El castellano era la lengua “compañera del Imperio” de Fernando e Isabel… y al igual que el Imperio, la lengua empezaba a extenderse por los nuevos dominios de España.
El idioma de la región de Castilla que hoy se habla en casi todo el mundo, y que el emperador Carlos V llamó “idioma español”, declarándolo lengua oficial de España (no de Castilla, la región donde nació), es nuestra lengua materna caracterizada por su claridad y su rotunda musicalidad.
En la región cántabra, en España, que por estar tan fortificada se llamaba Castiella y, luego, Castilla, se produce una lengua que se diferencia marcadamente del resto de los romances hispánicos.
En ese idioma nacido en Castilla, llaman la atención la novedad y la audacia de la fonética que simplifica muchas formas gramaticales; este idioma es de una gran claridad acústica, determinada por la abundancia de las vocales simples, especialmente la A, que da una rotunda musicalidad.
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De ser el idioma de Castilla, pasa a ser el eje conductor de la Reconquista y el creador de la España unificada. Dice el gramático Guillermo Díaz-Plaja. ”He aquí por qué hoy llamamos ESPAÑOL al humilde romance surgido entre los riscos de Cantabria.”
Terminado el período de forcejeo con las demás formas lingüísticas peninsulares, el romance castellano alcanza su período de madurez lingüística hacia los siglos XVI y XVII, y se convierte en el lenguaje cultural y literario de España.
El castellano era la lengua “compañera del Imperio” de Fernando e Isabel (los reyes católicos), y al igual que el Imperio, la lengua empezaba a extenderse por los nuevos dominios de España. En América, sobre todo, recibió muchos vocablos de las lenguas indígenas: aymará (Bolivia), quichua (Perú), araucano (Chile), guaraní (Paraguay), náhuatl (México).
En la historia del idioma es clave la presencia de Carlos V, flamenco de nacimiento, coronado Emperador: Carlos I de España y V de Alemania. Cuando llegó a España, ignoraba el castellano, pero tuvo la resuelta voluntad de imponerlo como idioma oficial a todos los límites de su Imperio; lo exigió a los príncipes alemanes; hizo que sustituyera el latín en las Cancillerías y, a poco, se convirtió en la lengua diplomática de Europa. En este momento histórico, el castellano, un idioma de provincia, pasa a ser español, idioma de un Imperio y sus dominios. Por estas razones, hablemos de lengua española y no lengua castellana. Esta última denominación no es aceptada por la RAE, por contradecir la historia.
2. Ramón Alberto Mejía y su nuevo libro:
Don Ramón Alberto es un trabajador de la cultura y de la empresa. Piensa, analiza y conceptúa a través de sus conferencias, talleres y libros.
Sabe que es la escritura la que perpetúa en la historia el pensamiento de quienes han querido hacer patria, y la entrega decidida de quienes desarrollan cultura social, religiosa, familiar, ética, empresarial…
Esos son los temas de sus libros, analizados desde diferentes parámetros, porque don Ramón Alberto tiene como primera razón de su compromiso existencial la educación, la ética profesional, la familia.
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Por ello, en su último libro Sobre la existencia humana (una elegante y finísima edición, realizada por Grafoprint a cargo de don Óscar Velásquez, y con una carátula del Quijote y su escudero), en ese libro – digo – hay temas como: El valor inapreciable de la vida. Educación. Otras esclavitudes modernas y degradadoras. Crisis económica. La iglesia y el estado. Empresa-Educación. Se está destruyendo a la familia. La historia de la Empresa, etc.
Este conferencista y escritor es tan comprometido con sus ideales y actuaciones, que los temas y métodos para llegar a ellos los expone en cada libro que publica, con un fervor inquebrantable.
3.”Palabra Bermeja”
Es el curioso título del libro del estudioso Elmer Pinilla Galvis, editado también por Grafoprint. Este apreciado e inteligente médico nacido en Barrancabermeja, le explica al lector que los textos de su libro no fueron escritos con propósito económico, sino exclusivamente para demostrarse a sí mismo su capacidad para escribir sobre literatura: cuentos, poesías, ensayo, temas históricos, temas de controversia, etc.
Y como constancia de ese desafío personal, hoy entrega su libro “Palabra bermeja”, un muestreo de muy diversos temas, que van desde lo histórico hasta los capítulos dedicados: uno, a poemas; otro, a controversias; pasando por la lingüística, la etimología, el léxico santandereano, “partículas fantasmas y ubicuidad cuántica” (título de un capítulo), y otras muchas ideas más.