El aislamiento social puede poner en riesgo la salud de los niños y en cuanto a su nutrición, las familias colombianas se preguntan cómo nutrir adecuadamente a los niños en la cuarentena.
Dentro de los retos de la cuarentena para las familias colombianas, y del tiempo que dure la emergencia producida por la covid-19, está el mantener la salud de los niños, tanto emocional, como física y en cuanto a su nutrición.
Resulta ser que, la nutrición en tiempos de escasez, tanto de recursos económicos como en la disponibilidad de alimentos, puede verse afectada, y no solo en el país, esta es una situación a la que se está enfrentando el mundo entero, por tanto, recientemente la OMS (Organización Mundial de la Salud) alertó a los países para que en sus medidas para contener el virus no descuiden servicios vitales y entre ellos mencionó a las acciones sociales en pro de la nutrición de los niños, niñas y adolescentes y de las madres gestantes.
La Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia, Ensin-2015 (que se publica cada cinco años, y en este 2020 el Minsalud aún no ha confirmado si alcance a salir), refiere que en Colombia la mitad de los hogares viven en situación de inseguridad alimentaria, el 54.2%, y que uno de cada nueve niños ya está desnutrido crónicamente. A continuación, la relación de ese rango por departamento:
Lo cierto es que la actual emergencia por el covid-19 acentúa la situación nutricional de la primera infancia colombiana más vulnerable. Proyecciones de las autoridades sanitarias estiman que a los cerca de 500.000 niños y niñas que se calcula sufren de desnutrición crónica podrían sumarse más, en razón de los limitantes por la covid-19.
Por tanto, el cuidado especial que debe tenerse con la nutrición de la población en primera infancia radica en que además de calmar el hambre como necesidad básica, los nutrientes en el inicio de la vida son el principal estímulo para el crecimiento y desarrollo normal, dado que el rezago que se genera en este momento es muy difícil de recuperar, podría ser irreversible, advierten los expertos.
El nutricionista Juan Carlos Burgos explicó que la desnutrición crónica quiere decir que, durante un prolongado tiempo, el niño no consume los nutrientes necesarios para su edad. Este es un cuadro clínico que se manifiesta físicamente en un retraso en la talla, y al no haber una adecuada nutrición, el desarrollo cognitivo también se ve afectado.
En esa medida, a las inquietudes que han surgido al interior de los hogares sobre cómo nutrir a los niños en la cuarentena y en tiempos de emergencia social, expertos recomiendan hacerlo sin gastar tanto y con una oferta alimenticia de intercambio de alimentos, por ejemplo: lenteja x alverja; carne x huevo), lo cual logrará mantener a un niño de 6 meses a 5 años saludable y con un sistema inmunológico fuerte.
En el siguiente gráfico, una minuta preparada por un equipo especializado, que muestra cómo hacerlo día a día y de forma mensual. Este, además de ser un menú base para el tiempo del aislamiento social, entrega otras opciones que pueden ayudar a que esta situación no aumente la desnutrición crónica.
Al momento de hacer recomendaciones nutricionales sobre los alimentos a las familias colombianas, el doctor Burgos expresó que las proteínas son esenciales para el crecimiento. “Son muy importantes para garantizar que los niños tengan buenas defensas y no paren su crecimiento. La proteína de calidad fortalece el sistema inmunológico ante cualquier agente infeccioso. Las proteínas de origen animal tienen un alto valor biológico, porque aportan aminoácidos esenciales que el cuerpo no puede fabricar”, dijo.
No obstante, el costo monetario que tienen las proteínas en la canasta familiar colombiana puede ocasionar que las alejen del consumo de algunas familias. Ante ello, dice el nutricionista, el huevo (que hoy puede estar costando de $300 a $500 la unidad), es el Rey de la proteína. “Ojalá que siempre se consiga. Este se recomienda a diario para los niños. Y si no hay disponibilidad de más proteínas, pueden comer dos huevos”, hace la claridad.
Al momento de conseguir más proteínas dentro sus dietas, las familias pueden hacer una mezcla de un cereal con leguminosas, como el arroz y las lentejas, “los cuales al juntarlos complementan sus aminoácidos y se da una proteína tan importante como la de la carne. El aceite, por su parte, aporta calorías y ayuda a la absorción de vitaminas liposolubles A, D, E y K”, detalló el nutricionista.
Otra recomendación del experto es echar mano de lo que haya disponible en la finca, en el mercado, lo que esté más barato, para poder hacer intercambios de alimentos, sin excluir ningún grupo, pero bajando los costos. Lo importante es mantener a los niños seguros y bien nutridos, enfatizó.
En lo concerniente al periodo de la lactancia, el menú que propone Juan Carlos Burgos es amamantar a los bebés exclusivamente hasta los 6 meses y continuarla hasta los dos años, de ser posible. “La leche de vaca debe introducirse, ojalá, solo después del primer año de vida” agregó.
Se debe tener en cuenta que la desnutrición crónica o retraso en talla es una condición multicausal que altera el desarrollo físico y cognitivo de los niños en sus primeros 5 años de vida.
Algunos de los determinantes sociales de la desnutrición crónica son: hambre prolongada, falta de agua potable, falta de saneamiento básico, falta de acceso a servicios de salud, bajo nivel educativo de la madre y la desigualdad por ingresos.
Los niños que pasan el umbral de los 2 años con desnutrición crónica crecen rezagados con respecto a quienes se desarrollaron en condiciones normales, lo cual es la base de la inequidad.
Además, la desnutrición crónica prevalece en los hogares donde hay inseguridad alimentaria, en niños que no reciben lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, en niños con bajo peso al nacer (menos de 2.500 gramos) entre otros.
El pasado lunes 20 de abril, inició la distribución de los alimentos del Plan de Alimentación Escolar, PAE, en los 117 municipios no certificados del departamento.
Con esto, se busca proteger la seguridad alimentaria y nutricional de los NNA que, por la acción del aislamiento social, deben adelantar sus actividades escolares desde el hogar.
Al inicio de la cuarentena, el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Educación, definió que los alimentos del PAE se debían entregar a los estudiantes de las instituciones públicas en sus casas. En Antioquia, esta medida ha beneficiado a 283.000 niños, niñas y adolescentes en el tiempo del aislamiento social.
Cabe destacar que las entregas se hacen efectivas a través de los convenios de cofinanciación que se adelantan entre la Gobernación de Antioquia y los municipios.
Sobre la forma como son entregados, el gerente de Maná, Pedro Fernando Hoyos Gracia, explicó que cada alcalde y cada comunidad son libres de elegir la fórmula más expedita para lograr la mayor cobertura, oportunidad y calidad en la entrega. La mayoría de los municipios tomaron la decisión de entregar paquetes de alimentos y bonos alimentarios.
“Cada alcalde es responsable de la entrega con sus operadores y vamos muy bien. Hemos tenido una respuesta muy positiva de los alcaldes, casi estamos entregando en un 100% de los municipios; y casi en todos ellos eligieron la entrega de los alimentos”, expresó.