Los imprescindibles parámetros en la competencia lectora

Autor: Lucila González de Chaves
1 mayo de 2020 - 12:06 AM

La lectura nos libera de la mediocridad, de la tristeza, de la maledicencia; nutre el corazón, enriquece la mente y eleva el espíritu. El libro nos ayuda a SER, para luego, poder decir y hacer.

Medellín

Leer es: amar, conocer, conseguir,

 correr, disfrutar, imaginar, llorar,

 recordar, reír, sufrir, tocar, ver,

 viajar, vivir, volar. (Anónimo)

 

 

1. Ideas antes que palabras

Al leer, las ideas son las que guían, no las palabras en sí. Tampoco se utiliza la misma técnica ni la misma rapidez en todos los textos. Es necesario saber a qué género pertenece el texto por leer, las estructuras de dicho género y – de ser posible - las formas de pensar del autor; solo así se logra una evaluación crítica del texto leído y del autor, sin desfigurarlos con nuestros prejuicios.

Comprensión lectora es, fundamentalmente, leer pendientes de las ideas que hay detrás de las palabras; reconocer e interpretar el pensamiento que expone el autor; opinar, interrogar, completar, aprobar, etc. como si el autor fuera un interlocutor presente. Así, fácilmente, se conoce el significado del texto, se sacan conclusiones y se dan opiniones acertadas. Esta es la lectura activa, o lectura crítica.

En esta actitud participativa al leer, podemos preguntarnos: ¿Son lógicos, coherentes, imparciales los razonamientos del autor? ¿Utiliza argumentos de autoridad para retener al lector y para apoyar sus ideas? ¿Sus argumentos desvían la atención del asunto central? ¿Están claras y ordenadas las ideas y argumentaciones?

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2. El hábito de “devolverse” en la lectura

Hay quienes se devuelven en la lectura; otros, se ayudan vocalizando. Estar pendientes de las ideas del autor impide fomentar dichos vicios.

Cuando se lee despaciosamente; hay mayor número de fijaciones; es decir, los ojos se detienen un mayor número de veces sobre cada renglón del texto; esta circunstancia reduce, a veces, el campo visual. Los ojos se detienen solo para captar las palabras y los signos; el espacio donde se ubican dichos signos y palabras se llama campo visual.

La destreza en la lectura evita que los ojos se detengan ante cada palabra para percibirla; una detención ocular o fijación cubre un grupo de palabras determinadas por el campo visual de cada persona. Si ese campo es amplio, se leerán muchas palabras en cada fijación y su velocidad será mayor. Un renglón debe tener un máximo de tres fijaciones. Si se está atento a lo que el cerebro recoge en cada fijación no habrá necesidad de “devolverse” al leer.

 

3. La variedad en las lecturas desarrolla la competencia lectora

Algunas clases:

Fácil: es lectura de artículos, propagandas, revistas, noticias, etc.

Normal: lectura para textos más elaborados: cuentos, novelas, algunos temas relacionados con la profesión.

Atenta: lectura de materias poco conocidas: libros sobre las profesiones; textos con puntos de vista diferentes a los nuestros.

Lenta: para disfrutar el lenguaje literario, el “placer del texto”, como dicen los franceses, e igualmente necesaria en la investigación y en el aprendizaje.

De control: comparar puntos de vista sobre un mismo tema, tanto si se lee para investigar, como si se efectúa la lectura crítica.

Relectura: si se necesita encontrar el fondo de un planteamiento, el razonamiento de un autor, si se está aprendiendo, si se reflexiona sobre un texto que ha ‘tocado’ el estado de ánimo, la sensibilidad; si se tiene el propósito de realizar lectura crítica.

No existe una técnica única para leer novelas, poesía, diccionarios, obras científicas, tratados de informática, libros de filosofía, etc. Y, es muy importante tener clara la intención que nos guía al leer.

En el ejercicio de leer, el llamado desnatado (literalmente: quitar la nata) es la técnica de sacar rápidamente lo esencial de un escrito, sin leer el texto en su totalidad; es la llamada ‘lectura de pesquisa’. Hay que estar atentos a la idea para no distraerse con otras y perder la información.

 

4. ¿Por qué releer?

a) Porque se encuentran palabras desconocidas; b) El texto es difícil por su estilo confuso; c) Querer confirmar si se leyó bien; d) Porque el lector se “pierde” al leer.

La primera razón indica que se tiene pobreza de vocabulario. Es imprescindible usar el diccionario. Hay que ampliar el conocimiento semántico, sin él, habrá gran impedimento para la lectura crítica.

Cada vocablo tiene su valor propio en el texto; puede ser significado de base o significado contextual, el primer significado se encuentra en diccionarios; el segundo, solo lo da el contenido del texto. Son, asimismo, parámetros muy importantes en la lectura: la connotación, la monosemia, la polisemia, la sutileza de los sinónimos, las imágenes literarias, la selección y colocación de los adjetivos, etc.

“La psicología de la lectura” señala que: cada área del conocimiento, según su dificultad, y según la edad del lector y su disposición interna, necesita de un determinado número de repeticiones lectoras. Pero, “devolverse” en la lectura para confirmar que ella se realizó de manera correcta, es señal de que se tiene el mal hábito de la ‘regresión’, el que hay que combatir a toda costa.

‘Perderse’ en la lectura es tener el pensamiento puesto en cosas diferentes; la mente está divagando; hay que elegir entre el texto y la divagación, si se quiere combatir el mal hábito de la regresión.

 

5. Algunas exigencias para el bien leer

-Evitar leer cuando se está tensionado; no leer con luz deficiente o excesiva, ni por prolongadas sesiones; evitar los reflejos del papel blanco muy brillante y los libros con impresión defectuosa o muy pequeña.

-Practicar el llamado centramiento que es hacer pausas regulares en la lectura, cambiar la posición del cuerpo, respirar lentamente, cuestionarse sobre lo leído, elaborar opiniones… y tener la voluntad de continuar atentamente la lectura, cualquiera que ella sea.

 

6. Estrategias lectoras

Se leen física o virtualmente: cuentos; textos de estudio, poesía, novelas, diccionarios, periódicos, revistas, informes, ensayos y otros más; como consecuencia, existen: lectura crítica, de estudio, de información, de análisis, lectura por placer, etc.

Una buena estrategia es la lectura activa que consiste en leer pendiente de la idea, pues la percepción de toda lectura debe ser atenta, precisa y rápida. Las competencias o habilidades de pensar, analizar, comparar, deducir, interpretar, discurrir, acercan mucho más al contenido del texto.

 

7. Tipología de la lectura

Es la que determina las estrategias lectoras, y estas exigen diversos grados de velocidad. No se lee siempre con la misma rapidez; esta es inversamente proporcional a la dificultad del texto: a mayor dificultad, menor velocidad.

Es decisivo tener en cuenta el párrafo; él es una unidad de pensamiento, independiente, y la ejercitación en su manejo ayuda a fortalecer la competencia o habilidad de reconocer que la excepción son los párrafos que tienen más de una idea principal, o los que no son referentes, por ser párrafos explicativos o de transición.

La idea central es categórica, no reúne expresiones de duda, no tiene rodeos; es general porque es la que más contenido abarca, no se detiene en detalles; es corta por no tener rodeos ni palabras vacías ni minucias, lo que es característico de frases o ideas secundarias o de sustentación.

La competencia o habilidad para encontrar en el párrafo el referente y su relación lógica con las demás ideas, es el fundamento de la comprensión lectora y la génesis de la lectura crítica; esta, solo puede realizarse con acierto si se comprende el referente principal de la lectura, si se ejercitan las habilidades de deducir e identificar, de juzgar equilibradamente, de ser imparcial, de encontrar la verdad expresada en el texto; solo así, es posible una lectura crítica.

 

8. Las primeras lecturas y sus procesos

Con los niños se realiza mucha lectura oral (en voz alta), necesaria para educar la voz y familiarizarse con los sonidos para poder entenderlos. En general, toda persona, debe “oírse” porque solo así aprende a corregir la forma de leer y a manejar la voz.

La lectura mental es la finalización de la secuencia en el aprender a leer; en ella se suprime la representación sonora porque ya el cerebro conoce suficientemente las palabras y está en condiciones de realizar la lectura activa. Es necesario dejar de estar pendientes de las palabras porque se entorpece la agilidad mental para captar las ideas y las relaciones entre ellas. Estar pendientes solamente de las palabras, es poner una barrera al desarrollo de la competencia lectora y anular el desarrollo de la necesaria lectura crítica.

 

9. Acercamiento a los textos

Hay un sinfín de posibilidades de acercamiento a un texto, pero ellas dependen del interés, preparación intelectual, competencia lectora e ideología de cada persona.

La actitud negativa para enfrentar una lectura de investigación, de estudio, de placer, etc., es ya una barrera para darse cuenta de lo nuevo que hay en el mundo expresado en los libros, para captar las diferentes maneras de percibir las cosas, para adquirir el derecho a opinar de manera diferente.

Hay que eliminar toda actitud sicológica de rechazo ante una posibilidad de lectura, bien sea ella un deleite, una urgencia de aprender, una ejercitación de análisis y crítica, una necesidad de estar informado, etc.

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10. El beneficio de compartir la lectura

Las lecturas de carácter informativo o explicativo o de estudio como las obras científicas, filosóficas, ensayísticas, deben ser compartidas en forma objetiva.

Las obras literarias y artísticas están en el campo de lo subjetivo, pues al trasmitirlas o compartirlas se involucran la intención del autor y la del lector, mediante la expresión de sentimientos, emociones, estados interiores.

El compartir o trasmitir adecuadamente lo leído pone a prueba las competencias de: capacidad de síntesis, agudeza de comprensión, sensibilidad y percepción para distinguir lo esencial de lo complementario; además, de enriquecer la experiencia y los conocimientos dados por otras lecturas.

No es fácil el ejercicio de leer y, menos aún, desarrollar y fortalecer la competencia de lectura crítica.

 

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Comentarios:

Edgar
Edgar
2020-05-01 11:01:25
Pero qué cosa sublime , emocionante y placentero es el hecho de leer. Obviamente leo lo que me gusta, todos los días. Y va uno adquiriendo un formidable vocabulario.Y éste artículo debería ser para que los profesores y maestros nuestros tomaran nota atenta. Es deplorable la cantidad de estudiantes que entran a la universidad sin saber "leer", no alcanzan a distinguir la idea principal en un simple párrafo. Gracias Doña Lucila.

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