El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
USD es el símbolo del dólar y COP el del peso colombiano USD 1 es un dólar americano y COP 1 es un peso colombiano. Un $1 es un dólar y un $1 es un peso. El segundo es el viejo signo, el viejo signo pesos para mí, que vivo en Colombia y pago mi vida con el pobre y devaluado peso colombiano ($ es el signo de varias monedas). Los primeros (USD y COP) fueron creados por la Organización Internacional de Normalización (la popular ISO). Cada moneda tiene su código de tres letras ISO, mientras que el $, como ya les dije, sirve para varias monedas. Entonces: US$ o USD$ son feas redundancias. Estaríamos usando las representaciones de dos “sistemas” distintos (USD y $ indican dólar). Así que las formas correctas son las que siguen:USD 1000, $1000 (esta sin espacio, cuidado. Las otras tres con espacio), 1000 USD o 1000 $.COP 1000, $1000 (esta sin espacio, cuidado. Las otras tres con espacio), 1000 COP o 1000 $.Nunca US$ o $COP ni ninguna revoltura parecida. Lea también: Sí y si. Erguir y erigirUna curiosidadRío de Janeiro y enero son primos Río de Janeiro es “río de enero”. Los portugueses llegaron a esta bahía en enero de 1502 y así la llamaron. Nuestra “enero” no se parece tanto a su madre latina Ienuarius (así se llamaba este mes en tiempos del Imperio), pero en las lenguas vecinas sí: janvier (francés), janeiro (portugués), January (inglés), gennaio (italiano).Le puede interesar: Posmoderno o postmoderno“Muy lleno”Leonardo Ibarra: ¿Es correcto?, ¿es redundancia? Hay unos adjetivos que se llaman elativos o de grado extremo. Estos rechazan ciertos adverbios, por eso no dices “muy excelente”. El caso de lleno parece ser diferente. O sea, es cierto que lleno implica totalidad, si somos estrictos, pero no creo que sea descabellado decir que algo está “medio lleno”. Ahora bien, no veo diferencia entre “lleno” y “muy lleno”: si estás en un auditorio al que le caben 1000 personas y entran 1000 personas, dices “esto está lleno” o “muy lleno” (y siguen siendo 1000 las personas).En conclusión, basta con decir “lleno” para indicar que no cabe un alma más.
A la edad de 22 años, más exactamente el 14 de febrero de 2014, la vida le jugó una mala pasada. Un aparatoso accidente en su moto, ocasionada por la imprudencia de un conductor de un automóvil, derivó en la amputación de su pierna derecha.Una situación que en aquel momento dejó en estado de shock a Camilo Betancur Escobar, quien durante dos años luchó incansablemente para no perder su pierna, pero ninguno de los tratamientos e injertos realizados trajo consigo la tan anhelada recuperación.Hoy, con 29 años de edad y una tragedia completamente superada, Camilo mira hacia atrás y siente que tomó la mejor decisión. No fue fácil para él desprenderse de su pierna, para nadie lo sería, pero en el fondo fue un alivio, la mejor decisión que pudo tomar.“A ese punto con el dolor y el trajín de dos años de lucha, preferí que me amputaran, sabía que era un punto al que debía llegar tarde o temprano y no quería darle más largas a esa situación. Fueron dos años de mucho dolor”, reconoció.La discapacidad que sufrió no fue impedimento para que desarrollara su pasión por los motores. Antes en moto y ahora en su automóvil, Camilo es un luchador que no se rinde, pese a las mil y un dificultades que encuentra para poder hacerse un camino en el mundo de la velocidad.“Antes del accidente me gustaba competir en motos. Después de que me amputaron parte de la pierna lo intenté pero era sumamente complicado y me metí por el lado de los carros, le agarré mucho gusto y me adapté rápido a conducir con la prótesis”, dijo.Camilo Betancur a bordo de su vehículo,durante una competencia.Camilo compite en la actualidad en carreras tipo sprint, organizadas por la Corporación Ecoparmo, entidad que trabaja en torno a los deportes a motor: “Estas carreras son punto a punto, la idea es hacer el mejor tiempo, tenemos tres mangas en las que podemos mejorar el tiempo”, explicó.Ante la falta de un escenario adecuado, dichas competencias se han realizado en la Avenida Las Palmas, y en municipios como Guatapé y San Pedro de los Milagros, vereda El Tambo.“Para los pilotos de Medellín ha sido complejo el tema de los espacios deportivos, eventualmente y contando buenos patrocinadores se puede ir al autódromo de Tocancipá a competir en circuitos, pero no es algo que se pueda hacer constantemente. Estamos esperando con ansias la consecución del Central Park, donde se realizarán toda clase de competencias, es algo que nos tiene muy contentos”, resaltó el corredor, quien se desempeña como productor técnico en agencias BTL.Para la ley, Camilo no es una persona discapacitada, pero para gran parte de la sociedad sí lo es: “La ley dice que para considerarse discapacitado se debe pasar el 50% de pérdida de capacidad laboral, pero para el mundo sí lo soy… es un tema complejo, en el que uno no tiene muchos derechos, pero sí te hacen a un lado y se reducen las posibilidades de salir adelante. Eso ha sido lo más complicado de este proceso”, aseguró.Lea:El Central Park avanza pese a las dificultadesY para el tema de las carreras, el piloto aseveró que “es difícil abrirse un camino en el mundo del automovilismo, si el Estado no apoya a los pilotos en condición física normal, mucho menos a los discapacitados. No tenemos apoyo de parte de ningún organismo del Estado, esperamos que con la apertura del Central Park llegue la ayuda de la empresa privada, que es sumamente necesaria en este proceso”.En ese sentido, Camilo ha encontrado apoyo en la Corporación Ecoparmo, además de una serie de patrocinadores que ha conseguido, que lo respaldan y creen en sus condiciones. Ellos son Zona Tuning, Macrollantas, Vp distribuciones, Joyería Intercontinental, Barbería Villa, Pimientos Pizzería, Jimmy Graphics, Shagoprojects, Max Event Btl y DirecTV.“Quiero llegar a algo más profesional, convertirme un referente en el tema de las carreras. Anhelo lograr cosas grandes para que las personas discapacitadas entiendan que pueden ser excelentes deportistas. No que me vean con lástima, pero sí que se sientan esperanzadas, que todo lo negativo se puede superar y por más difícil que sean las situaciones de la vida, luchando incansablemente se puede alcanzar lo que uno más anhela”, concluyó.
¿Dulcecito o dulcesito?La construcción de estos diminutivos causa muchas dudas, aunque la norma es de las más sencillas del sistema ortográfico del castellano/español. Miren: el elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo (¿recuerdan?: prefijos, interfijos y sufijos). Este sufijo que usamos para formar diminutos se escribe con ce: “-ito” se convierte en “-ecito”, “-ececito” o “-cito”.Pero si la base, es decir, aquella parte de la palabra que no cambia, tiene la consonante ese, lo que hacemos es agregar el sufijo “-ito”: oso se convierte en osito, casa en casita, cosa en cosita, porque la otra opción, incorrecta por supuesta, sería, por ejemplo, “cascita”, y no, no funciona así.Lea también: ¿Ultimadamente o últimamente?Ahora, piensen en esto: ¿cómo formarían el diminutivo de clase? Pronuncien el diminutivo. ¿Ya? Notaron que la palabra no sufre ningún cambio y que se le agrega “-cita”. ¿Qué queda?: clasecita. Es muy diferente al caso de osito, que la forman “os” más “-ito”, mientras que a clasecita la forman “clase” más “cita”.De esas que casi nunca usamosFlamear. No es tan tan rara porque usamos palabras como flama o inflamable. Este verbo viene de la palabra latina flamma, que significa “llama”, por eso tenemos la ya citada flama (que puede significar “llama” o “reflejo que la llama produce”), y también por eso inflamable es aquello que se enciende con facilidad y causa, por lo tanto, llamas. ¿Pero qué es flamear? Pues puede ser “echarle” llamas a un alimento usando licor. Puede ser, también, “echarle” fuego a un animal muerto para acabar de quitarle las plumas o los pelos, según sea la especie. O quemar la superficie, por ejemplo, de un recipiente para esterilizarlo.Pero también tiene un significado sin fuego: “Dicho de una bandera: Ondear movida por el viento, sin llegar a desplegarse enteramente” (imagínense una bandera colgada en un barco).
Paula Arias, exdirectora de Colciencias, afirmó en diálogo con RCN radio que la decisión de recortar el presupuesto a la entidad “es una vergüenza”, pues la misma es la encargada de la investigación en el país. Además, indicó que de los 220.000 millones de pesos que son destinados a Colciencias, 150.000 son invertidos en becas.La exdirectora se mostró muy preocupada por el recorte ycontó que solo Haití está por debajo de Colombia en investigación. En sus declaraciones también hizo un llamado al sector de la ciencia y la tecnología para que reclamen hasta conseguir un aumento en los recursos.Las palabras de Paula Arias tuvieron eco en redes sociales, donde el tema se hizo tendencia y miles de usuarios protestaron al respecto por medio del hashtag #cienciasinrecorte, que se hizo viral especialmente en Twitter.Los colombianos le reclamaron al Gobierno por quitar recursos a Colciencias con el pretexto de construir vías terciarias. Los usuarios activos en redeshicieron énfasis en que las universidades públicas no tendrán suficientes recursos para investigación, sabiendo lo grave que es eso para el país.Lea también:Nuevo método estadístico replantea análisis de ciclos de lluviasEl reclamo de las personas a través de redes fue considerado una protesta tímida y busca ser escuchada y atendida por parte del Gobierno.
¿Bendijiste o bendeciste?El verbo bendecir sigue el modelo de conjugación del verbo decir, con el que tiene una evidente relación de nacimiento, desde el viejo y bello latín. Excepto las conjugaciones bendeciré, bendecirás, bendecirá, etc., y bendeciría, bendecirías, etc.: no decimos “bendiré” ni “bendiría”, como tendríamos que hacerlo si siguiéramos las conjugaciones “diré” y “diría” del verbo decir.Pero la conjugación de la que quiero hablarles sí sigue al verbo “decir”: así que como conjugamos “dijiste”, asimismo conjugamos “bendijiste”. “Señor, tú nos bendijiste con el pan del día”. Aunque no se considera correcta, es muy frecuente la conjugación “bendeciste”, al menos en algunas zonas de Colombia. Es más: creo que se la he escuchado a más de un sacerdote en misa. Y hay una vallenato, interpretado por un tremendo cantante colombiano, que dice “bendeciste mi alma”. Como la lengua es del pueblo, no hay que apedrear al que, por alguna razón, se desvía de aquella ruta idiomática que las academias dibujan en sus libros.Pero debo reiterar, queridos lectores, que la conjugación aceptada y considerada “correcta” es “bendijiste”. Ahí les dejo.¿Pago o pagado?Aquí decimos “tranquilo, yo le dejé todo pago”. Alguien me preguntó si debería decirse pagado. Y, por casualidad, alguien más preguntó por la siguiente: “Es la actriz mejor paga de la historia”. Bueno: ya les he hablado, y creo que varias veces, de los participios: cuando el verbo conjugado termina en “ado” o “ido” y, generalmente, necesita al verbo haber detrás (he amado, habían subido). También creo que les he dicho que hay muchos verbos que tienen dos participios: uno regular, que es el que termina como ya les dije, y otro irregular, que tiene una forma diferente.Pagar tiene estos dos. Si van a usarlo con el verbo haber, en lo que se llama un tiempo compuesto, digan y escriban “pagado”: “He pagado todas mis deudas” en vez de “he pago todas mis deudas”. En el resto de casos, libertad: “La actriz mejor paga” o “la actriz mejor pagada” son igualmente correctas. “Te dejé todo pago” y “te dejé todo pagado” también.Cimiente y simienteEsta semana me topé con esto: “la cimiente” de un nuevo mundo. Cuidado, que parecido no es igual. Tenemos el verbo cimentar: poner las bases de cualquier obra material o espiritual. Tenemos el sustantivo cimiento: que vienen siendo esas mismas bases. Y tenemos el sustantivo simiente: semilla. Entonces: podemos cimentar o, es lo mismo, “poner los cimientos” de un nuevo mundo. O podemos sembrar la simiente de la que surgirá.
Manuel AcuñaEn el estado de Coahuila (México), Manuel Acuña vio la luz en 1849. Al trasladarse a la capital mexicana para continuar sus estudios, sintió angustia, y un presentimiento lo acorraló. Escribió un poema de despedida a su hogar; poema que termina con una involuntaria alusión a su prematura muerte:¡Quién sabe si mis ojosNo volverán a verte! …¡Quién sabe si hoy te envíoEl adiós de la muerte!Ya en la capital, a la vez que hacía sus estudios de medicina, se dedicó al cultivo de la poesía. Escribió su drama, El Pasado, representado solamente dos años después; el público lo acogió con entusiasmo; pero, este éxito fue tardío para el poeta amargado por la muerte de su padre; su soledad y tristeza lo volvieron aún más retraído y pesaroso.Manuel AcuñaCuando el amor tocó a las puertas de su corazón, y Acuña, que era un ser sensible, enamorado y ardiente, fue arrebatado por una pasión alimentada por su juventud y romanticismo de poeta, y la belleza de la mujer amada. Pero, ella, Rosario, lo rechazó violentamente, y el desdén y la frialdad fueron las respuestas a las demostraciones de amor, e hicieron que el sentimiento del poeta se convirtiera en un verdadero delirio; y no pudiendo dominar los impulsos de esa pasión, decidió quitarse la vida (1873) cuando solo tenía veinticuatro años de edad y cursaba su cuarto año de medicina.La gloria del poeta Manuel Acuña convirtió a Rosario en la heroína de un romance; es su poema Nocturno a Rosario:¡Pues, bien! Yo necesitoDecirte que te adoro, Decirte que te quieroCon todo el corazón;……………………………………Yo quiero que tú sepas Que ya hace muchos díasEstoy enfermo y pálido de tanto no dormir;que ya se han muerto todaslas esperanzas mías;que están mis noches negras,tan negras y sombrías;que ya no sé ni dóndese alzaba el porvenir.……………………………….Acuña muestra su personalidad de poeta en poemas como: El hombre; Ante un cadáver, La ramera, Lágrimas; Entonces; Hoy, en los que evoca sus recuerdos de hogar, con un corazón desbordante de ternura y cariño por.Sus poemas de amor son hondos y sentimentales, y en ellos campea siempre una nube de tristeza, porque Manuel Acuña fue el romántico desligado de la realidad vertido en sí mismo y ajeno al rumor de la vida que pasaba a su lado, como principio eterno de fe y de optimismo.Le puede interesar: El paradigmático autor de sonetosOtros amores igualmente imposiblesEl trágico final del poeta Manuel Acuña inmortalizó el nombre de Rosario, la mujer que encendió locuras de amor impaciente.Ella fue el amor imposible de muchos hombres; su primer gran amor tuvo un fin trágico: Juan Espinosa fue atravesado por la espada de un su amigo; un trozo de la ensangrentada camisa la guardó Rosario en una cajita de sándalo, y en el olvido, sepultó el amor que le tenía.Después, Ignacio Ramírez, el “Nigromante”, viudo y un tanto viejo, a quien Rosario ve sin la sombra del tiempo, nimbado por la inteligencia y por el numen. En los ojos profundos de este hombre, en su docta palabra y en su poesía vibrante, Rosario ama solo el talento; cuando él busca los dones del amor y es rechazado, se da cuenta de que ya es tarde y que no ha de conseguir de Rosario lo que pretende, justifica su desgracia y escribe:Al inerme león, el asno humilla,vuélveme, Amor, mi juventud, y luegotú mismo a mis rivales acaudilla.El poeta Ramírez, en contraste con Acuña, logra alcanzar una vejez sin esperanza y sin cariño; y, al final, se despide del mundo sin violencias, con serenidad en el rostro y en el alma. Rosario lo olvidó muy pronto….El nuevo enamorado es el poeta Manuel María Flórez, quien en la misma noche en que la conoce, ya está escribiéndole: “Perdóneme usted, pero esta noche no puedo hacer versos, no puedo escribir… Tengo el alma tan llena de usted, Rosario… tan llena de ti, rosa del cielo, que no puedo ni siquiera pensar. Pensar, para mí, no es más que contemplar tu imagen… está en adoración todo mi espíritu… Si el pensamiento fueran los labios, estarías, Rosario, envuelta en un beso eterno”.Este poeta que siempre había sido amado por tantas mujeres sorprendió a Rosario: de repente se había tropezado con el hombre completo, adecuado a lo que su espíritu pedía. Su ambición de mujer siempre aspiró a la conquista de un ser que la satisficiera plenamente.Era una mujer lo bastante inteligente para haber pasado sobre lo físico, si el espíritu que la atrajera hubiera bastado; pero, en el espíritu solo había encontrado también trozos.Ella creía que lo que sentía por su nuevo enamorado, era de verdad el amor; pero el amor es algo más complicado: cuando los sueños se derrumbaron, la realidad le negó lo que buscaba.Ni Manuel Acuña, un sentimental, una sensibilidad exagerada, la satisfizo; menos aún Ignacio Ramírez, su provecto enamorado, un cerebro potente, de firme inteligencia, pero a quien le faltaba sentimiento, tal como ella lo deseaba.Ahora llega Manuel María Flórez, el hombre que se prende a la epidermis, que se pierde entre besos y suspiros; él es el aspecto del espíritu más cercano al cuerpo, y tal vez, por esto, Rosario lo aceptó.Pasa el tiempo y Flórez muere ciego y en la ruina, y ella siente que este tampoco fue el hombre que ella deseaba; así, este poeta sensual es una página más en la historia de Rosario.Otro hombre arrogante y cuyos ojos queman, su contacto estremece y su voz acaricia; viene de una isla romántica preñada de sol y de palmeras, es el inmortal poeta José Martí. Viene a buscar en México comprensión para luchar con la pluma, mientras suena la hora de hacerlo con el fusil, y este hombre vigoroso y ardiente, encuentra a Rosario. Ella lo conquista con el fulgor de su sonrisa y ya, a los pocos días, Martí está escribiendo cartas apasionadas; solo tiene alma para amar a Rosario.José MartíY, Rosario, inaccesible siempre, es para este otro enamorado alegría en la frase, pero nieve en el corazón, pues no es mujer para entregarse a un idilio apacible o turbulento; se empeña en conturbar y sojuzgar a Martí, quien siente en su corazón desatadas todas las pasiones: odia, desprecia, pero solo consigue amarla cada vez con mayor locura. Sus cartas a Rosario son apasionadas: “A nadie perdoné yo nunca lo que perdono a usted; a nadie he querido tanto… Yo soy excesivamente pobre, pero rico en vigor y afán de amar”.Rosario es impasible…; poco después, Martí se va a luchar y a morir por la libertad de su patria, Cuba; lleva en el corazón un desengaño de amores, y repite aquellos versos que una vez escribiera en el álbum de Rosario:En ti pensaba yo, y en tus cabellosque el mundo de la sombra envidiaría,y puse un punto de mi vida en ellosy quise yo soñar que tú eras mía.Al marcharse Martí, Rosario no sufre ninguna pena; se había acostumbrado a ser la musa de grandes hombres, de inspirados poetas.Cuando Martí murió, ella solo recuerda algunos apartes de sus cartas: “Yo no sé con cuanta alegría repito yo muchas veces este dulce nombre de Rosario. Un amor tempestuoso quema. Un amor impresionable pasa”. Y, sobre todo, aquella carta en que Martí le hablara de los anhelos de una mezcla sólida de espíritus y de una unión perfecta de cuerpos:“Las almas se avecinan, las vidas se habitúan…”. “Anhelo yo esto con esta brusca decisión y esta altiva energía que amo yo como la parte más noble de mi ser. Que amé, no ha sido. Que quise amar, fue cierto. Que amo hoy, lo espero. Que me aman, es verdad. No de otra manera soy, Rosario, cambio de todos los pensamientos, súplicas de todos los temores, confidencias de todas las ideas, y yo en todas mis rebeldías y ansiedades ante usted, y usted en todas sus dudas y todas sus esperanzas ante mí. Pero abierta, completa, plenamente, como conviene a la rara pureza de este afecto y a la dignidad y poder de la inteligencia que ayudó a despertarlo en mí”.Pasan para Rosario muchos años, y un día encuentra a un joven bohemio, cuyos ojos la miran con deleite, pero este enamorado ha llegado tarde, es el gran poeta Luis Gonzaga Urbina, y cuando Rosario asume su actitud de indiferencia, él escribe, convencido ya de su mala fortuna:Tú no puedes quererme, el alma sabeque ya en tu inmenso corazón no cabeotra nueva pasión, ni otra tristeza…Y termina con la voz implorante de su anhelo que se estrella en la indiferencia de Rosario:Mas déjame a tu lado, me fascinas;me haces soñar, me elevas y me asombras,seré un rayo de luz en tus neblinas,seré un festón de hiedra entre tus ruinas,seré un lucero pálido en tus sombras.Lea también: William Ospina, novelista, poeta y ensayista de altísimos méritosUrbina tiene entonces veintidós años, Rosario, cuarenta y tres. Ella sonríe, pero no corresponde a la pasión del joven; él insiste, ruega, suplica. Su estro luminoso vibra ante la inconmovible Rosario, como un mensaje sin respuesta.Este poeta tampoco fue correspondido, como no lo fueron ni antes ni después, otros. Todos creyeron conquistarla, pero ninguno la alcanzó. Rosario aprisionó sus afectos en una muralla de piedra; tal vez por convencimiento o por disposición irrevocable del destino, tenía que vivir su papel de musa; quizás ella hubiera querido vivir su papel de mujer.Pasa el tiempo, y los amigos se alejan; ya no se escuchan los apasionados cantos; suena al fin, su hora, y una tarde gris, se pierde en la distancia una carroza fúnebre.Lugore55@gmail.comBlog: lucilagonzalezdechaves.blogspot.com