ahora se van a fracturar. El poder nubla la sensatez.
Y este rarísimo, pandémico y cibernético mes de mayo, concluye con la pregunta del billón. Por qué renunció como gerente de Savia Salud, Carlos Mario Montoya. En el mundillo de la política parroquial ya he escuchado diez versiones de respuestas distintas. Qué locura.