Así como en las amistades, en los negocios la pérdida de la confianza es factor fundamental porque cuando ocurre, no se sabe cuándo nuevamente se vuelva a recuperar. Es por ello que a pesar de que el brote de la fiebre aftosa en Colombia esté controlado, a los ganaderos les preocupa que el estatus sanitario del país pierda credibilidad en los mercados internacionales al verse afectados por una enfermedad que no se presentaba desde 2009.

“Cuando se presenta un brote de aftosa en algún sitio por retirado que esté del movimiento ganadero, el problema no es la aftosa como tal sino que se pierde la credibilidad en el país para los extranjeros”, así lo considera Luis Alfonso Rodríguez Jaramillo, presidente de la Junta de la Federación de Asociaciones de Ganaderos de Antioquia (Faga), quien agregó que como Colombia ya había logrado el estatus libre de aftosa con vacunación desde hace ocho años, temen que hasta que la Organización Mundial de Salud Animal (OIE) no se pronuncie y les brinde nuevamente la autorización, no les vuelvan a comprar carne por la pérdida de confianza y que el precio del ganado sufra una disminución. “Eso es lo más grave del asunto porque el comercio internacional, que se le ha trabajado muy duro, ya empieza a perder credibilidad”, mientras que al presentarse el brote, si se actúa pronto, se logra controlar y evacuar el problema.

Este foco fue detectado en una finca ubicada en la vereda de Curipao en Tame (Arauca), en la frontera con Venezuela, único país de Suramérica que no está certificado como libre de aftosa con vacunación, por lo tanto no notifica a la OIE, la presencia de la enfermedad. El brote ocurrió en un predio de 136 animales en donde siete presentaron lesiones vesiculares que dieron resultado positivo a fiebre aftosa tipo “0”, según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), a pesar de estar registrada la finca  y cumplir con los requisitos sanitarios.

El director del ICA regional Antioquia, Juan Fernando Martínez López, precisó que se tomaron inmediatamente las medidas cuarentenarias con el fin que el brote no se extienda a más zonas del país y reafirmó que actualmente Antioquia no presenta brotes positivos de la infección.

La fiebre aftosa es una enfermedad de alta difusión que se puede transmitir a través del aire, de la ropa, del cabello o en los implementos de trabajo de alguien que haya tenido contacto con algún animal infectado, explicó el gerente general del ICA, Luis Humberto Martínez Lacouture, sin embargo “afecta única y exclusivamente a los animales de pezuña hendida, es decir bovinos, bufalinos, porcinos, ovinos y caprinos”.

Complementó que “para nada afecta la salud humana, o sea que no hay ningún riesgo de contaminación al humano ni tampoco por el consumo de carne, leche o derivados lácteos”.
Cuando ocurrió el brote anterior, el de 2009 en Nariño, la enfermedad ingresó a Colombia por unos porcinos provenientes de Ecuador que eran de contrabando, precisó Martínez Lacouture, mientras que en esta ocasión “consideramos que pudo haber un contacto con animales de Venezuela o alguna persona que estuvo allá y se trajo el virus y contagió de manera directa estos animales. Por eso el llamado que hacemos, ya que tenemos información de que en algunas fincas del departamento de Arauca están contratando vaqueros o personas que trabajan en ganadería de origen venezolano y eso también es un riesgo grandísimo”.

Aurelio Iragorri Valencia, ministro de Agricultura y Desarrollo Rural sostuvo que ya se comenzaron todas las acciones en la zona de afectación para evitar que se propague la enfermedad.
Ante esta situación, no solamente tuvieron que sacrificar el total de reses que eran 136 en esa hacienda de Arauca sino que el ICA inició el sacrificio sanitario de 161 animales más como acción establecida en los protocolos internacionales de la OIE. Los 297 animales sacrificados corresponden al predio en donde se detectó el foco y a sus vecinos.

En ese sentido, Andrés Agudelo Rivas, médico veterinario zootecnista con maestría en Desarrollo Sustentable, dijo que la vulnerabilidad frente al contagio de la fiebre aftosa está dada por dos factores fundamentalmente que son: “El tránsito ínter fronterizo por Brasil, Venezuela y Ecuador, y la dificultad de tener unas coberturas totales durante cada ciclo de vacunación. Esto ahora se hace por contratos, no con personal de planta, lo cual disminuye el compromiso”. A su vez, agregó que un punto clave es que “ninguna vacuna tiene una efectividad del 100%”, ya que depende del estado nutricional e inmunológico del animal.

Estatus sanitario: en entredicho
Colombia, días antes de la alerta por fiebre aftosa, exportaba carne bovina a 17 países como Angola, Rusia, Kazajistán, Bielorrusia, Armenia, Kirguistán, Venezuela, Jordania, Georgia, Curazao, Chile, Líbano, Libia, Emiratos Árabes, Perú, Egipto y Cuba.

En este momento, Chile, que fue el último país que admitió las importaciones de carne desde Colombia, y Perú, ya suspendieron la compra o importación de carne bovina, mientras que Ecuador frenó la adquisición de cualquier operación, en su caso era “material genético, semen bovino y embriones”, señaló Martínez Lacouture y agregó que a Panamá se estaban enviando productos lácteos y carne procesada, es decir embutidos, mas no ganado en pie.

Daniel Cadavid Londoño, presidente del Comité Departamental de Ganaderos de Antioquia, expuso que “el estatus sanitario le ha costado al país entre US$40 millones o US$50 millones en campañas de vacunación durante los últimos años”, por lo que lamenta que se ponga en peligro todo ese trabajo. Países con menos inventario de ganado como Paraguay cuando tuvieron el problema, “tuvieron pérdidas entre US$80 millones y US$100 millones”.

No obstante, debido a la alarma del gremio ganadero en general, Iragorri Valencia anunció que se mantendrán las exportaciones de carne colombiana a Rusia, Jordania y Líbano.
“Estos mercados representan el 70% del producto cárnico que enviamos del campo colombiano al exterior. Es carne que sale de la costa y de Antioquia, zonas libres de aftosa. Nuestros aliados entendieron muchísimo la coyuntura de Arauca, porque también han tenido imprevistos de esta naturaleza”, explicó el jefe de la cartera rural.

En contraste, el presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie Rivera, dijo que el asunto es mucho más grave porque “se pierde el camino logrado para la certificación de ‘país libre de aftosa sin vacunación’, que es la meta final de este proceso; se cierra la puerta a las exportaciones ganaderas y a los demorados procesos de admisibilidad sanitaria ante Estados Unidos y la Unión Europea principalmente”.

A pesar de la preocupación, el director de la OIE para América Latina y el Caribe, Luis Barcos, precisó que Colombia ha perdido el estatus sanitario temporalmente “pero lo van a recuperar muy rápido. Yo les aseguro que no perdieron el trabajo”.