Pese a las muertes, a un incendio y un derrumbe, la comunidad de Villatina no desfallece en su voluntad de salir adelante, recordar, reinvindicar su pasado y construir un mejor futuro.
El próximo miércoles se cumplirán 25 años desde que la comunidad de Villatina vivió uno de los crímenes urbanos más fuertes y recordados en la ciudad: una masacre en la que las víctimas fueron una niña de ocho años, siete jóvenes que no superaban la mayoría de edad, y un hombre de 22 años.
La comunidad de este barrio de la comuna ocho, en un ejercicio de memoria histórica constructivo, buscarán honrar a Johanna Mazo Ramírez, de ocho años; Giovanny Alberto Vallejo Restrepo, de 15 años; Ángel Alberto Barón Miranda, de 16 años; Johnny Alexander Cardona Ramírez, de 17 años; Ricardo Alexander Hernández, de 17 años; Oscar Andrés Ortiz Toro, de 17 años; Marlon Alberto Álvarez, de 17 años, Nelson Duban Flórez Villa, de 17 años; y Mauricio Antonio Higuita Ramírez, de 22 años.
Algunas familias, que han resistido las dificultades históricas vividas en esta zona de la ciudad, aún recuerdan cómo experimentaron esta masacre y, a pesar del impacto de que terminaron involucrados en un conflicto del cual no hacían parte, decidieron defender ese arraigo que sienten por el territorio en el que hoy ven desarrollarse sus proyectos de vida y donde seguirán construyendo su futuro.
John Fernando Mesa, coordinador de Redepaz en Antioquia recordó aquel episidio, pero aclaró que aunque es algo doloroso para la comunidad, el ejercicio de memoria histórica que se ha venido desarrollando cada año se realiza como una motivación para construir un porvenir mejor y no volver a los errores del pasado.
Mesa relató que dicha tragedia se dio el 15 de noviembre de 1992, en una noche normal de este sector de la comuna de Villa Hermosa. En esa época se estaba librando una de las más fuertes batallas contra el narcotraficante Pablo Escobar, quien como respuesta a las autoridades llevó a cabo un plan pistola y pagaba un dinero por cada policía muerto en cada barrio.
En ese entonces, según lo manifestó este líder social, Villatina era considerado como un sector con problemas de orden público para la institucionalidad.
“las víctimas pertenecían al un grupo juvenil de la Parroquia de Nuestra Señora de Torcoroma y este día se estaba celebrando un acto litúrgico, cuando llegaron agentes del F2 vestidos de civil, hicieron que todos se tiraran al piso y les disparo a estos jóvenes. De los nueve, solo quedaron vivos la niña de ocho años y uno de los jóvenes, el cual alcanzó a contar lo ocurrido y señaló a dos de los responsables”, relató el líder de Redepaz.
Mesa indicó que pese a que ambos sobrevivientes fallecieron en el hospital, la denuncia de uno de los miembros del grupo juvenil Jóvenes Forjadores de Futuro permitió llevar el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la cual con base en el material probatorio responsabilizó al Estado colombiano.
Esta decisión llevó a que el Estado construyera, el 13 de julio de 2004, el Monumento de Los niños de Villatina, el cual fue instalado en el Parque del Periodista. Adicionalmente, la institucionalidad aceptó su responsabilidad, brindó proyectos productivos para los familiares de las víctimas, construyó un centro de salud el barrio y mejoró sus vías.
A pesar de la violencia y las carencias del territorio, la población de Villatina ha mostrado en reiteradas ocasiones su fortaleza frente a las adversidades. En 1987, cinco años antes de que ocurriera la masacre, el sector se vio afectado por un derrumbe en el cual murieron 500 personas, 1.700 quedaron damnificados y se destruyeron 100 viviendas.
Posterior a esta tragedia, este sector vivió esta prueba viva de la violencia, la cual tocó a niños y jóvenes. Para Mesa, “esto fue muy duro porque no eran actores armados, fue una violación de los derechos humanos y, a partir de esto, la comunidad tomó una conciencia de la necesidad de defender la vida y proteger a las generaciones futuras”.
Mesa continuó explicando: “Estos ejercicios de memoria son para que los menores no se vinculen a otros actores armados sino que sean actores sociales y políticos, de modo que generemos una memoria trabajada, que sea diferente y que no se construya desde el dolor”.
Adicionalmente, En 2016 un incendio calcinó varias viviendas, dejó afectadas a diez familias y cegó la vida de tres hermanos de siete, cinco y tres años.
Sobre los percances, Mesa expresó que Villatina es un barrio que se transformó a través del dolor. Pese a las tragedias, la comunidad comenzó “a trabajar en conjunto, buscando causas comunes. En el caso de la masacre, se dio una oportunidad de reconciliación entre los mismos habitantes para volverse a unir y se les brindó una reparación colectiva con proyectos productivos”.
25 años reinvindicando la memoria
Según lo informó la Mesa de Trabajo por la Vida a través de un comunicado, este miércoles se reinvindicará nuevamente la memoria de los jóvenes que murieron en la masacrea, con un acto que de oración y música que se llevará a cabo a las 10:00 a.m., en la calle 54 # 17-59, al lado del CAI del Barrio Villatina.
Además a las 12:30 pm en el parque del periodista en el monumento de los niños y niñas se realizará un acto de conmemoración y memoria.