Canto gregoriano: es el canto oficial de la Iglesia romana. Es un canto monódico, diatónico, con ritmo libre y texto latino, practicado por la liturgia latina en la Misa y en los Oficios Solemnes. Es tan antiguo como la iglesia misma, que se definió en el pontificado de Gregorio I (San Gregorio Magno).

La polifonía sagrada en los templos, tiene su origen en la escuela de Notre-Dame de París.

En la segunda mitad del siglo XII surgió en París un grupo de músicos que pasaron a la historia por ser los primeros autores polifónicos conocidos.

La polifonía que es el modo propio de la música occidental, no es más que un desarrollo vertical del antiguo cántico litúrgico, con lo que ha coexistido a lo largo de toda su historia.

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En el siglo XIII apareció el Motete, composición religiosa musical breve, para cantar en las iglesias a una o varias voces, basado en temas del canto litúrgico tradicional; puede tener acompañamiento instrumental.

Durante la segunda mitad del siglo XV apareció el canto a capella o sea para voces solas, que excluye el uso de instrumentos y transfieren a la voz todo el contenido de las ricas melodías. Fue la época de la escuela polifónica en  tiempos de los Reyes Católicos, Enrique IV de Castilla y Juan II de Cataluña-Aragón, y el surgimiento del admirable centro musical de la Real Capilla de Nápoles. Se destacan, entre otros, Josquin des Prés, en Roma; Willaert, en Venecia; Lassus, en Munich.

Los instrumentos aportaron para la ejecución de la música sagrada; pero en el siglo XVI su papel se limitó a doblar o suplir las voces en casos especiales, .cuando apareció un repertorio de música para órgano. Fue época del florecimiento de grandes compositores para órgano en España, Austria e Italia.

Hay que recalcar que el canto gregoriano se ha considerado como el promotor del arte polifónico sagrado en Europa.

Desafortunadamente los polifonistas neerlandeses tomaron temas de canciones profanas para sus misas y motetes, lo que cambió el sentido de la música sagrada, con consecuencias negativas para el arte musical religioso. A raíz de esto, el Concilio de Trento en su sesión 22 del año 1562, prohibió la introducción de elementos lascivos e impuros en la polifonía y música sagrada para órgano.

Palestrina sin lugar a dudas fue, el gran maestro de la música polifónica sagrada, concretamente con sus misas; José María Bravo Márquez con su Orfeón Antioqueño, fue un gran divulgador de sus obras durante el siglo XX, como también de la obra de Orlando di Lassus, considerado como el maestro del motete.

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Durante el siglo XVII los compositores de música sacra trataron de conservar el estilo palestriniano a capella; pero corrientes nuevas, impulsadas por maestros italianos, presionaron por el acompañamiento orquestal. En este campo, se destacó la escuela de Monteverdi, y la escuela napolitana con gran  influencia en compositores españoles, como Pergolesi. Para muchos, la introducción de la orquesta en la música sacra no fue positiva.

El espíritu litúrgico desapareció casi por completo, aparte de la producción religiosa de Bruckner, pero el arte si ganó. Apareció la brillantez orquestal en las misas de Beethoven, Mozart, Haydn y Cherubini, y el papel orquestal cobró más fuerza con la música sacra de los romántico: Verdi, Berlioz, Weber, Liszt y Gounod.

El pasado nos interroga: ¿cuándo será el día en que la iglesia católica retome el canto gregoriano que es parte de su patrimonio?