Pájaros de verano le devolvió la esencia a Carmiña Martínez

Autor: Giselle Tatiana Rojas Pérez
1 septiembre de 2018 - 12:13 PM

La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas confirmó que la cinta de Cristina Gallego y Ciro Guerra, Pájaros de verano, que se encuentra actualmente en la cartelera de cine nacional, fue la elegida para representar a Colombia en los Premios Oscar.

La Guajira

En el municipio guajiro de Barrancas nació Carmiña Martínez, “hace ya mucho tiempo”, entonó ella con una voz muy dulce, que dista mucho de su papel de matrona en Pájaros de verano, filme que deja ver las entrañas de la bonanza marimbera en una región que “se está muriendo de sed”, consideró.

Es una actriz consagrada de las tablas bogotanas, quien durante treinta años se ha paseado por el mundo, Brasil, Inglaterra, Cuba, España, Venezuela, Portugal, México y otros países, con su grupo teatral exhibiendo ante el público su talento innato, el mismo que la llevó a dejar su ranchería para adentrarse en el mundo, totalmente desconocido, de la actuación.

Y fue gracias a la invitación de Cristina Gallego y Ciro Guerra, recordados por El abrazo de la serpiente, primer filme nominado a un premio Oscar, que esta indígena wayuú pudo volver a sus orígenes con esta producción.

Carmiña Martínez habló con EL MUNDO sobre eso, lo que representó volver a La Guajira.

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¿Úrsula Pushaina sí representa la intimidad, la naturaleza de una mujer wayuú ?

Sí. Es una familia wayúu, ella es Úrsula Pushaina, tiene su hija, Zaida o Zaerra en wayuunaiki, quien es como el tesoro de ella, esa luz que tiene cualquier madre en cualquier parte del mundo, ella siempre quiere lo mejor para esa niña.

Su hija está educada con todos los principios, las creencias y quehaceres wayúus, de su ranchería.

Ya ella sabe que para conservar el clan, para que la familia siga creciendo, serán las semillas se Zaida las que van a regar, florecer y enriquecer esa ranchería; por consiguiente, Zaida, quien ya está en edad de conseguir su marido, se va a sacar del encierro para mostrarla a sus pretendientes, entonces, ella lo que quiere es saber ¿quién se va a llevar el amor de su vida?

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Ese personaje le permitió volvió a sus raíces, ¿cómo fue eso?

Fue simplemente así. Yo me vine de La Guajira a estudiar teatro en Bogotá, y ya llevo 32 años de rutina diaria. Desde antes hice teatro libre y de pronto aparece esta luz al final del túnel, es como si fuera esa luz que habías esperado siempre, y yo quería llegar y tomar en mis manos esa lucecita, y lo más hermoso, lo más grande, es que esa lucecita estaba titilando allá en el lugar donde tú creciste, era esa necesidad de ir a tocarla allá, y sí fue regresar a mis raíces, al desierto, volver a estar en corral con chivos, ver ordeñar los chivos, ver el fogón de leña arder con cuatro piedras, la olla entretisnada y la comida sabiendo a humo.

Regresé a la cotidianidad de mi familia, la ranchería. Volví a recorrer mi hogar y volví a sentir que los sueños son importantes, que los sueños son vislumbrar el futuro, que cuando se sueña se allana el camino para cumplir las metas.

Sí, sí, sí. Fue una reconexión con los ancestros.


Úrsula lleva las riendas de su ranchería, ¿qué hay de ese temperamento fuerte de ella en la vida Carmiña Martínez?

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Úrsula cumple el papel que debe cumplir; la sociedad wayúu es matriarcal. Uno podría pensar que hay contradicción ahí, y sí. En La Guajira los hombres son ‘súper machos’, pero también puedes ver una fotografía en la que el hombre va adelante, atrás su burro y de última la mujer cargando el bulto, eso dentro del núcleo familiar representa el poder de la mujer, y es mucho más importante la abuela y la madre, por su edad.

 

¿Describa a la mujer guajira? 

Cualquier decisión que los hijos, los hermanos, los tíos deban tomar, ellos tienen que consultárselo tanto a la madre como a la abuela de ese clan, ellas deben estar al tanto de todo; la mujer tiene una participación en las decisiones importantes que tienen que ver con el futuro de la familia; por tanto, una mujer guajira tiene que ser poderosa, fuerte, inteligente, sensible, así somos las wayúu.

Si me preguntan, creo que Carmiña es un ser humano como todos, con las debilidades de los seres humanos.


¿Se sintió bien representada como Wayuú en Pájaros de verano?

Esta película fue un sueño, yo siento que todavía tengo que coger y apretar los ojos y abrir y darme cuenta si sí estoy soñando o si estoy despierta, porque no me la creo, después de tantos años…

Lea: Pájaros de verano

Soy una mujer muy fresca, tranquila, trato de estar contenta lo más que pueda, me gusta decir la verdad, a veces hay una ligera ingenuidad en mi, pero uno decide lo que siente.

Pero, también, no es que yo sea un dulce siempre. Generalmente, yo casi nunca tiro primero la piedra. Úrsula es eso, tiene la agriedad de las mujeres Wayuú, ahí no hay más, las guajiras somos así.


¿Qué le aportó la dirección de Ciro Guerra y Cristina Gallego a la vida actoral de Carmiña Martínez?

Carmiña Martinez en Cannes, con los directores y sus compañeros José Vicente Cotes, Natalia Reyes y Jose Acosta.? 
Foto de Mateo Contreras.

 

Haber contado con Ciro y con Cristina, tener ese binomio al lado mio, fue muy significativo, porque los dos son seres humanos de una gran sensibilidad, de una gran agudeza, lo que a mi me hizo más grande en el ámbito profesional y humano.

Era buenísimo, porque había una escena y yo la veía de una manera, Ciro de otra y llegaba Cristina y nos daba más posibilidades; entrábamos ahí, más que a hacer un consenso, a buscar la vitalidad y la riqueza que los tres le podíamos aportar.

Tener a dos guías de este calibre fue enriquecedor, fue otro regalo de la vida.

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