Colombia necesita una corte electoral independiente, autónoma, imparcial, que realmente este dedicada a impartir justicia.
Hagamos un análisis sobre las pasadas elecciones y las herramientas con que contamos los colombianos para tener certeza de los resultados del proceso electoral. Quiero hacerlo rememorando un aniversario más de la Revolución de los Comuneros, que empezaba el 16 de marzo de 1781 con el alzamiento revolucionario de un grupo de santandereanos en el Socorro. Una revolución liberal que abrió el camino a la independencia en nuestro país. Son 237 años desde que ocurrió esa revolución y aún tenemos un sistema político feudal, pre moderno, clientelista y profundamente distorsionado por lo que Carlos Lleras Restrepo llamó la patología de la democracia.
Sumado a esto, las graves revelaciones del reciente fallo del Consejo de Estado sobre el Movimiento Independiente de Renovación Absoluta (Mira). Se trata de irregularidades en las elecciones del 2014, destrucción de material electoral y el sabotaje al software electoral. Lo anterior es evidencia suficiente para justificar la urgencia de adelantar una reforma política que permita construir un sistema electoral depurado y confiable. Esas reformas incluyen la adopción de un nuevo código electoral moderno. Todas las mesas de votación deben tener biometría, medida básica para reducir el fraude.
Colombia necesita una corte electoral independiente, autónoma, imparcial, que realmente este dedicada a impartir justicia. Una corte con magistrados que cumplan altos requisitos profesionales, con estándares de formación y excelencia ética, que les permitan tomar decisiones y fallos que corrijan los defectos crónicos que se han entronizado como cultura.
Adicionalmente, las fallas de las últimas elecciones parlamentarias relacionadas con el sistema de distribución de tarjetones para las consultas son un síntoma de los desafíos que tiene la Registraduría Nacional del Estado Civil en materia de personal, herramientas tecnológicas y recursos para garantizar en todo el territorio nacional, elecciones libres, justas y competitivas.
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Al Congreso de la República le quedan tres meses de trabajo legislativo para terminar un periodo de cuatro años, por lo que es urgente aprovechar este tiempo para avanzar en los retos pendientes: me refiero a la reforma al sistema electoral, a garantizar la transparencia de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) que entran en el proceso y a resguardar la información electoral contenida en aplicaciones, soluciones informáticas, registros magnéticos y “back up” utilizados en todo el proceso electoral.
El fallo del Consejo de Estado comprobó irregularidades en el escrutinio de votos del 50 por ciento de las mesas de votación del país, así como alteraciones en el software utilizado para el conteo y pérdida de material electoral. Aunque el partido Mira recuperó sus tres curules en el Senado después del fallo, los demás colombianos quedamos en incertidumbre y la veracidad de los resultados electorales de las próximas elecciones presidenciales están de entrada cuestionados. ¡32 años tiene nuestro código electoral! Es hora de reformarlo.
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