"Ahí fue cuando entendí que debí quedarme en casa" me dice un sobreviviente de Coronavirus.
Cuando se enferme de covid-19 usted va a tener fiebre, mucha fiebre. La fiebre más alta que jamás le haya dado en toda su vida. No se va a parecer a ninguna de las típicas fiebres causadas por la gripe.
Va a respirar despacito, como si le hubiesen puesto una esponja en la nariz y tratará de hacer tanta fuerza para que le entre el aire, que se va a quedar sin fuerzas.
Cuando trate de llenar los pulmones al inhalar fuerte, va a sentir que todavía le falta el aire y eso le va a asustar mucho más, porque siente que se te está acercando la muerte. Cree que en el siguiente respiro se va. Quiere pedir auxilio y nadie se lo puede dar.
Va a toser mucho. Tanto, que se va a cansar hasta casi desmayarse. Cada vez que lo haga, cada vez que le dé la tos, le va a doler el pecho como si se desgarra por dentro. Le van a doler los brazos con cada tosido, la espalda, los dedos de las manos, los pies. Cada que tose va a sentir que las venas se le inflan como si se fueran a reventar y no quiere toser más, pero tiene que seguir haciéndolo, porque la tos se sale sola, como un demonio que quiere salirse por los poros. Va a tratar de agarrar aire por la nariz y no vas a poder más...
Entonces, le van a poner el oxígeno y cuando le entra la primera aspiración de aire, siente que se va a quemar por dentro, que la entrada de aire por la nariz y la garganta lo incendian por dentro y eso le va a doler mucho más.
Y, si la situación se agrava y no puede superarlo, va a venir un doctor y le va a ponerle un par de tubos de media pulgada, se los introduce por la garganta hasta pasar por los bronquios hasta llegar a los pulmones. Eso se llama respirador artificial o ventilador invasivo.
Es bloqueante, molesto y encima, no puede hablar y mucho menos comer. En este punto de la enfermedad, le van a doler los poros de la piel. Hasta abrir los ojos le va a doler y la luz le hace arder los ojos como si se le fueran a derretir en el fuego.
Tal vez va a estar en una habitación con otros moribundos que lloran, se quejan hasta que se van silenciando. Al otro día ve que los sacan en bolsas plásticas. La otra opción es que le toque estar solo en una habitación cerrada. No podrá tener a su mamá, ni a su papá, ni a sus hijos que tanto ama, ni a sus hermanos y menos a sus amigos; porque los va a enfermar de lo mismo que lo está matando. Ellos por obligación y protección de sus vidas, lo tienen que dejar solo, le tienen que abandonar y ahí es donde le entra a su cuerpo el frío y el terror de la muerte.
Se va a sentir tan solo, que va a empezar a llorar de miedo hasta que el pánico lo invade y va a tener terror de la muerte.
Empezará a recordar a los que ama y llorará mientras ve que los recuerdos de su vida pasan en instantes. Va a ver que tenía una buena vida y no la cuidó, no hizo caso. Eso empeorará sus últimos momentos de existir y allí empezará a sentir que se creías infalible y ve que no somos nada y le falta el aire... y ahí se va...
"Ahí fue cuando entendí que debí quedarme en casa" me dice un sobreviviente de Coronavirus.