"El fútbol está en nuestro ADN", arrancó el consejero delegado de la candidatura, Hicham El Amrani, en Marrakech, a escasos meses de que se conozca la ganadora de la candidatura, el próximo 13 de junio en Moscú.
Tras cuatro candidaturas fallidas, el hambre y la ilusión de albergar un Mundial han impulsado a Marruecos a intentarlo por quinta vez, en una pelea con la oferta conjunta de Estados Unidos, México y Canadá, para la que los Leones del Atlas han preparado la mayor apuesta futbolística de su país.
Y es que el fútbol es una parte vital en la cultura y la vida de los marroquíes. Sólo caminando por las calles de Marrakech o Casablanca es habitual ver a personas pasear con camisetas de fútbol, anuncios que invitan a viajar al Mundial de Rusia y a chicos batiéndose el cobre en campos de tierra.
Es por eso que, pese a haber cedido en cuatro ocasiones en su intento de albergar una Copa del Mundo (1994, 1998, 2006 y 2010), las esperanzas marroquíes siguen intactas y han ampliado su propuesta para tratar de convertirse, en 2026, en la capital del fútbol mundial.
"Nuestra candidatura se sostiene en dos pilares fundamentales como es el trato a los jugadores y a los aficionados, con viajes más cortos y sencillos, y el legado que dejaría un evento como este al país", relató El Amrani.
Para esta ocasión y tras caer en su último intento ante Sudáfrica en 2003, Marruecos presentó una propuesta basada en catorce estadios, repartidos en doce ciudades, para cubrir el Mundial más grande de la historia, ya que el torneo de 2026 contará con 48 equipos en lugar de los 32 habituales.
Los estadios irán desde los 96.000 espectadores, en el caso del de Casablanca, hasta los 45.400 de Oujda, aunque su capacidad será modular, ya que un sistema permitirá reducir el número de asientos una vez acabe la Copa del Mundo y daptarla a los equipos locales que disputen sus partidos ahí.
La fortaleza de Marruecos a la hora de captar votos reside en sus alianzas con Europa y África y su cercanía al Viejo Continente. La diferencia horaria con Norteamérica sería un problema para mercados estratégicos en materia de derechos televisivos como Europa, pero no afectaría en el caso de Marruecos.
Sólo en derechos televisivos, Marruecos espera obtener unos ingresos de 3.100 millones de dólares.
Otro de los puntos fuertes de la candidatura es el transporte, ya que todas las sedes del Mundial se encuentran en un radio de 550 kilómetros desde Rabat.
Además, a excepción de El Jadida y Meknes, el resto de ciudades están conectadas por ferrocarril y carreteras, destacando el tren de alta velocidad -el primero de África- que unirá Tánger y Casablanca.
Todas estas infraestructuras ya están planeadas y, como apuntó El Amrani: "Se desarrollarán tengamos o no la Copa del Mundo".
El total de la inversión planificada asciende a 15.000 millones de dólares (12,1 millones de euros), estando 9,6 dedicados a transporte, centros de congresos y hospitales, 3 millones a infraestructuras deportivas, y 3,2 a mejorar las instalaciones hoteleras.
"Después de la Copa del Mundo, las mejoras del país serán importantes y útiles para la población. Estaremos satisfechos sea cuál sea el resultado porque los marroquíes se verán beneficiados del trabajo hecho", explicó Hafid Elalami, ministro de Industria de Marruecos y presidente de la candidatura.
Una de las mayores cuestiones es el tema de la seguridad, a lo que El Amrani, manifestó no entender tal preocupación, ya que Marruecos, en términos de terrorismo y asesinatos, es "un país muy seguro".
De tal modo, y según datos de la Unión de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el país del norte de África se sitúa como uno de los 40 más seguros del mundo, con un ratio de tres asesinatos por cada 100.000 personas, por encima de los 1,68 de Canadá y por debajo de los 21 y los 5,3 de Estados Unidos, susrivales en la candidatura.
Dentro del país no parecen preocupar las preferencias de la Fifa, y Elalamy aseguró que el Comité espera que "las personas involucradas en este proceso actúen con rigor y voten con tiempo, y que no cambien de decisión en el último instante".
"La Copa del Mundo sería una oportunidad para desarrollar planes y para unir a la gente de África, especialmente en estos tiempos", añadió El Amrani.