El grupo también exigió la abolición de la denominada Comisión de la Verdad, Justicia y Paz, que, según los militares en retiro, está integrada en su mayoría por personas que simpatizan con Ortega.
Oficiales en retiro del extinto Ejército Popular Sandinista (EPS) y excombatientes que lucharon durante la guerra interna nicaragüense en los años 80 del siglo pasado demandaron este jueves la salida del presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, a quien responsabilizan de una crisis sociopolítica que atraviesa este país.
Durante un acto celebrado en la simbólica plaza pública del barrio indígena de Monimbó, municipio de Masaya, 23 kilómetros al sureste de Managua, ese grupo de militares en retiro también expresó su apoyo a los estudiantes que protestan contra el Gobierno.
"A los estudiantes les hacemos un llamado a no caer en el juego de formar mesas sectoriales. El principal tema (en el diálogo nacional) es exigir la salida del dictador y su mujer", según un comunicado leído por el coronel en retiro Carlos Brenes Sánchez.
En el documento, los militares retirados consideran que es el momento de "aportar nuestra experiencia" y "organizar el desenlace final, si la dictadura", a como se refieren al Gobierno de Ortega, "no abandona el poder por las buenas".
"Es el momento de la creatividad, sin desgaste innecesario de recursos humanos y materiales, sobre todo proteger a la población", indicó Brenes.
El grupo también exigió la abolición de la denominada Comisión de la Verdad, Justicia y Paz, creada el 29 de abril pasado por aprobación de la mayoría sandinista y de sus aliados de la Asamblea Nacional (Parlamento) de Nicaragua, y que, según los militares en retiro, está integrada en su mayoría por personas que simpatizan con Ortega.
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En referencia al diálogo, que comenzó este miércoles, los excombatientes esperan que ese proceso no sea utilizado por el presidente Ortega para "ahogar las exigencias del pueblo que pide un cambio de sistema".
La crisis incluye multitudinarias manifestaciones a favor y en contra de Ortega, que comenzaron con protestas en contra de unas reformas a la seguridad social y que continuaron debido a las víctimas mortales de los actos represivos.
Nicaragua espera que el diálogo nacional, que se retomará este viernes, ponga fin a esa crisis.