Así lo reveló el informe de la Ocde, que analiza la adaptación de los estudiantes inmigrantes o descendientes de inmigrantes a su lugar de destino a partir del informe Pisa 2015.
Los estudiantes inmigrantes o con antecedentes migratorios tienen más dificultades para lograr un buen nivel académico y de bienestar que los nativos, según el último informe de la Ocde presentado este lunes en Bruselas.
La directora gerente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), la mexicana Gabriela Ramos, fue la encargada de presentar el "primer informe" en el que se analiza la adaptación de los estudiantes inmigrantes o descendientes de inmigrantes a su lugar de destino a partir del informe Pisa 2015.
"Una manera de integrar a los inmigrantes de forma satisfactoria es a través de los colegios", dijo Ramos, quien considera "absolutamente crucial" la importancia de los sistemas educativos en la adaptación de estos inmigrantes.
La directora gerente de la Ocde recordó algunos ejemplos que ya se han puesto en marcha, como el proyecto World Relief Chicago, que promueve los intereses de las familias de refugiados e inmigrantes en la ciudad estadounidense, o el sello intercultural que otorga desde 2012 Portugal a los colegios que promueven la integración.
"Pero todavía se puede hacer mucho más", insistió Ramos, quien añadió que "no es sólo una cuestión de ayudar a los inmigrantes, sino también educar a la población nativa (...), que los niños entiendan la riqueza de vivir junto a otros niños de diversas procedencias".
Los flujos migratorios están cambiando la composición en las aulas: casi uno de cada cuatro estudiantes de 15 años en países de la Ocde es extranjero o tiene al menos un padre nacido en el extranjero.
El bajo rendimiento académico es una característica común en la mayoría de los estudiantes con antecedentes migratorios: mientras tres de cada cuatro estudiantes nativos en los países de la Ocde y de la Unión Europea en 2015 alcanzaron un nivel básico de competencias en las tres principales asignatura de Pisa-lectura, matemáticas y ciencia-, sólo seis de cada diez con antecedentes migratorios lo consiguieron.
Una diferencia que se amplía en el caso de los inmigrantes de primera generación (estudiantes nacidos en el extranjero de padres nacidos en el extranjero), de los cuales un 49% alcanzaron los niveles básicos de competencia académica en la Ocde (50% en la UE), frente al 72% de nativos (71% en la UE).
En España, las cotas fueron del 52% entre inmigrantes de primera generación frente al 75% entre los estudiantes nativos. Además de la respuesta académica, el informe pone el foco en el grado de capacidad para adaptarse socialmente y apunta que el 41% de los inmigrantes de primera generación muestran un débil sentimiento de pertenencia, comparado con el 33% de los estudiantes sin ningún antecedente migratorio.
España es uno de los países con un mayor sentimiento de pertenencia a su escuela por parte de los inmigrantes de primera generación (71%), aunque existe una diferencia considerable respecto a sus compañeros nativos (85%).
El informe también analiza el grado de satisfacción con la vida como una medida del grado de bienestar "subjetivo" de los estudiantes. Según los datos de Pisa 2015 recogidos por la Ocde, un 31% de los estudiantes inmigrantes de primera generación declararon estar poco satisfechos con su vida, cifra que en el caso de los nativos se redujo a 28%.
Las diferencias más amplias en satisfacción entre adolescentes nativos y primera generación de inmigrantes se encuentran en Lituania (25%), Chile (12%), España (11%) y Francia (11%). Por otra parte, México (84%) y Holanda (86%) destacan como países con estudiantes (nativos e inmigrantes) más satisfechos, mientras que en Hong Kong el grado de satisfacción medio de ambos es del 55%.
Según el informe, una de las fuentes de estrés más citadas por los adolescentes es la ansiedad relacionada con las tareas y exámenes escolares, así como la presión y preocupación por las notas.
En este sentido, de los estudiantes nativos de los países de la Ocde un 61% mostraron niveles de ansiedad relacionados con el trabajo escolar, 6 puntos porcentuales menos que sus compañeros inmigrantes.
El estudio señala que, en muchos casos, las personas con menos talento pero con una mayor motivación para alcanzar sus metas tienen más probabilidades de tener éxito que aquellos que tienen talento pero no son capaces de establecer metas.
En este supuesto, el porcentaje de inmigrantes de primera generación que afirmaron desear ser el mejor en lo que hacen (71%) fue mayor que el de nativos (64%).