De acuerdo con las autoridades el atacante suicida iba a pie y portaba un chaleco cargado de explosivos que detonó contra los policías.
Al menos once personas murieron, entre ellas cinco policías, y veinticinco resultaron heridas después de que un atacante suicida detonara los explosivos que llevaba cerca de las fuerzas de seguridad que vigilaban una manifestación en Kabul.
El atentado suicida tuvo lugar hacia las 8:45 hora local, en el área de Banaee, en el este de Kabul, mientras tenía lugar una pequeña marcha de residentes de la capital, dijo el portavoz del ministerio afgano de Interior, Nasrat Rahimi.
El objetivo de la acción eran los policías que vigilaban la protesta, aseguró el portavoz.
"Se trata de un ataque suicida contra las fuerzas de seguridad de la zona, aunque todavía estamos recopilando detalles sobre las víctimas y otros aspectos del ataque", subrayó Rahimi.
El portavoz del Ministerio de Salud Pública, Wahidullah Majroh, indicó que hasta el momento han trasladado a hospitales de Kabul once muertos y veinticinco heridos por el ataque.
Hay al menos cinco policías fallecidos y once heridos, detalló el portavoz de la Policía de Kabul, Basir Mujahid, a la vez que explicó que "el atacante suicida iba a pie y portaba un chaleco cargado de explosivos que detonó contra los policías que vigilaban la manifestación".
El presidente afgano, Ashraf Gani, condenó "enérgicamente" el atentado y mostró su solidaridad hacia las víctimas, al tiempo que ordenó que se investigue cuanto atentes el suceso, según un comunicado del Palacio Presidencial.
"Los criminales deben entender que con sus acciones contra el islam y la humanidad no encontrarán refugio en ningún lugar del país y se las verán con la rotunda respuesta de las valientes fuerzas de seguridad", dijo Gani.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado a través de un mensaje difundido en el sitio web de propaganda Amaq, vinculado al grupo, en el que afirmó que el ataque lo perpetró uno de sus miembros.
"80 miembros de los servicios secretos y de la Policía afgana murieron y resultaron heridos" en la "operación suicida", informó la agencia afiliada a los extremistas.
El Ejército Islámico ha estado detrás de algunos de los principales atentados en Kabul, una ciudad que en 2017 resultó gravemente golpeada.
El pasado jueves, 40 personas murieron y más de 30 resultaron heridas en un atentado suicida en la capital contra un centro cultural de la minoría chií que alberga una madrasa (escuela coránica), una mezquita y las oficinas de una agencia de noticias.
A finales de mayo pasado se produjo en la ciudad el peor atentado en el país desde 2001, cuando un camión cargado de explosivos causó 150 muertos y más de 300 heridos.
Desde el final de la misión de combate de la Otan en enero de 2015, Kabul ha ido perdiendo terreno ante los insurgentes hasta controlar apenas un 57% del país, según el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (Sigar) del Congreso de Estados Unidos.