El Diario de Carmen es un espacio diferente, ameno y útil, que ofrece consejos y prácticos tips para desarrollar en el hogar durante la cuarentena.
De un momento a otro, después de un sol resplandeciente cae ante nosotros la oscuridad y la tempestad. Algo muy diminuto pero pesado nos contagia de tal manera que nos encierra en casa. Papá y mamá junto a sus hijos, además de la linda mascota. Pueden ser cuatro paredes, puede ser la amplitud de una mansión. La orden a la que estamos enfrentados es: No puedes salir.
- Lo primero que tenemos que hacer es borrar de nuestra mente las palabras y frases: “encerrados” - “esto está muy duro” - “no sé qué voy hacer” - “me estoy enloqueciendo” - “apenas van unos días”. Usted es la dueña de su mente, comience el día pensando y diciendo: “gracias, hoy tengo un día de regalo para mí. Un día para cuidarme y cuidar a los míos”.
- La palabra meditación no es que sea muy amiga de todo el mundo. Se tiene la idea que es sentarnos en posición de loto, hacer unos ruidos con la boca, cerrar los ojos y poner la mente en blanco. Puede que sí, pero mejor le sugerimos esto: Antes de levantarse y sentarse en su cama, cuente del 1 al 13, así su mente se prepara del sueño al despertar. Nunca se levante a la carrera de su cama, es una recomendación que hacen los médicos. Siéntese y tome el aire por la nariz, cuente hasta diez y vótelo. Mientras hace este saludable ejercicio, piense y dígase “gracias a un Dios porque estoy viva, gracias porque estoy sana, gracias porque siento todo mi cuerpo”. Esta es su meditación, sea cual sea su creencia o sino la tiene. Esto le dará seguridad y una notable armonía para comenzar un día. Un día muy diferente a los que usted venía viviendo.
- No se le ocurra quedarse en piyama. Salte de su cama al baño, pero antes estoy segura se va a dar una miradita en el espejo… No está nada linda, ni bello. Está de pelo revuelto y de piel desteñida, esto quiere decir sin pizca de maquillaje y sin rasurada barba… terrible figura la que se está viendo ahora que no está a las carreras para ir al trabajo. No se preocupe… eso tiene arreglo.
- No se demore mucho dándose un largo baño, recuerde que más de uno se tiene que bañar y el agua hay que cuidarla. Lo que sí le recomiendo es una vez a la semana hacerse una “exfoliación en la piel de su rostro”.
- Una exfoliación casera puede ser: En la palma de su mano ponga una cucharadita dulcera de hojuelas de avena y otra cucharadita igual de azúcar morena. Mezcle bien, humedezca, y suavemente aplíquela en sus mejillas, frente, mentón y cuello, dando giros muy suaves. Retírela con agua fría. Notará su piel muy suave y sin ningún puntico negro. Si no tiene azúcar morena, sirve perfectamente la panela raspada. Y si no tiene ni azúcar, ni panela, las solas hojuelas de avena le sirven.
- Pero estando en el baño, después de la ducha, hay un ejercicio que recomiendan los sicólogos para saber más o menos como está su “equilibrio emocional-racional”. Párese derechita o derechito, ponga sus manos en actitud de rezar, no entrelazadas, sino palma con palma a nivel del corazón. Respire profundo y bote el aire. Lentamente trate de levantar la pierna derecha en ángulo recto, sostenga el equilibrio contando del 1 al 10, bájela lentamente y repita igual con la pierna izquierda. Si usted fue capaz de esto usted tiene un perfecto equilibrio emocional-racional.
- En este maravilloso tiempo de “estar en casa” tenemos que hacer lo posible de cambiar esos hábitos físicos que hacemos a diario como una máquina, por hábitos emocional sicológicos como el ejercicio de la ducha.
- Cante, sí, cante cuando se esté bañando, no importa que se le vuele más de una nota o que la letra de la canción se le olvidó, invéntesela. Dígale a su pareja y a sus niños que canten.
-No se levanten desesperados a prender todos las noticias de la radio, ni a ver los noticieros de la televisión. Pueden estar oficialmente informados si se reparten la tarea de este oficio delegada cada día a un miembro de la familia. El responsable de cada día escuchará o verá todo y será quien le cuente en una hora determinada a todos unidos y reunidos.