Vamos a hablar de las estupideces de nosotros los adultos de edad mental definida o indefinida.
Ahora que dizque estamos (o estuvimos) en huelga de profesores, se me ocurre traer al caso cuál es la edad mental de cada uno, y por qué.
Hace ya algunos años leí en una estadística norteamericana, que el cincuenta por ciento de la población tiene una edad mental no mayor que la de un niño de 13 años.
Desde luego que los niños y también los grandes y los viejos, todos, decimos bastantes estupideces en redacciones, columnas, cartas y, claro, exámenes. Pero eso no es culpa de los niños, ni de los que ya crecimos, sino de los programas educativos que acumulan muchas cosas inútiles que a veces no permiten sacar nada en claro. Y por supuesto de la influencia de todos los que nos rodean.
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Y lo digo con bastante conocimiento de causa pues fui maestra desde mis 17 años, en la Escuela José Félix de Restrepo, luego en la Universidad de Antioquia; más tarde en la Universidad Javeriana y en el colegio Gimnasio del Norte, para no hablar de clases privadas, y a veces de materias desconocidas. También escribí muchos años para EL DIARIO, vespertino liberal de Medellín y desde hace ya doce años, para EL MUNDO de Medellín.
Y de todo esto hablaremos otro día, pero por hoy vamos a hablar de las estupideces de nosotros los adultos de edad mental definida o indefinida.
Veamos primero las de los padres que envían una excusa al colegio para explicar una ausencia de sus hijos. Y esto no son chistes.
-Pablo tuvo que entrar al hospital para una distracción dentaria.
-Claudio falta por haberse roto la canícula.
-Juana se golpeó la rodilla y tuvo un derramamiento de sinónima.
-Pepito tuvo un ataque de reumatismo articular exiguo.
-Excuse la ausencia de mi hija que estuvo enferma por haber faltado a clase.
-Mi hija tuvo que faltar ayer porque iba a ser hermana.
-Quisiera que mi hijo fuera cambiado de puesto porque su compañero no hace sino decirle insolaciones.
Y enseguida, algunas de los profesores:
-Su hijo tiene algunas lagunas en su ignorancia.
-Sale a veces del Café de la Universidad para asistir a los cursos.
-Por favor enviar algunos libros que las jovencitas de quince puedan leer a ojo cerrado”.
-El novio es un joven ruso nacido a orillas del mar Capeto.