Monterrey, ciudad maestra, la profesora de las que han entendido que el encuentro es el motor del desarrollo urbano, por encima de desarrollo urbano mismo
Al noreste de la república mexicana, a unos 500 metros sobre el nivel del mar, y sumergida en la cadena montañosa de la Sierra Madre Oriental, se encuentra la ciudad de Monterrey, la capital del estado de Nuevo León, una de las 18 ciudades que conforman, después de la Ciudad de México, el área metropolitana más grande en extensión de todo el país (la tercera en población). Es definitivamente la ciudad industrial por excelencia y una de las que definen el rumbo de la economía de México. Tiene muchas cosas parecidas a Medellín, entre otras, que los regiomontanos (gentilicio de los nativos de Monterrey), no le hablan mal de ella a nadie y viven más que orgullosos de lo que han logrado hacer con un territorio que tiene geográficamente tantas cosas en contra. La ciudad de las montañas, como también se le denomina a la sultana del norte, ha sido catalogada en múltiples ocasiones cómo la ciudad con la mejor calidad de vida, para este 2018 según la Mercer Human Resource Consulting, lo volvió a lograr, además se logró ubicar entre las 10 mejores de América Latina y una de las 100 mejores del mundo entero. Muchas veces, sobre todo en los estados del sur de México, en Chiapas, en Oaxaca, he escuchado el estribillo: “En el sur se sueña, en el centro se piensa, pero en el norte se hace” y con estar un par de horas en Monterrey queda clarísimo que acá todo se hace y también que hay que hacer equipo para lograr que las cosas pasen, que solos, es imposible. Esto se evidencia en sus rutas aéreas con múltiples destinos, en sus excelentes relaciones con las ciudades fronterizas, tanto nacionales como con los Estados Unidos, pero sobre todo se evidencia con que casi 50 países del mundo tienen sus consulados puestos en esta ciudad y además de ser ciudad hermana de Medellín, otras más de 20 ciudades lo son. Se ha reinventado infinidad de veces dándole cátedra a las ciudades del resto del continente de cómo es que se gestiona un proceso urbano óptimo.
Monterrey, ciudad maestra, la profesora de las que han entendido que el encuentro es el motor del desarrollo urbano, por encima de desarrollo urbano mismo. Justamente por eso estoy acá, pues para que todo esto ocurra, el espacio público es fundamental y una reunión de expertos de todo el mundo hablando de este tema no tendría otro escenario mejor que esta ciudad.
Resulta que acá en México, hay una Asociación nacional de parques y recreación – ANPR que dirige el honorable licenciado Luís Antonio Romahn Diez, con quien tuve el gusto de compartir un panel de bienestar en Chile, y que es un promotor incansable de los parques urbanos. Esta Anpr está realizando esta semana el congreso internacional de parques urbanos, al que fui invitado como ponente, y donde me encontré con funcionarios públicos, técnicos, desarrolladoras inmobiliarias, universidades, organizaciones de la sociedad civil, expertos urbanistas y proveedores de equipamiento, entre otros, con una finalidad en común: impulsar la industria de los parques urbanos, los espacios públicos y la recreación en los entornos urbanos de todo el mundo. Gratamente impresionado con la organización y la calidad el evento. Algo así como un foro mundial urbano, pero dedicado al espacio público. Además, en el marco del Parque Fundidora, un ejemplo de redefinición del suelo y reciclaje urbano sin precedentes, en un escenario ultramoderno como lo es el centro de Congresos Cintermex, y en esta Monterrey que todo lo hace bien. Muchas gracias al Lic. Romahn por permitirnos multiplicar nuestra #CiudadaníaAntesQueCiudad en este gran encuentro.