¡Ay, Dios! Ayúdanos a recordar cuando se vivía en la avenida La Playa y la quebrada pasaba por la mitad, la sonora bajada de sus aguas por entre las piedras arrullaba en la noche para dormir (ahora los brincos de los carros sobre las bolas de metal nos mantienen despiertos). ¡El hálito de sus aguas refrescaba el ambiente, todo embellecía ese centro de Medellín, artistas, pintores acercaban a los puentes sus caballetes y sus paletas!

Muchos conocidos vivían alrededor, hasta el arzobispo García Benítez en esa mansión blanca con bella capilla donde hasta se casaba la gente. Bedout, Jaramillo, Echavarría, Uribe, Ramírez, Duque… ¡Y el Palacio de Bellas Artes, clases de pintura, exposiciones y funciones de teatro!

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Pero un día por alguna razón moderna taparon la quebrada. Hubo que irse de allí, y aquello se volvió una sucursal callejera de todo lo habido y por haber, un animado manicomio. Había que irse a buscar refugio en barrios como El Poblado, allí donde Miguel de Aguinaga había fundado a Medellín, en un lugar que hoy es la placita frente a la Iglesia. Alrededor había unos barrios tranquilos, con terrenos a la venta, yerba y árboles. ¡A comprar y construir casitas! Brillaron los mejores arquitectos… con sus diseños de paz.

Recientemente, algunas veces hemos vuelto a pasar por allá a dar una vuelta y casi no reconocemos el lugar, trozos de Edificios en construcción, camionados de material, trabajadores, obreros, desde las 6 am. Lógicamente despiertan a los vecinos, socavan el terreno, sin miedo a que las construcciones vecinas se hundan o desplomen. Golpeteo, polvero que a veces no permite respirar, increíble pero totalmente cierto, narices y pulmones no funcionan, hay que “correr” a donde el médico. Con razón Medellín es famoso mundialmente por su polución y desde el aeropuerto de Rionegro NO SE VE LA CIUDAD.

¡Pues he averiguado que frecuentemente el Departamento de Planeación Municipal cambia y altera las normas vigentes en varias zonas y barrios de la ciudad a su antojo! Un ejemplo es el del Barrio Astorga en El Poblado: Antes solo estaba permitido construir casas residenciales. Luego admitía allí mismo el funcionamiento de bares, fondas y pensiones... (Hay que pasar de noche y ver a los jóvenes extranjeros durmiendo en los corredores).

Sorpresivamente la Curaduría Urbana fue otorgando posteriormente licencias de construcción para edificios de seis, ocho o nueve pisos, desconociendo los retiros obligados sobre las vías y entre una y otra edificación. La Curaduría Urbana ha aprobado la construcción de edificios que luego se han caído y otros tuvieron que ser derribados.

Por ello no es raro que se obstruyan ventanas en varias unidades en detrimento de los propietarios y sorpresa y desmayo de sus visitantes.

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Es curioso como en el Poblado muchísimos propietarios en zona urbana y comercial, arbitrariamente, se han ido apropiando, construyendo y anexando a sus locales comerciales, parte de las aceras peatonales que en realidad pertenecen a los retiros de la zona urbana del Municipio, pero éste no ha dicho nada al respecto.

Atención: Indebidamente los propietarios han cambiado el lindero límite de sus predios apropiándose de propiedad ajena. Esta situación es fácil de apreciar caminando, cerca al Parque del Poblado, a todo lo largo de la Calle 8 x Avenida 43A y en la Carrera 43B.