En la semana en la que el mundo invoca los derechos de la mujer, es bueno reflexionar sobre lo que cada persona aporta desde su lugar para la igualdad de género y el respeto por los demás.
Que ellas también puedan estar o caminar tranquilas en cualquier lugar, sin temor ni duda, es un derecho de todos.
No son solo el homicidio, la agresión sexual, la violencia interpersonal, intrafamiliar o de pareja las únicas situaciones que le hacen daño a la mujer; también lo son el acoso, el tocamiento, las palabras obscenas o inoportunas -piropos- o las miradas libidinosas, todas circunstancias que incomodan, intimidan y hasta causan un temor en ellas que, en muchos casos, puede terminar por generar frustraciones o truncar vidas.
Por eso hoy, cuando el mundo se prepara para conmemorar este domingo 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, que más bien es un llamado a la igualdad de género y, especialmente, al respeto que debe imperar en todos los espacios, académicos, científicos, políticos, artísticos, culturales, laborales, deportivos y familiares, es oportuno invitar a una reflexión integral que permita, cada vez más, erradicar las anticuadas y nocivas “licencias culturales” de una sociedad machista que ha permitido y legitimado toda clase de violencias contra ellas.
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Dura realidad
Forensis 2018, último informe del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, consigna cifras que desnudan la dura realidad que vive el país en temas de seguridad y convivencia, y especialmente de esos contextos y situaciones que atentan contra la vida y la tranquilidad de la mujer.
Las cifras de homicidios de 2018 presentaron un incremento en todo el país luego de ocho años de continuo descenso, y aunque los hombres continúan siendo las principales víctimas, el número de mujeres asesinadas demuestra que cada vez están más expuestas a este tipo de violencia.
12.130 personas perdieron la vida en hechos violentos durante 2018, de ellas 1.042 (8,6%) mujeres, que representan una tasa de 6,6, para algunos poco significativa si se compara con el número de hombres asesinados. Sin embargo, si se le compara con las tasas regionales, donde México tiene una tasa de mujeres asesinadas de 1,2, Brasil 1,1 y Honduras 5,1, nos damos cuenta de la real y preocupante dimensión de este fenómeno en el país.
Pero la preocupación es mayúscula para Antioquia, que con 180 víctimas aparece como el departamento con mayor número de asesinatos de mujeres en todo el país, seguido del Valle del Cauca con 167 y Bogotá 102.
Y la inquietud se hace extensiva a Medellín, que figura como el tercer municipio con mayor número de mujeres asesinadas, 43 en 2018.
Otras violencias
La violencia interpersonal, entendida como el uso de la fuerza física con la intención de causar daño en el otro, es otro indicativo de la vulnerabilidad de las mujeres. Medicina Legal confirma que en 2018 se atendieron en todo el país 116.115 casos por violencia interpersonal; de ellos 40.337 contra mujeres. En Antioquia se presentaron 11.852 casos y de las víctimas 4.087 fueron mujeres, mientras que en Medellín se registraron 5.888 y de ellos 1.849 fueron contra el sexo femenino.
En cuanto a violencia intrafamiliar, que incluye no sólo agresiones físicas, sino sicológicas y sexuales, el informe precisa que durante 2018 la mujer siguió siendo la más agredida en este tipo de episodios que ocurren al interior del hogar y que, lamentablemente, en algunos casos es una realidad aceptada socialmente y muchas veces ocasionada en la dependencia económica de la mujer, su bajo nivel educativo, el deseo de “mantener una familia unida”, entre otras variables.
Esta violencia intrafamiliar contra niños, niñas y adolescentes (NNA) mantuvo la tendencia a tener mayoría de víctimas de sexo femenino, en edad adolescente, y con bajo nivel de escolaridad. La tendencia de que los padres y madres son los mayores agresores también se ha mantenido.
Violencia de pareja
En el año 2018 se realizaron en Colombia 49.669 peritajes en el contexto de la violencia de pareja, y de ese total el 86,08% (42.753) se practicaron a mujeres. En este tema la proporción en nuestro país es de 6 a 1, es decir, por cada seis mujeres que denuncian ser víctimas de violencia por parte de su pareja, sólo se reporta un hombre como la víctima.
Dice el informe Forensis que “más allá de las agresiones al interior de las relaciones de pareja, una situación que se evidencia y agudiza, es la violencia ejercida contra las mujeres por parte de sus parejas o exparejas hombres, circunstancia que preocupa, ya no únicamente por la exposición de las mujeres a experimentar diferentes tipos de violencia, que, de por sí desborda la gravedad de la situación, sino, además, por el creciente número de mujeres víctimas de violencia mortal”.
Del total de esos casos, Antioquia registró 5.542, y de ellos 4.679 (84,4%) afectaron a la mujer.
Proporción que se mantiene en el ámbito municipal: Medellín presentó 3.065 casos, de ellos 2.544 (83%) contra la mujer.
Y en el capítulo de exámenes médico legales por presunto delito sexual el panorama no cambia. En 2018 se realizaron 26.065 exámenes en todo el país, lo que representa un incremento de 2.267 casos con respecto al año anterior, siendo las mujeres las más afectadas (22.309 casos). Por cada hombre víctima de presunto delito sexual se presentan seis mujeres víctimas.
Y por rango de edades, el informe determina que “es alarmante la situación de riesgo de ser víctimas de delito sexual para las niñas entre 10 a 13 años, grupo etario que representó el 41,9% del total de valoraciones practicadas en mujeres.
Las cifras revelan que la violencia sexual es una forma de las violencias de género en la que se manifiesta con mayor impacto la desigualdad entre hombres y mujeres.
En Antioquia se realizaron en ese año 3.302 de esos exámenes médico legales, de ellos 2.795 (84,6%) a mujeres.
En Medellín se hicieron 1.505 exámenes, 1.269 (84,3%) a mujeres.
Y todo esto sigue ocurriendo pese a que desde 1995, la Cuarta Conferencia Mundial Sobre la Mujer, realizada en Beijing, había advertido que “la violencia contra la mujer es una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres, que han conducido a la dominación de la mujer por el hombre, a la discriminación contra la mujer y a la interposición de obstáculos contra su pleno desarrollo”.
Así que es hora de decir no más. No más violencia ni acoso contra las mujeres, en ningún lugar, bajo ninguna circunstancia. Y empecemos por entregarles desde ahora el mejor regalo que se les puede ofrecer: “RESPETO”, porque a ellas…ni con el pétalo de una rosa.
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