En este modelo pedagógico 4Ri, las personas son fundamentales
El mundo cambió y apenas nos estamos dando cuenta. Los cambios no vienen solos, poco a poco le anteceden otros que a diferentes niveles van ambientando los grandes movimientos en la historia. Con el desarrollo de la tecnología, los avances en materia aeroespacial y las crecientes innovaciones en el campo médico, hemos llegado al punto de evaluar el contexto anterior de la educación superior y este que se nos está presentando. La transformación digital nos ha puesto de manifiesto que los modelos educativos deben integrar escenarios de formación en capacidades y entornos para desarrollar las mismas. Entre el modelo tradicional y los modelos sociales, hay un abismo que sólo la transformación digital puede suplir. Estas transformaciones también involucran metodologías como el design thinking o el design doing, que modifican créditos-horas, por productos concretos ideados, diseñados, testeados y hechos en el aula. Este nuevo modelo educativo, al que me atrevería a llamar 4Ri, tiene tres competencias básicas: aprender a pensar, aprender a convivir y aprender a comunicar. El primero va en la línea de lo que llamamos ciencias básicas, el segundo que se integra a las ciencias naturales y la formación humanista y la tercera, esa que articula las ciencias sociales con la tecnología.
En este modelo pedagógico 4Ri, las personas son fundamentales. Si antes considerábamos al estudiante como el cliente, ahora, bajo este nuevo modelo el cliente de las universidades son todas aquellas industrias que le generan empleabilidad al estudiante. este sentido, los profesores son los artífices, son quienes garantizan el mejor producto para los clientes. El producto es humano, es el actor de la revolución de las capacidades, es el agente transformador y gestor del cambio. Si logramos que este nuevo modelo pedagógico empiece a funcionar en las instituciones de educación superior, los asuntos que antes considerábamos prioritarios ahora serán un soporte para los nuevos asuntos que realmente le darán sentido a la educación: La educación remota, la virtualidad, la telepresencia, los buscadores de datos, la analítica y la inteligencia artificial. ¿Quién iba a pensar esto? Pues bueno, ahora es lo que debemos pensar y sobre o que cada institución debe trabajar si no quiere verse diluida en el tiempo.
El mundo del e-comerce nos puede ambientar otros cambios venideros. Los pensum de las universidades cambiarán sus formas de construir una gestión curricular. Por muchos años se viene hablando de la flexibilidad de la misma, ahora bajo este nuevo modelo muchas de esas reglas desaparecen para hacer que realmente el currículo sea flexible. Cada estudiante, posterior al proceso de matrículas se acercará a una plataforma que le presentará una parrilla de espacios de aprendizaje en tres bloques: pensar, convivir y comunicar. En cada bloque, al estudiante se le permitirá acercarse, según sus intereses a cada espacio, allí habrá la suficiente información de cada uno y el podrá, como si estuviera mercando, ir escogiendo y echando, no en el carrito del e-comerce sino, en el maletín de clase cada espacio que a él le interese. Esto va a implicar que los docentes superespecializados deberán abrirse a otros discursos, para que sus estudiantes escojan conforme a sus intereses, los espacios que ellos mismos habían diseñado. Ya no habrá créditos sino entregables. Ya no habrá trabajos en grupo sino networking, cada trabajo de grado deberá tener referencias de clase y un número significativo de referencias de productos realizados por sus docentes. Finalmente, el modelo pedagógico 4Ri tendrá tres escenarios de evaluación: la autoevaluación, donde el estudiante se confronta; la heteroevaluación donde sus compañeros asumen una postura crítica y la coevaluación donde el docente interactúa directamente. Por acá va la vida, y hacia allá es que debemos empezar a reconstruir nuestros modelos educativos.