El 15 de abril de 2018 el periódico EL MUNDO publicó un artículo titulado “¿Qué tal una Feria de Grabado de Medellín?”.  El artículo respondía, sin mencionarlo, al rumor que circulaba en la ciudad sobre la suspensión de la feria de arte anual. El argumento para la suspensión era que la ciudad no aguanta un evento comercial de arte cada año. Sea cierto o no, el artículo proponía una feria dedicada a las artes gráficas como evento alternativo, siguiendo el modelo de Capital Art Fair, la feria anual de grabado en Washington D. C., que tiene un bajo costo de producción y una logística simple, y en esa forma aprovechar los recursos humanos y artísticos existentes en la ciudad.

El artículo circuló profusamente en las redes. Conversando con algunos de los participantes de una muestra de grabado que Félix Ángel organizó en 2017 para Artomatic, en Washington, se perfiló la posibilidad de emprender la organización de un evento que reuniese al mayor número de grabadores activos en la ciudad de Medellín, y en esa forma obtener visibilidad para ellos y su trabajo.

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Conversaciones iniciales entre Félix Ángel, Victoria Ortiz, Hernando Guerrero y Carlos Marín, los dos últimos cabezas de talleres de grabado establecidos en el área urbana de Medellín (Agua Tinta y Prueba de Estado, respectivamente), hicieron palpable el entusiasmo por la idea y llevaron a invitar representantes de otros talleres. Jorge Restrepo (La Estampa) y Carolina Rendón (El Sótano) completaron el Comité Líder, rebautizado luego como Comité Organizador.

El Encuentro de artistas grabadores realizado el 24 y 25 de noviembre de 2018 en Parques del río propició conversaciones de los artistas y un público interesado en aprender sobre grabado.

El primer paso del Comité fue determinar la cantidad de artistas dedicados al grabado, la cifra superó el centenar. Simultáneamente se redactó un racional para establecer la metodología y la logística del Encuentro. Luego de conocer el número aproximado de artistas que potencialmente estaban dispuestos a participar, se procedió a la búsqueda de un lugar que pudiese albergarlos y fue así como a través de Conquistarte, organización del barrio Conquistadores, fue posible obtener el apoyo de Parques del Río y la Alcaldía de Medellín. Por medio de Conquistarte se vinculó el Biohotel Terra y por intermedio de Hernando Guerrero la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia. Como resultado del diálogo con estas instituciones se optó por cambiar la denominación, de Feria a Encuentro, dado que no se trataba de un evento comercial.

Además de plantear la necesidad de talleres y demostraciones como componentes del Encuentro, el Comité Organizador introdujo una exposición complementaria, en el Biohotel Terra, en homenaje a los artistas grabadores Luis Fernando Mejía Jaramillo y Fabián Rendón, ya fallecidos. Ambos artistas se distinguieron en vida, cada uno a su manera, por el aporte que realizaron a las artes gráficas en la ciudad.

Una semana antes de la apertura del Encuentro, EL MUNDO publicó otro artículo titulado “Nueva experiencia para Medellín”, que explicó el significado e importancia del evento para la ciudad.

Fue así como 58 artistas profesionales del grabado artístico honraron su inscripción en el Encuentro de Artistas-Grabadores de Medellín, que se llevó a cabo el 24 y el 25 de noviembre en Parques del Río. Además de las obras que cada uno libremente seleccionó, y de la exposición en homenaje a Mejía Jaramillo y Rendón, el Encuentro incluyó demostraciones, talleres y espacios abiertos para niños.

La encuesta realizada durante el Encuentro produjo interesantes resultados. 43 personas respondieron el formulario: 31 artistas participantes, 4 artistas visitantes y 8 individuos del público.

A las tres primeras preguntas, “¿Qué opinión le merece el Encuentro de Artistas-Grabadores?”, “¿Qué fue lo más interesante que encontró durante el Encuentro?” y “¿Aprendió algo nuevo sobre las diferentes técnicas gráficas artísticas?”, los encuestados se refirieron positivamente sobre la gestión, organización, ambiente de solidaridad entre los artistas y acercamiento con el público; sobre la forma como se compartieron conocimientos entre los participantes, referidos a técnicas, uso de materiales y procesos, en un ambiente muy cálido y de intercambio entre público y artistas, que despertó en los niños curiosidad y deseos de participación; sobre las obras presentadas, en general, por su buena calidad y su presentación, que demostró el cuidado que se tuvo para manejar la obra gráfica en eventos de este tipo; sobre la apertura, la buena disposición y las explicaciones de los profesores, prestos a compartir sus conocimientos, incluyendo los nuevos medios (electrónicos y en tres dimensiones), con el público.

En cuanto a la cuarta pregunta, “¿Qué aspectos podrían mejorarse?”, los encuestados coincidieron en señalar aspectos que pueden y deben mejorarse si una nueva versión del Encuentro tiene lugar en el futuro. Valga decir que dichos aspectos habían sido considerados anticipadamente y fueron motivo de amplia discusión en las reuniones del Comité Organizador, pero no fue posible satisfacerlos porque estaban por fuera de la jurisdicción del Comité, como ampliar, por ejemplo, el espacio de exposición, o proveer servicios de cafetería, parqueadero, mejor mobiliario y mejor forma de disponer de la basura, etc.

Mejorar la difusión fue un aspecto registrado por todos los encuestados. En este aspecto el Encuentro diseñó, imprimió y distribuyó afiches de promoción, y compartió las versiones digitales con todos los artistas inscritos; repetidamente en los comunicados se encomendó a los participantes su colaboración para difundir el evento en las redes sociales. El periódico EL MUNDO publicó dos artículos al respecto, como ya se comentó. El periódico El Colombiano publicó una nota alusiva en el suplemento Generación; y el Comité Organizador distribuyó un boletín de prensa y una invitación entre todas las instituciones artísticas y los medios de comunicación. Sin embargo, la indiferencia de estos últimos fue notable y solo queda especular que la razón muy posiblemente está ligada al desconocimiento que existe en la ciudad sobre el grabado y lo que este significa en comparación con otras técnicas más populares como la pintura, la escultura y la fotografía, y que fue uno de los motivos que impulsaron la realización del Encuentro.

Otros encuestados mencionaron la necesidad de incluir demostraciones adicionales y charlas alusivas al tema para acercar al público a las técnicas de grabado, que no son conocidas en el medio; en contraste, otros manifestaron que dos días fue demasiado tiempo para un evento de tal naturaleza.

Algunos sugirieron establecer una estrategia de ventas. Este aspecto no fue para el Encuentro prioritario, pues el Comité Organizador consideró que, sin contar antes con un público educado en el conocimiento de las técnicas de grabado es difícil concebir una estrategia para su comercialización y, además, el móvil del evento no era comercial. Sin embargo, hubo ventas. Más importante fue reunir a los grabadores, hacer evidente el tamaño de una comunidad artística que tiene poca visibilidad, inclusive dentro del sector cultural de la ciudad, y darles la oportunidad de confrontar el trabajo con el público.

Por supuesto, todas las observaciones son bienvenidas y sirven como puntos de referencia llegado el caso de que sea posible realizar una nueva edición del Encuentro. Los artistas deben contribuir a ese esfuerzo, pues conocen sus necesidades, y por su oficio tienen todo el derecho de aproximarse a las instituciones que en la ciudad están a cargo de la administración de la cultura y el arte para ver en qué forma pueden ayudar, puesto que hace parte de las obligaciones para las que fueron creadas.

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El 30 de noviembre, el artículo “Grabadores de Medellín evidenciaron su talento”, publicado en EL MUNDO, sirvió como cierre al ciclo del Encuentro.

Sin embargo, la reivindicación del grabado como expresión artística en Medellín, y de los artistas que lo practican, apenas comienza y el Encuentro es un punto de partida.

Esta es la memoria de esa experiencia, que en forma de folleto de cincuenta paginas será publicada y distribuida entre los participantes del Encuentro y algunas bibliotecas locales. El folleto contiene los documentos más importantes del proceso, al menos una imagen de cada artista que participó, fotos registrando el desarrollo de la celebración, y testimonios.