El chavismo y la oposición venezolana escogieron en su mayoría militares y diputados, respectivamente, para medirse en la elección de gobernadores que se celebrará el 15 de octubre, en medio de un nuevo proceso de diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y sus adversarios políticos.

Estos comicios significarán el regreso de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a las urnas luego de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), en la que se negaron a participar y que, por tanto, está integrada únicamente por oficialistas.

En la actualidad los opositores a Maduro solo gobiernan en tres de los 23 estados y, con la mayoría de estudios de opinión a su favor, la MUD ve grandes posibilidades de hacerse con un número mayor de territorios e incluso con la mayoría en las próximas elecciones.

Para ello llamó a sus simpatizantes a una votación primaria, en la que participó un millón de personas y de la que surgieron 19 de los 23 candidatos para octubre, pues el resto fue decidido por consenso previo de los partidos de la alianza.

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Una docena de militantes de la organización Acción Democrática (AD), el partido más antiguo del país, forman parte del abanico de ofertas del antichavismo para estos comicios, junto a seis miembros del partido de Henrique Capriles, Primero Justicia (PJ), 2 del de Leopoldo López, Voluntad Popular (VP) y tres de otros.

Esta gama incluye solo a tres mujeres, así como a once diputados de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) -de contundente mayoría opositora-, y solo uno que aspira la reelección, el gobernador de Lara, Henri Falcón, un exmilitar que rompió filas con la llamada revolución bolivariana y está en el cargo desde 2008.

Del lado chavista todos fueron escogidos por consenso de la directiva del gobernante Partido Socialista Unido (Psuv). De ellos, diez son antiguos miembros de las Fuerzas Armadas, una decena aspira la reelección, tres fueron electos diputados de la AN en 2015, y seis ganaron un escaño de la ANC el pasado 30 de julio.

El oficialismo tiene a cuatro mujeres entre sus prospectos y desde principios de septiembre todos han gozado de la promoción a través de los medios de comunicación del Estado, donde son mostrados en actividades de campaña o participando en actos de Gobierno, como en la entrega de obras públicas.

La campaña arranca formalmente este sábado y se extenderá hasta el 12 de octubre un lapso que, previsiblemente, estará cargado de las quejas opositoras por el "ventajismo" de los candidatos del Gobierno como ha ocurrido antes de las últimas elecciones en las que ha participado el antichavismo.

Pero esta carrera encierra aspectos novedosos como la incidencia que tendrá la Constituyente en el proceso, pues desde ya sus más notables representantes, como Diosdado Cabello, han reiterado que los candidatos deberán obtener una "carta de buena conducta" de la ANC para poder competir el 15 de octubre.

Esto mientras los dirigentes antichavistas son acusados a diario de haber promovido la violencia que se desató en Venezuela entre abril y julio, cuando se registró una oleada de protestas antigubernamentales que dejó más de 120 muertos, cerca de 2.000 heridos y casi 5.000 arrestos.

Además, conforme vayan pasando los días de campaña, se espera que el proceso de diálogo iniciado entre el Gobierno y la oposición en República Dominicana, tome forma y acerque a las partes hacia un proceso de negociación o, en palabras de Maduro, a un acuerdo de convivencia.

Estas conversaciones han transcurrido hasta ahora entre el hermetismo y las aclaratorias de la oposición, que insiste en hablar de fase exploratoria, y la superpromoción del chavismo que no para de festejar esta "victoria de paz" que atribuyen al jefe de Estado.

Aunque ambas fuerzas políticas han llamado a sus simpatizantes a depositar un "voto castigo" en las urnas, resta ver el curso que tomen las campañas del Psuv y la MUD, y la decisión que finalmente tomen los 18.094.065 venezolanos llamados a votar.

En este punto, la única certeza es el empobrecimiento del país y las dificultades por la escasez de alimentos y medicinas, factores de los que se han valido algunos candidatos para culpar a sus adversarios y pedir el voto como una posibilidad de cambio en un país sumergido en una profunda crisis.