Bajo órdenes del alcalde Daniel Quintero Calle, el pasado jueves 20 y nuevamente el miércoles 26 de febrero, el Esmad de la Policía entró a reprimir una manifestación dentro de la Universidad de Antioquia. Eso, que para muchos de los miembros de comunidad universitaria parecía impensable, aludiendo la defensa de la autonomía universitaria, fue planteado por el mismo alcalde el 10 de febrero del año en curso, en el Protocolo de Reacción contra Explosivos en Universidades, publicado en su cuenta en Twitter: @QuinteroCalle. 

En el grueso del documento, él, como autoridad local, autorizó el ingreso de la fuerza pública con equipos antiexplosivos “cuando se supere toda posibilidad de acuerdo y ante el uso de explosivos al interior de recintos universitarios”, según se consignó allí.

En tanto, el Smad, la resistencia pacífica y el diálogo entre los actores efectuado hasta el momento no ha acabado con los encapuchados, los actos vandálicos en las protestas universitarias y la confrontación contra la Fuerza Pública, entonces, ¿qué es lo que hay que hacer?

Habla la comunidad universitaria

Estar en contra de todo acto de violencia, ese es el común denominador entre la comunidad universitaria. No obstante, los actos vandálicos efectuados por unos pocos opacan el ejercicio de la protesta. 

Alfonso Monsalve Solórzano, doctor en Filosofía y profesor universitario, cree importante el no confundir una protesta pacífica con un acto de violencia que destruye la infraestructura pública o privada o que agrede a las personas. “Si se trata de lo segundo, entonces el Estado tiene la obligación constitucional de asegurar que los derechos de la ciudadanía no sean violados por una minoría violenta, y algunas de esas incluyen el uso de la fuerza de manera proporcional y legítima. Además, cuando hay protestas que están desbordando el límite de lo pacífico, las fuerzas de la Policía está en la obligación de intervenir no solo de manera proporcional sino siguiendo estrictamente los protocolos diseñados para esto”.

Al respecto, Santiago Lagos, representante Estudiantil ante el CSU de Unalmed, expresó que la mayoría de los estudiantes no se sienten representados por esos actos vandálicos. “Todas las convocatorias que hemos hecho en el marco del Comité Nacional de Paro y de las asambleas estudiantiles han sido para movilizaciones masivas pacíficas y creativas. Queremos que dejen la estigmatización ante la movilización y no estamos de acuerdo con el protocolo del señor alcalde”, dijo. 

No obstante, Monsalve Solórzano clarificó que no existen autonomías universitarias en las que la presencia del Estado en todos sus componentes no pueda estar. “La Constitución dice que el Estado funciona en todos sus territorios, incluyendo a las universidades”. Y añadió: “La autonomía universitaria está pensada para garantizar la libertad de cátedra, pensamiento, expresión y de currículos;  es decir, está pensada en la relación de la autonomía académica de las universidades y su relación con la sociedad”. 

Al respecto, Juan Esteban Pérez Montes, presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia, Asoprudea, señaló que los problemas más graves que ha tenido la comunidad universitaria en el ejercicio de la protesta han sido por la acción de la autoridad. Según él, por el efecto negativo, dañino, lesivo para la salud física y mental que tienen las aturdidoras, los gases lacrimógenos y la misma presencia, a veces agresiva, que tiene la Fuerza Pública.

“Estamos convencidos que violencia combatida con violencia, tampoco produce buenos resultados. De hecho, tras cuarenta años de protesta, la violencia no ha podido ser ni erradicada ni controlada ni entendida, desde la aplicación de las medidas coercitivas o de la aplicación de la fuerza a partir del Estado, lo que nos quiere decir que no podemos seguir usando métodos que ya han demostrado ser ineficaces y esperar que haya resultados favorables. El llamado de nosotros los profesores es al diálogo, a la concertación, a entender qué hay más allá. Se debe hallar el método aportante al problema pero sin violencia”, narró.

Posición en la que coindicen Monsalve Solórzano y el estudiante. “Creo conveniente que los estudiantes se reúnan a meditar sobre qué es lo que está sucediendo en sus universidades, porque el rechazo a estos actos y a las personas que las cometen debe venir desde la propia comunidad universitaria”, declaró el doctor en Filosofía.

De la misma forma, Hernando Muñoz Sánchez, profesor y miembro de la comunidad académica universitaria, consideró que la entrada del Smad a la UdeA fue un acto desafortunado, porque fue hecho sin consultar ni concertar con la comunidad universitaria. “Creo que hay un tema de una ligereza política y de falta de comunicación que va a costar mucho”, indicó.

“Hay que reconocer que en la universidad existen grupos al margen de la Ley y que el asunto va mucho más allá de los petardos y la protesta como tal. En la universidad hay que mirar otros asuntos, como que sigue estando el microtráfico, las ventas informales se han triplicado y eso ha traído otros problemas a considerar”, reflexionó.

Más diálogo

Las autoridades universitarias han manifestado al unísono que están dispuestas a dialogar y a servir de puente para que estudiantes, los demás miembros de la comunidad educativa universitaria y las autoridades concerten las salidas a este asunto.

“El diálogo hace parte de mi tarea. Nosotros no vamos a renunciar a tratar de acercar las partes, porque esta situación que en el momento tenemos hay que resolverla de cara a lo que están pensando nuestros estudiantes y profesores, en sus deseos de tener unas mejores condiciones para desarrollar las actividades académicas”, manifestó a EL MUNDO el rector de la UdeA, John Jairo Arboleda Céspedes.

A su vez, el rector del Instituto Tecnológico Metropolitano, Juan Guillermo Pérez Rojas, expresó: “Enfatizamos que el ITM y las universidades de la zona no viven una realidad ajena a la que afronta actualmente el país, y los hechos presentados hacen parte de una situación que involucra a diferentes sectores de la sociedad y que necesita ser resuelta a través del diálogo y la construcción colectiva”.

En su esencia, la universidad es centro de pensamiento, dialéctico, de conversación para llegar a acuerdos y consensos, un claustro para producir y transmitir conocimiento, cuya esencia no es la violencia. Por ello, en el afán por encontrar cómo evitar que las protestas y movilizaciones de los estudiantes terminen en actos violentos y de represalias, “la mejor forma de intervenir para evitar que esto no se nos escale es el diálogo”, finalizó el profesor Hernando Muñoz Sánchez.

Estudiantes están en paro

En Asamblea General, los estudiantes de la UdeA salieron a paro el pasado martes 25 de febrero, aludiendo estar en contra del Protocolo de Reacción contra Explosivos en Universidades del alcalde de Medellín.

Según los líderes estudiantes, inicialmente el paro será hasta el próximo lunes 2 de marzo, día en el que está programada otra Asamblea General.

En lo corrido de esta semana, los estudiantes han realizado plantones diarios en contra del Protocolo y el miércoles 26 de febrero, tras nuevos enfrentamientos, el Smad debió volver a entrar a la universidad para frenar actos vandálicos y reprimir la protesta. 
 

Comentarios:

Pedro
2020-03-03 08:37:45

Hola respetable publico, no estoy con ningun tipo de limpieza o de extremos. Sin embargo opino que este tema de las Universidades publicas ya es bastante feo y caotico, incluso no comprendo si la razon de ser de las U es para estudiar y el progreso, como es posible que las autoridades, dirigentes, docentes, estudiantes(de bien), dejaron convertir y apoyar para el caos, bandidos, terroritas, cuna de vicio, vagos, no tienen un propisito e ideales claros y logicos???

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