Con una sentencia del Juzgado Primero Civil del Circuito Especializado en Restitución de Tierras, al menos 24 hectáreas en el municipio de San Roque lograrán recuperar la fertilidad de la tierra y la propiedad de la misma en el marco del posconflicto.
Cuando don Obdulio Zapata tuvo que abandonar su hogar, en la vereda San Antonio de San Roque (Nordeste Antioqueño), las nueve hectáreas que daban frente a su casa producían caña de azúcar, naranjas y contaba con algunos animales de corral que le permitían a él y a su familia sobrevivir.
Sin embargo, al regresar a su casa, tras doce años de desplazamiento por culpa de la violencia que asoló este territorio, encontró un panorama desolador pues la productividad de su tierra ya no era la misma y este hecho lo obligó a encontrar en el Proceso de Restitución de Tierras, consagrado en la ley 1448 de 2011, una oportunidad de retornar junto a otras siete familias de este sector a trabajar el campo que alguna vez les fue arrebatado.
La Unidad de Restitución de Tierras del Ministerio de Agricultura (URT), ha intervenido en el departamento un total de 8.500 hectáreas, beneficiando a cerca de 7.000 personas pertenecientes a 1.300 familias. En este proceso se han invertido un total de 11.000 millones de pesos para el desarrollo de proyectos productivos de platano, maíz, maracuyá, mora, caña, aguacate, papá y café. También cría de aves, cabrá, procicultura, piscicultura y ganadería.
Puntualmente, en el municipio de San Roque se han adelantado 40 proyectos que restituyeron 1.110 hectáreas a víctimas del conflicto. Allí la URT viene interviniendo 221 solicitudes, de las cuales se han tomado decision sobre 213 y se logró incluir en el Registro de Tierras Despojadas y Abandonadas Forzosamente a 92 de estas solicitudes.
Para acceder a este proceso, Obdulio tuvo que acudir a la personaría de su municipio y tramitar allí mediante el reporte a URT, demostrando que la situación que lo obligó a salir de su hogar fue propia del conflicto armado.
Paola Cadavid, directora territorial de Antioquia Oriente de la URT, comentó que a comparación de los demás trámites de esta índole, el lograr un fallo positivo, o negativo, en el marco restitución de tierras es un proceso ágil.
"Primero se evalúa si el predio entra o no al registro, cuando ingresa se presenta la demanda ante el juez y nosotros hacemos de abogados de las víctimas para responder al juez por todas los requerimientos que considere", indicó Cadavid.
De esta forma fue que Obdulio logró encontrar ayuda para recuperar su terreno y aunque las condiciones agrónomas no son ya aptas para cultivar, ahora dedica su trabajo al desarrollo de actividades ganaderas, porque como expresó "el que es montañero nunca deja de serlo y trabajar con la tierra y lo animales es lo que yo sé hacer".
"Hemos identificado que la gente cuando llega a sus fincas las encuentra destruidas y por eso necesitan un acompañamiento productivo que se representa en apoyos de hasta 40 salarios mínimos en tres abonos en insumos", explicó Cadavid.
Como él, María Nelly Villada, del municipio de Montebello (Suroeste Antioqueño) vivió una situación similar que le cobró la vida de su esposo y la desplazó de su hogar con una familia aún por mantener.
Ella se reunió con las ocho familias de San Roque que desde ahora podrán empezar sus proyectos productivos para contar su experiencia que hoy en día, y gracias a los soportes de la URT, les ha brindado la oportunidad de crear empresas productivas con los terrenos que lograron recuperar.
"Al principio fue algo muy duro, pero diez años después estamos a punto de lograr nuestro sueño que es exportar nuestro café Monte Bravo, que es producido por la Asociación Agroindustrial de Mujeres Emprendedoras de Montebello. Por eso estamos aquí, para que ellos miren que el proceso que inician será duro pero dará frutos" aseguró Villada ante la mirada atenta de los pobladores de la vereda San Antonio de San Roque.
Villada les expresó, con la serenidad que da una vida de resiliencia, que la idea con los proyectos del Gobierno no es esperar que toda la ayuda venga por siempre, sino que "debemos aprovechar estas herramientas para nosotros mismos salir adelante".
La riqueza del agro colombiano vivió su momento más crudo en las ultimas cuatro décadas. La violencia obligó a muchos campesinos a dejar sus tierras a merced del tiempo y otros actores del conflicto. Sin embargo, los avances en materia de orden público han permitido el retorno progresivo de las víctimas a sus propiedades y mediante los programas de restitución las historias de vida como la de don Obdulio o María Nelly, pueden ser precursoras del cambio social que se pretende lograr en el país con la etapa del posconflito.