Difícil comparar la alegría de aprender a leer y escribir; todavía llega al corazón, ese lejano momento en que, de la mano de la bella maestra, al aprender a leer, se nos abrió una inmensa ventana al mundo, llena de luz, de alegría y de esperanza.
Cuando uno está enamorado de la educación, y sabe que la felicidad personal está íntimamente ligada a la de los demás, es fácil maravillarse con aquellas acciones e interacciones, debidamente diseñadas para emprender o mejorar procesos de lectura; más, si esas acciones están dirigidas a una población muy humilde y están centrada en una meta vital, fundamenta y feliz: enseñar a leer y a escribir.
En este contexto, no exagero si digo que en la tarde del pasado martes 23 de julio de 2019, me tocó en suerte vivir un momento de gran alegría cuando, en las instalaciones de la sede de Comfama Aranjuez, asistimos a la ceremonia de entrega de diplomas de básica primaria, a 91 trabajadores de la construcción, mediante el programa Obras escuela, de la Cámara colombiana de la construcción, Camacol Antioquia.
A tenor de lo expuesto, es preciso decir que la labor de la Cámara, hoy gerenciada por el doctor Eduardo Loaiza Posada, carismático dirigente gremial, quien por estos días completa 18 años de servicio y liderazgo en esa entidad, es digna de aplauso y apoyo, y debería ser referente para muchas organizaciones y para Colombia entera, si consideramos que, adicional al balance del citado martes, cuando se certificaron 91 obreros de 11 empresas del sector constructor, el Programa ya registraba más de 4 mil trabajadores de 302 proyectos de construcción, pertenecientes a 45 empresas afiliadas a Camacol.
Para el doctor Loaiza Posada, el objetivo del Programa es claro; y su metodología, sencilla: “El objetivo de este Programa (que ya cumple 12 años), es que los trabajadores de la construcción con baja escolaridad, aprendan a leer, a escribir, y validen su primaria, razón por la cual, antes de la jornada laboral o una vez terminada la misma, los lugares de trabajo se transforman en salones, donde profesores calificados dictan sus clases a los obreros estudiantes”.
Adicional, para la doctora María Lucía Vélez Ospina, directora de responsabilidad social empresarial de Camacol - Antioquia, afincada en su don de gentes y su amor por este tipo de iniciativas, es evidente que Obras escuela, “es insignia de la responsabilidad social empresarial del Gremio y da cumplimiento a varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a saber: Promueve entre los trabajadores la educación de calidad, herramienta fundamental para poner fin a la pobreza extrema y reducir las desigualdades. Todo esto se logra a través de alianzas para el cumplimiento de objetivos interinstitucionales. Mediante los temas dictados en clase, por ejemplo, los estudiantes reconocen la importancia que tiene para la sociedad, la igualdad de género, la inclusión y el respeto por los derechos humanos”.
Difícil comparar la alegría de aprender a leer y escribir; todavía llega al corazón, ese lejano momento en que, de la mano de la bella maestra, al aprender a leer, se nos abrió una inmensa ventana al mundo, llena de luz, de color y de esperanza. Así pues, el pasado martes 23 de julio, pude evidenciar, en un auditorio lleno, la felicidad de muchos niños, de muchos jóvenes, de muchos padres de familia, que veían orgullosos a sus 91 graduados, trabajadores de la construcción todos, acompañados con cariño por el gerente de Camacol, sus directivos, ingenieros, supervisores y profesionales de las obras, al igual que de la Institución Educativa Jesús Rey, responsable académica del proceso, mediante el aval otorgado por la Secretaría de Educación de Medellín.
En un país donde las noticias negativas se constituyen en menú diario de noticieros y periódicos, alegra sobremanera el comprobar que estos compromisos gremiales, planteados con amor y evidente responsabilidad social, aportan al esfuerzo gigante que hace la Gobernación de Antioquia, y otras instituciones públicas y privadas, en la lucha firme por erradicar el analfabetismo en Antioquia.
Felicitaciones a Camacol, felicitaciones a todos aquellos que combaten la ignorancia más elemental y triste; la ignorancia del analfabetismo.