La ciudad boliviana de Cochabamba y varias subsedes cercanas recibirán entre los próximos 26 de mayo y 8 de junio a cerca de 4.000 deportistas suramericanos, en medio centenar de disciplinas deportivas.
La antorcha de los XI Juegos Sudamericanos-Cochabamba 2018 arde desde este lunes para anunciar la fiesta del deporte en Sudamérica, tras su encendido en la antigua ciudad de Tihuanaco, como manda la tradición en recuerdo de su primera edición, hace cuarenta años en Bolivia.
El fuego fue encendido en una ceremonia ancestral por amautas o sabios andinos frente a los muros de esta antigua civilización preincaica, en un ritual a la Pachamama o Madre Tierra.
El desfile de banderas de los catorce países participantes y las danzas tradicionales bolivianas precedieron al encendido de la antorcha, que fue entregada al presidente de Bolivia, Evo Morales, y al secretario general de Organización Deportiva Suramericana (Odesur), Camilo Pérez.
El Presidente calificó a esta undécima versión de los Juegos como “la fiesta del deporte más grande de la historia de Bolivia”, para la que el país se volcó con el deseo de que sea todo “un éxito” para los participantes.
El exatleta cochabambino Jhonny Pérez hizo el primer recorrido con la antorcha que porta “el fuego sudamericano”, para dar luego el relevo a deportistas en activo.
El fuego recorrerá Bolivia hasta que el sábado 26 de mayo encienda el pebetero en la ceremonia inaugural de los juegos en el estadio Félix Capriles de Cochabamba, en un recorrido que incluye referentes turísticos del país como el salar de Uyuni o un paseo en el teleférico de La Paz.
La antorcha se enciende en Tihuanaco en recuerdo de los primeros Juegos Sudamericanos, que acogió la cercana ciudad de La Paz en 1978, entonces con el nombre de Juegos Deportivos Cruz del Sur, en los que Jhonny Pérez ganó tres medallas de oro.
Tihuanaco, junto al lago Titicaca, conserva importantes restos de la antigua capital de los tiahuanacotas, una cultura preincaica que se extendió entre los actuales Perú, Bolivia, Argentina y Chile entre aproximadamente el 1500 antes de Cristo y el 1000 de la era actual.