El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
El arte —y el cine lo es— tiene a veces la posibilidad de mostrar mejor que la historia u otras disciplinas los vericuetos del poder, como sucede en la película El Vice (o El vicepresidente), dirigida por Adam McKay, el mismo de La gran apuesta. Con una narración en la que un exsoldado, veterano de la invasión estadounidense a Afganistán, país asiático que también sufrió en otros tiempos la incursión del entonces denominado socialimperialismo soviético, va contando las incidencias, transformaciones, pensamientos, de un sujeto maquiavélico que llegó a erigirse en el poder detrás del trono después del 11 de septiembre de 2001.Lea también: La refinada ironía de El apartamentoEl vicepresidente, su narrativa, su puesta en escena, la estructura no desdice del llamado Séptimo Arte, con inmersiones en atmósferas y territorios shakespereanos, en las que el espectador de pronto puede sumergirse en una especie de evocación de Lady Macbeth y su marido. En el filme no hay un solo narrador, sino, a veces, según circunstancias, se presenta una polifonía. Es el arte al servicio del arte, pero, en este caso, también de la historia, y no de cualquier historia, sino de aquella que en los principios del siglo XXI transformó las relaciones y bloques de poder en un mundo conmocionado, en el que los Estados Unidos era la gran superpotencia, por no decir la única, al destruirse el mundo bipolar de la Guerra Fría, y la creación de un nuevo enemigo de Washington: el terrorismo internacional.El personaje central del filme es una figura oscura, calculadora, que en su juventud fue más bien la de un sujeto mediocre, borrachín y pendenciero. Se trata de Dick Cheney, presidente de una corporación estadounidense, con presencia en más de setenta países: la Halliburton, y que, en las elecciones de 2000, acompaña la fórmula presidencial de George W. Bush, también un individuo de extremada mediocridad al que el dinero familiar y el delfinato (hijo de George H.W. Bush, que fue el presidente número 41 de Estados Unidos, y a quien correspondió el final de la Guerra Fría y el principio de la Guerra del Golfo), lo catapultaron a la presidencia.El Vice tiene de todo. Es una película que se basa en lo geopolítico, pero, a su vez, desentraña los entresijos del poder, del arribismo, de las ansias desaforadas de un hombre, como Cheney, de llegar a las cumbres, sin escrúpulos, sin sentimientos humanísticos, solo con el objetivo de convertirse en un ser imprescindible en la expansión de su país, o, de otra manera, del imperialismo, sin importar cuántos muertos, cuántos desplazados, cuánto dolor se pueda ocasionar.Él, en apariencia tan insignificante, es un ajedrecista. No es de discurseos ni de excentricidades. Su “calladez”, sus silencios y atisbos, son parte de una estrategia. Él, como un búho, está siempre con los ojos muy abiertos, preparando, como un águila caudal, su asalto desde arriba, cuando ya ha definido cuál será su blanco, cuál su presa. Hay, eso sí, una trasformación del joven Cheney hasta llegar a la madurez, con la interpretación impecable, por no decir asombrosa, de Christian Bale.Cheney, en todo caso, es el prototipo del político que trepa, escalón tras escalón, urdiendo una trama conspirativa. No da puntada sin dedal. Primero, para ir ascendiendo en los peldaños del poder y en sus ambiciones, funge de acólito, o de paje, como quien dice de adlátere, el que está al lado de otro de más alto rango, solo para después dar el zarpazo. Su primera víctima es Donald Rumsfeld, que fue secretario de Defensa, a los 43 años, en el gobierno de Gerald Ford y, después, en el de Bush jr.La película, que maneja con criterio y maestría los flashbacks, que tiene una estructura quebrada, a veces zigzagueante, introduce técnicas del cómic, y mantiene al espectador en constante suspenso y reflexión. El protagonista ve in crescendo y, a su lado, poderosos como Bush y el mencionado Rumsfeld, como también Colin Powell, van sucumbiendo ante la fuerza interior y las tácticas del vicepresidente que, en rigor, es como una suerte de plenipotenciario.Con una maravillosa combinatoria, o, de otro modo, con transiciones a la vida familiar de Cheney, la película desarrolla al personaje principal en sus diferentes ámbitos: el doméstico, el del ejecutivo, el del estudiante y el de esposo y papá. Por lo demás, su mujer, Lynne, representada con excepcional calidad por la actriz Amy Adams, se torna en un ser necesario, como si fuera la voz de la conciencia de Cheney. “Si tienes poder, la gente siempre tratará de quitártelo”, le dice a una de sus hijas, la señora, a quien, sin duda, le fascina estar en las alturas.Esta película, con sutileza en el tejido argumental, va mostrando la catadura del poder político y, como una predicación sin aspavientos, el ejercicio de la mentira y de cómo su uso es una forma de subienda, de vuelo, de salto hacia la embriaguez que ocasiona el tener en las manos, como un marionetista, el destino de otros, de muchos, de los perdedores. La mentira como un mecanismo consuetudinario en la práctica política es representada en esta obra como una sátira de hondo calado; es la columna vertebral de las acciones “punitivas” que emprenderá Washington tras los atentados a las Torres Gemelas y la invención, sobre todo a cargo de Dick Cheney, de que Irak (antiguo aliado de EE.UU.) tiene armas de destrucción masiva.Como puede suponerse, no recae en un solo hombre —en este caso en el vicepresidente, que no fue una figura decorativa— toda la responsabilidad de los ataques, bombardeos, destrucción de los tesoros históricos, de un patrimonio cultural de la humanidad, de bibliotecas y la muerte de miles de civiles en Irak, como las torturas en la cárcel Abu Ghraib, sino en todo un aparataje, un sistema. Y aquí podría darse de nuevo la discusión del rol de los individuos en la historia. ¿Qué tanto incidió Cheney en las decisiones de atacar a Irak como un centro de terrorismo mundial?El Vicepresidente, digo, la película y no el personaje, muestra la inhumanidad de los atentados de una superpotencia contra un país soberano, al que los Estados Unidos violan en todas sus dimensiones. Cuando Bush, con ganas de ser presidente, le dice a Cheney que lo quiere como su vice, este le responde que por ningún motivo desea un cargo simbólico o de relleno. Le aceptará —le contesta— siempre y cuando él sea el responsable de supervisar la burocracia, el ejército, la energía nuclear y la política exterior, como quien dice los pilares del imperio. Además, es quien, desde el lenguaje, observa cómo hay que manipular, y suavizar cuando es necesario, o endurecer, si fuera el caso. No hay que decir “calentamiento global” sino “cambio climático”, por ejemplo. Es una de sus anotaciones. El eufemismo para ocultar.Lo invitamos a leer: El ojo justiciero de Rodolfo WalshLa carrera, el arribismo sin arcadas, de Cheney es el quid de la película, pero, a su alrededor, se aprecian los hilos del poder, las relaciones entre los funcionarios y la maquinación. Cheney hace ver a Bush como un mandatario sin vuelo, sin agallas. Es un vicepresidente con una gran acumulación de poder. En general, es una muestra, a escala, de las aberraciones de un sistema imperial, como el de los Estados Unidos, de una manera de dominar el mundo y de las agresiones e injerencia en los asuntos internos de otros países.Si hay que torturar, se tortura. Si hay que agredir, se agrede. Si hay que disfrazar las circunstancias, pues se hace. Y listo. Todo por la voluntad de unos cuantos. Todo por el poder.El filme, con actuaciones extraordinarias y una dirección talentosísima, tiene tintes de comedia y, en su desarrollo, hace guiños y carantoñas al espectador. Como una ingeniosa mamada de gallo, cuando, en apariencia, hace creer que ya se ha terminado la película. Y, además, con el juego de narradores, cuando el del principio, el de la voz en off, es abatido. Cheney es, si se quiere, un matón, un villano, un miembro de un conglomerado de superpoderosos que no temen traicionar ni manipular y que posan de moralistas y virtuosos, cuando no son más que seres perversos y sin corazón. Cheney es un desalmado.
El templo católico más grande del mundo, la basílica de San Pedro, es la sede ministerial de los papas. Situada en el Vaticano, un Estado soberano reconocido en el tratado de Letrán de 1929, esta basílica es la principal iglesia pontificia y en ella se celebran la mayoría de las ceremonias papales. Allí está representada toda la actividad papal, pero no fue allí donde todo inició para los 266 sucesores de Pedro que han existido en la tierra: los papas.Israel fue el punto de partida de la Iglesia, así lo aclaró el padre Diego Alberto Uribe, experto vaticanista de la Universidad Pontificia Bolivariana. Según él, la figura papal es más fácil entenderla desde la configuración de los discípulos del Señor. “Desde que Jesús inició su misión escogió doce personas elementales para que lo acompañaran a difundir la palabra de Dios en las diferentes regiones”, y esa fue la misión confiada a Pedro por Jesucristo, él le dio las “llaves del Reino de los Cielos”, con el poder de “atar y desatar” (Mt. 16, 19), para “confirmar a los hermanos en la fe”.Como un servicio a la unidad de la Iglesia en la fe y en la comunión, así el padre Diego Alberto definió la labor de los papas en la tierra, cuya actividad se centra en “enseñanza y gobierno”.Al papa se le asocia la figura de un pescador. Acá no se puede dejar de recordar que Pedro fue el primer papa de la tierra, un sencillo pescador que vivía en Galilea. “Jesucristo atribuyó a Pedro un lugar especial en medio del grupo de doce discípulos, el de convertirse en el pescador de Galilea y por consiguiente el rol de cabeza de la Iglesia naciente”, describió Uribe.Cuenta la Biblia que Jesús vio la necesidad de que su grupo de doce apóstoles se estabilizara para que después de su muerte y resurrección se configurara como una comunidad nueva que es la iglesia, y “para que esta estuviera acompañada seleccionó a la persona que él quería, el apóstol Pedro, quien no lo escogió por inteligencia, deslumbramiento o por ser buen organizador sino por ser un hombre sencillo, bueno y elemental, a quien se le confío desde el primer momento la tarea elemental de ser el líder”, narró el padre.Como está consignado en Lumen Gentium, una de las cuatro constituciones promulgadas por el Concilio Vaticano II, que traduce del latín “Cristo es la luz de los pueblos”, el Romano Pontífice, como sucesor de Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de la unidad, como de los obispos como de la multitud de los fieles. Por su parte, los obispos son, individualmente, el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares, formadas a imagen de la Iglesia universal, de la cual el el papa es líder, y a base de las cuales se constituye la Iglesia católica. Por eso, cada obispo representa a su Iglesia, y todos juntos con el papa representan a toda la Iglesia en el vínculo de la paz, del amor y de la unidad.Inicio del papado con PedroEn medio de la misión de ser el pastor del pueblo y cabeza de la iglesia, Jesús le pidió a Pedro, tal y como lo indica Lucas 22, 32: “Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos”, es decir, que el apóstol debería suscitar un servicio a favor de la unidad de la iglesia en la fe y la comunión. Desde ahí la preocupación de Pedro fue la de visitar las diversas comunidades nacientes y sostenerlas en su respuesta a Dios desde los inicios de su ministerio apostólico.“Deben, pues, todos los obispos promover y defender la unidad de la fe y la disciplina común de toda la iglesia, instruir a los fieles en el amor de todo el Cuerpo Místico de Cristo, especialmente de los miembros pobres, de los que sufren y de los que son perseguidos por la justicia; promover, en fin, toda actividad que sea común a toda la iglesia, particularmente en orden a la dilatación de la fe y a la difusión de la luz de la verdad plena entre todos los hombres”, se indica en el Lumen Gentium.La misión confiada por Jesús al apóstol Pedro fue dada para perpetuarse hasta el fin del mundo, tal y como se cita en Mateo 28, 20; por eso, los apóstoles han cuidado establecer sucesores en la sociedad jerárquicamente organizada para continuar y consolidar la obra comenzada desde la llegada de Jesús.En consecuencia, el papa es el sucesor de San Pedro y el obispo de Roma, a quien le compete ser el principio y fundamento perpetuo y visible de la unidad, tanto de los ministros ordenados y consagrados, como de los fieles en todo el mundo, según la explicación del padre Diego Alberto.Una figura visible de la feA los papas les corresponde confirmar en la fe a todos los hermanos, es decir, a todos los cristianos católicos y pastorear a todo el pueblo de Dios disperso en el mundo.Ante esto, en el Siglo III surgió en Occidente la designación de papa, en signo de respeto y afecto por los obispos, para posteriormente aparecer como referencia del obispo de Roma la inscripción del diácono Severo a San Calixto: “Jussu Papae sui Marcellini”, que significa: “por orden del papa Marcelino”.De esta manera, se fue generando a finales del Siglo IV el título reservado al Obispo de Roma con la expresión “papa Urbis Romae”, lo que quiere decir “papa de la ciudad de Roma”.“Estrictamente Pedro fue el gran impulsador de la misión de la Iglesia, él fue quien le abrió la puerta al papado, entonces se creó una misión muy bella que es la de integrar los servicios. Pablo predicaba pero Pedro confirmaba la fe, luego terminó su vida en Roma, donde fue crucificado”, dijo el padre Diego al entregar su concepto del significado de la palabra papa.Realmente la palabra papa es un acróstico, es decir, las iniciales de cuatro palabras, la primera es Petri, de Pedro; la segunda Apostoli, de apóstol; la tercera Potestas, que es el poder y como última está Accipiens, lo que junto dice: “El que de Pedro apóstol recibió el poder”.Lea más sobre: Se realizará colecta nacional para la visita del papa“Por eso algunos papas cuando terminan sus documentos firman con dos “p” pequeñas, que significa por la “potestad de Pedro”, y a los documentos más importantes de los papas les ponen un sello con el pescador para que nunca se le olvide a ninguno que el primer papa fue pescador y que todos en definitiva serán pescadores”, indicó el padre Uribe.Misión del papa en el mundoEn Lucas 22, 32, Jesús anunció a Pedro la negación en la que caería, le manifestó su oración por él y lo reafirmó en su misión. “Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos”, se cita en el texto bíblico.Asimismo, en la Pascua, Jesús se apareció a orillas del lago de Tiberíades e invitó a Pedro por tres veces a declarar su amor con él: “Simón de Juan, ¿me amas más que a estos?” y tras las repuestas afirmativas de Pedro le confió su rebaño: “apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas” (Juan 21, 15).Ante esto, son tres ideas o principios los que rigen la misión del papa en el mundo:La primera es confirmar la fe que, según el evangelio, está constatado en la confesión de Pedro que le dio el fundamento de la fe en Jesús, el hijo de Dios vivo, en virtud de una gracia donada de lo alto.La segunda parte de la confirmación en el amor, por lo que el obispo de Roma está llamado a vivir y a confirmar en el amor a Jesús y a todos sin distinción, límites o barreras. Su misión es confirmar el amor que la humanidad vive y mostrar que a pesar del pecado es posible decirle a Jesús “tú sabes que te amo, señor”.Y la última idea es confirmar en la unidad, dado que el sucesor de Pedro es “principio y fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de la fe y de la comunión”, por lo que la variedad en la Iglesia se funde siempre en la armonía de la unidad el papa debe promoverla para que todos estén unidos en las diferencias.“Recoger la fe, organizar la Iglesia, proponer unos puntos de referencia para la comunidad y unificar el idioma para celebrar son de las funciones que cumple un papa en el mundo”, comentó el padre Diego, quien añadió que el papa tiene dos maneras de funcionar ya que en la iglesia debe ser maestro, pastor y pontífice, mientras que en el mundo, por su carácter religioso y unificado, tiene una autoridad en humanidad, es una persona que tiene una posición respetable y valiosa porque nadie conoce tanto a las personas como la experiencia de la fe. “Donde está el papa está la Iglesia y donde está la Iglesia está Cristo”, finalizó el padre Diego Alberto Uribe.Los tres mandatos de Jesús a PedroA propósito de la centralidad de Pedro en medio de los demás discípulos, Jesús delegó unas tareas específicas al apóstol en bien de la edificación de la Iglesia.“Pedro será el cimiento de roca sobre el que se apoyará el edifico de la Iglesia; tendrá las llaves del reino de los cielos para abrir y cerrar a quien le parezca oportuno; por último, podrá atar o desatar, es decir, podrá decidir o prohibir lo que considere necesario para la vida de la iglesia, que es y sigue siendo de Cristo. Siempre es la iglesia de Cristo y no de Pedro”, comentó en su pontificado el papa Benedicto XVI quien quiso recordar que es Cristo la piedra angular sobre la que se edifica la iglesia y desde la cual crece la fe y el amor por la misma, siendo los papas solo el camino.La misión del papa, de acuerdo con los mandatos de Jesús, es ser garante de las enseñanzas de Dios para que con ellas se abran las puertas de los cielos a la humanidad, el objetivo es hacer valer sin negociaciones las enseñanzas que Jesús impartió en el mundo, buscando los caminos para que la voluntad de Dios sea conocida y vivida en la existencia de los creyentes.Constitución jerárquica de la IglesiaEl papa: Elegido por los cardenales electores durante el cónclave, el papa representa a Cristo en la Tierra, por eso se le denomina el Vicario de Cristo. En el Santo Padre permanece la función que el Señor encomendó singularmente a Pedro, primero entre los apóstoles. Además es la cabeza del colegio de obispos, que le prestan su cooperación de distintas maneras, al igual que los cardenales.Los cardenales:Son creados por el papa. Los que tienen menos de 80 años de edad pueden votar al nuevo pontífice en caso de que se celebre el Cónclave. Asisten al Santo Padre tanto colegialmente, cuando son convocados para tratar juntos cuestiones de más importancia, como personalmente, mediante los distintos oficios que desempeñan, ayudando al pontífice sobre todo en su gobierno cotidiano de la Iglesia universal. Para poder ser nombrado cardenal basta con ser sacerdote, aunque el candidato deberá recibir la ordenación episcopal antes de recibir el anillo y la birreta de manos del Santo Padre.Los obispos:Ejercen una triple misión: enseñar, santificar y gobernar una porción de la iglesia con un criterio propio, como cada uno de los sucesores de los apóstoles. Ningún obispo, aunque haya sido nombrado cardenal, tiene autoridad sobre otro, sino que cada uno depende directamente del papa.En sus respectivas diócesis, son responsables de atender a sus presbíteros; cuidar de que cumplan debidamente las obligaciones propias de su estado, y de que dispongan de aquellos medios e instituciones que necesitan para el incremento de su vida espiritual e intelectual.Los párrocos:Son los pastores propios de las parroquias que se les confían, y ejercen el cuidado pastoral de la comunidad que les está encomendada bajo la autoridad del obispo diocesano. Entre sus tareas está la de conocer a los fieles que se les encomiendan. Para ello, visita las familias, a los enfermos, especialmente a los moribundos, fortaleciéndoles con la administración de los sacramentos. También están pendientes de los pobres y de aquellos que sufren especiales dificultades.Los fieles laicos:Son los encargados de descubrir o de idear los medios para impregnar de vida cristianas las realidades sociales, políticas y económicas. Están llamados a ser testigos de Cristo en todas las cosas, también en el interior de la sociedad.
Uno de mis propósitos en este ejercicio de escritura ha sido el de buscar en la historia del tango el silencio de la mujer frente a la voz del hombre, y para entonar el tema me remito al libro de Sarah. B Pomeroy (1) con las siguientes preguntas: “¿Oyó alguna vez Jantipa los diálogos de Sócrates sobre la belleza y la verdad? ¿Cuántas mujeres leyeron realmente las historias de Heródoto y de Tucídides? ¿Qué hacían las mujeres en vez de esto? … ¿por qué parecía ser tan importante para los atenienses el establecer una diferencia tal entre la cultura de los hombres y la de las mujeres? ¿Cuándo las diosas paganas eran, a su manera, tan poderosas como los dioses?, ¿por qué el estatus de las hembras humanas era tan bajo?”.Lea también: Las mujeres del tango y las mujeres de LorcaLa mitología cuenta que Júpiter convirtió en una vaca blanca a la pobre Ío para que sólo pudiera mugir; mientras que Eco la más locuaz y que amaba su voz, fue castigada y convertida en un simple instrumento para repetir las voces de los demás.Ahora es pertinente citar el Menéxeno de Platón: 'En efecto, Menéxeno, nada de extraño tiene que yo también sea capaz de hablar, pues casualmente tengo por maestra a una mujer muy experta en la retórica, que precisamente ha formado a muchos excelentes oradores y a uno en particular, que sobresale entre los de Grecia, Pericles, hijo de Jantipo. .... Ayer precisamente escuché a Aspasia que elaboraba una oración fúnebre completa sobre este mismo tema”. -Aspasia, famosa hetera y compañera de Pericles-Para tener claro el asunto, la Oración fúnebre pronunciada por Pericles en 431 a.C fue recogida por Tucídides en Historia de la Guerra del Peloponeso, y son muchas las voces que dicen que la verdadera autora fue Aspasia.Estos ejemplos hacen ostentación del poder masculino, para que la mujer no exponga su palabra.No cabe ninguna duda de que para lograr una igualdad entre hombres y mujeres dentro del tango, la mujer ha tenido la certeza de no transitar por un camino sencillo y que probablemente será tarea del porvenir su participación en las orquestas y figuración como letrista y compositora. De cualquier manera, la historia ha demostrado que la mayoría de los géneros musicales han dependido de la tutela de los varones, no solo el tango.Según el análisis de Marta Savigliano, “menos del dos por ciento de los tangos fueron escritos por mujeres, y menos del cuatro por ciento de los tangos fueron puestos en labios de mujeres” (2)Se puede agregar que en la página Todo tango, algunas letristas aparecen con una sola pieza que puede ser un poema lunfardo, un vals, un himno y claro, que están los tangos. Hay algunas como Haidé Dalvan con 32 temas, Sara Rainer con 6, Maruja Pacheco Huergo tiene Sinfonía de arrabal y una habanera Cuando silva el viento con letra y música de su autoría. Esto sin tener presente a Eladia Blázquez y a Marta Pizzo, por ejemplo, ambas con creación fecunda. Destacar a Martina Iñíguez y Otilia Da Veiga, poetas lunfardas.Pensemos que en la historia de las mujeres hay una constante y es que después de muertas se quemaban sus documentos, entonces es difícil seguir el rastro a los escritos, probablemente hubo más letras guardadas que fueron ocultadas de diversas maneras, y ya que llegué al ocultamiento voy a introducirme un poco en la expresión del travestismo y por extensión hablar de travestismo literario.De las letristas hubo una mujer que firmó con seudónimo de hombre, María Luisa Carnelli (Luis Mario Castro) y la menciono por su valiosa biografía; es la autora del tango Se va la vida, con música de Edgardo Donato. Según Rafael Flores Montenegro: “María Luisa Carnelli fue la primera letrista del tango, la primera periodista argentina de guerra, la voz que refutó lugares comunes amañados por una burguesía infame que negaba la pobreza.”Por otra parte, exponer que en compilación hecha por Vanina Steiner en el libro Mirada de mujer: las letristas del Siglo XXI, se hace una reseña que reúne el trabajo de las 36 autoras que lo componen,La escritura de letras continúa tratando los temas canónicos, el amor, la amistad y el barrio; saca a la luz cuestiones sociales, la dictadura, el desempleo, y las emigraciones, por ejemplo.Le puede interesar: Eladia al surLas letras de las mujeres de hoy confrontan el tango macho, ya no hay lamentos por tiempos idos, y seguro no le van a cantar a la querida y santa mamá que lava y aplancha ropa, tampoco a la novia y esposa pura y sin mancha “esas mujeres santas con que soñó el pueblo rioplatense”, según Ezequiel Martínez Estrada. Las nuevas letristas tampoco van a tener un número infinito de tangos con quejas hablando de quienes alguna vez por el abandono quedaron “rechiflaos en su tristeza”.Abriré otro espacio para las nuevas y muchas letristas de tango y Los tres lenguajes del tango de Idea Vilariño, una mirada crítica.(1) DIOSAS, RAMERAS, ESPOSAS Y ESCLAVAS Mujeres en la antigüedad clásica.(2) Malevos llorones y percantas retobadas.
No es menor la incertidumbre y el desasosiego que tenemos hoy en el país y el mundo por el coronavirus: al desconcierto de los discípulos de Emaús pasada la muerte de Jesús; su angustia fue más larga que los doce kilómetros que distaban de Jerusalén, o como nuestra pandemia y cuarentena que se nos está volviendo una eternidad. En Emaús aunque el dato arqueológico no es de fácil verificación, las enseñanzas son verídicas por lo necesarias.Lea también: De la Semana Santa a la Pascuahttps://www.elmundo.com/noticia/De-la-Semana-Santa-a-la-Pascua/379503Si quisiéramos ponerle un sello histórico a lo que nos está ocurriendo el nombre de “Emaús” es perfecto por significar la huída, las preguntas, los prejuicios, la ceguera, la sordera y las incertidumbres por no saber qué viene encima. Alguien decía: ¿por qué Dios no nos advirtió? Con tantos desesperos no vamos a saber que quiere Dios de nosotros. Un mundo o un país decepcionado no se percata de nada. En el camino de Emaús todos somos los discípulos para dejarnos alcanzar por Jesús y no distinguirlo porque estamos muertos del miedo acerca de lo que nos puede pasar en el futuro inmediato. “Entonces Jesús les dijo: ¡Qué insensatos son ustedes y que duros de corazón para creer todo lo anunciado por los poetas! ¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria? Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a su resurrección”. (Evangelio). Antes de la resurrección los discípulos veían a Jesús, pero no lo reconocían; ahora en la resurrección lo reconocemos pero no lo vemos porque no tenemos fe. A Dios lo tenemos en nuestro interior para decirnos: ¿Qué duros de corazón son ustedes? Está porque nos creó, está porque somos sus hijos, está por la Palabra y los sacramentos; todas cosas buenas que hacemos y bonitas que digamos, es Él hablando desde nuestro interior. Esas son las razones para decirle en este tiempo de pandemia: “¡Quédate con nosotros porque ya es tarde y va a anochecer!” No es cierto que desde cuando estábamos caminando afligidos llegó Él y sentimos como un fuego en nuestro corazón con sus palabras, a medida que nos mostraba lo que había ocurrido días antes. “Compartiendo el pan en la cena se les abrieron los ojos lo reconocieron”, después de haber sido solidarios con ellos.Le puede interesar: Semana Santa en familiahttps://www.elmundo.com/noticia/Semana-Santa-en-familia/379319El salmo 15 nos adelanta qué nos va a pasar en la pos-pandemia, dejamos hablar a Dios, haciendo primero un barrido en nuestro interior para darle la oportunidad que Dios hable; cuánto tiempo llevamos diciendo a Dios que nos escuche sin dejarlo hablar a Él. “Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor con Él a mi derecha no vacilaré. Me alegra el corazón porque no me entregarás a la muerte. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha”Lecturas del domingo 3º de pascua - ciclo aDomingo, 26 de abril de 2020Primera lectura. Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,14.22-33):Salmo. Sal 15,1-2.5.7-8.9-10.11Segunda lectura. Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (1,17-21):EvangelioLectura del santo evangelio según san Lucas (24,13-35):Aquel mismo día (el primero de la semana), dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».Ellos se detuvieron con aire entristecido, Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió: «Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».Él les dijo: «¿Qué?».Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».Entonces él les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?».Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron.Pero él desapareció de su vista.Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.Palabra del Señor
El jueves 6 de febrero de 2020, nuestra Academia Antioqueña de Historia, rindió tributo a los periodistas y ofreció una ofrenda floral al busto de don Manuel del Socorro Rodríguez, padre del periodismo colombiano.El viernes 7 de febrero, en el auditorio del Instituto para el Desarrollo de Antioquia, Idea, el gremio pionero de los periodistas antioqueños, valga decir, el Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia, Cipa, celebró el día del periodista con un panel alrededor del interrogante ¿Para qué el periodismo?, con la participación de consagrados colegas nacionales y locales.Lea también: La geopolítica mundial en blanco & NegroEl domingo 9 de febrero, en Plaza de la Libertad, el Club de la Prensa de Medellín, festejó el día del periodista, entregando los premios Manuel del Socorro Rodríguez y tributando un sentido homenaje a los compañeros periodistas fallecidos en el transcurso del año 2019, entre ellos a nuestro inolvidable maestro Javier Darío Restrepo. A más de un gran número de colegas, se hicieron presentes el señor alcalde de Medellín y el colega Henry Horacio Chaves Parra, en representación del señor gobernador de Antioquia. Como dato curioso, el alcalde de Medellín, doctor Daniel Quintero Calle, nos dictó cátedra con el himno antioqueño, al resaltar que en su letra, la palabra libertad se repite 9 veces. Igualmente, nos pidió no dejar de hacerle control político, petición bastante curiosa si se le hace a un verdadero periodista.Ya el día lunes 11 de febrero, en la Cámara de Comercio de Envigado, con la asistencia de las autoridades de ese municipio y una nutrida participación, El Círculo de Periodistas de Envigado, Cipe, se lució con otra magnífica celebración. Es decir, los periodistas antioqueños celebramos con inmensa alegría y compromiso, nuestro día clásico.Estas celebraciones y nuestro amor incondicional al ejercicio profesional del periodismo, tiene plena justificación si repasamos la vida y la obra maravillosa de cientos de colegas comprometidos con la verdad y el trabajo. Personalmente, me acordé del gran compañero periodista-escritor Néstor Armando Alzate Arango, pues justo la víspera me llevó a la oficina su más reciente obra: El Santo del día, un monumental trabajo de investigación, ejercicio periodístico y literario, compuesto de cuatro tomos, de 251 páginas cada uno, donde narra, día a día, mes a mes, 365 historias breves de santos, hermosas y bien contadas, con su estilo sencillo, fluido y nunca exento de recursos literarios. Es la vida, obra y milagros de 365 hombre y mujeres cuidadosamente seleccionados, a la manera de su refinado gusto, que hacen parte del santoral católico, recordando que llamamos santoral católico al conjunto de personas reconocidas por la Iglesia Católica como santos o beatos, en una fecha del calendario determinada, y que ese santoral se fija según el día en el que fueron elevados por la Iglesia Católica a la categoría de santos, y por ello son motivo de celebración en diferentes localidades del mundo, ese día específico.Hablar de la vida y la obra del gran amigo y colega Néstor Armando Alzate, escritor, profesor universitario, columnista, hombre de radio, historiador y periodista del canal Tele VID, hoy presentador de los programas El santo del día, Tras las huellas del papa Francisco y En Hora Buena, tomaría muchas páginas y muchas horas. Lo cierto es que gozar del trabajo y la amistad de Néstor Armando, lo congracia a uno con la vida; te hace sentir afortunado de ser periodista, te remite a su extensa obra, y a encontrar que no es presuntuoso el que la sociedad entera se solace y celebre nuestro día con entusiasmo, pues el periodismo y los periodistas somos hacedores de libertad (la libertad que nos recordó el Alcalde y que cantó amorosamente nuestro Epifanio Mejía), y, por encima de cualquiera otra cosa, somos hacedores de democracia. Sin periodismo no hay democracia, eso lo sabemos. Eso lo tenemos claro, y por eso defendemos al periodismo y celebramos nuestro día con decisión y amor.Le puede interesar: Práctica médica entre la fe y la razónA propósito, pidamos al Santo de hoy sábado 15 de febrero, a san Claudio La Colombiére, larga vida a los periodistas y a nuestra bendita democracia.