Esta jornada electoral informal, pero claramente ajustada a principios democráticos universales, impone un quiebre en el proceso venezolano
La consulta popular sobre la constituyente de Nicolás Maduro que la Mesa de Unidad Democrática de Venezuela convocó el domingo es una lección histórica al gobierno chavista, a los movimientos democráticos y a quienes se habían hecho de la vista gorda con la tiranía dirigida hoy por Nicolás Maduro. Esta jornada electoral informal, pero claramente ajustada a principios democráticos universales, impone un quiebre en el proceso venezolano.
Al cierre de esta edición, los rectores garantes del proceso declararon haber escrutado el 99% de los votos depositados en los 2030 puntos de votación que la MUD logró ubicar en el país. El conteo anunció que ascendían a 7?535.259 los ciudadanos que se rebelaron contra violencia, amenazas y presiones del Gobierno y sus grupos paramiliares. Los resultados revelan el rechazo a la constituyente de Maduro, declarado por el 98,43% de los votantes; la exigencia a las Fuerzas Armadas para que obedezcan a la Asamblea, votada por el 98,35% de ciudadanos, y la demanda de convocar elecciones libres y transparentes, formando un gobierno de transición, acompañada por 98.54% de electores.
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Que organizaciones de oposición alcancen tales guarismos es una prueba del descontento de la ciudadanía. Pero que lo hagan a pesar de la persecución y amenazas del oficialismo, la persecución institucional contra el proceso y cuando tiene a sus líderes encarcelados, es demostración incontrovertible del descontento de un pueblo acosado.
Por encima de la votación y de las recomendaciones de gobiernos del mundo para que cese el embeleco de su constituyente antidemocrática, Nicolás Maduro insiste en la convocatoria para el 30 de julio. Para ella desplegará fuerza, amenazas y dádivas, que, sin embargo, no le alcanzarán para llegar al impresionante número de votos depositados el domingo. Su posible derrota confirmará el quiebre histórico provocado por los dignos e incansables dirigentes de la MUD.
Así como ha disminuido a los líderes chavistas, la jornada del domingo permitió a los dirigentes de la Mesa de Unidad Democrática mostrar su capacidad de guiar la transformación del país hacia la democracia, gracias a sus convicciones civilistas, su respeto por el pueblo, las reglas de juego y los valores republicanos.
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