Lombana y Mónaco

Autor: Santiago Ortega
8 febrero de 2019 - 09:03 PM

Si queremos contar la historia de Medellín para que transforme a quien la escuche, el edificio Mónaco es fundamental.

Hace un par de semanas se estrenó en cines The Smiling Lombana. Este es un documental donde Daniela Abad busca acercarse a la historia de Tito Lombana, su abuelo materno, un gran artista educado en Italia, que al llegar a Medellín en los 70 quedó inevitablemente relacionado con el narcotráfico.

Para Daniela, Tito era una especie de mito, y solamente lo vio en persona una vez cuando faltaban unas escasas semanas para su muerte. Su madre y su abuela habían cortado contacto con él hace muchos años, por los dolores que le había causado a la familia, y la historia de Tito se convirtió el ese secreto familiar del que nadie quería hablar. Ese secreto que empezó a despertar el interés de Daniela.

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Cuando conocí a Daniela hace unos años, ella me habló de la idea de hacer un documental sobre la vida de su abuelo, pero creía que su suerte estaba sentenciada: “Mi familia no quiere que yo cuente la historia.” Es apenas obvio por qué existía esa resistencia. ¿Vale la pena revolver recuerdos dolorosos, enterrados hace rato? ¿Para qué exponerse públicamente de esa manera para estar en la boca de todo Medellín? ¿De todo Colombia? ¿Es acaso bueno para alguien que esa historia se cuente?

Sin embargo, a punta de perseverancia, Daniela fue capaz de reconstruir a su abuelo a partir de los recuerdos de la gente que lo quiso, y de las historias de quienes lo conocieron en los momentos extraños de su vida. The Smiling Lombana es una película bellísima, tremendamente emocional y absolutamente valiente. Pero más que eso, es una historia necesaria para todos los que vivimos en Medellín.

La película de Daniela es importante porque es una de las pocas voces que pone el narcotráfico en el plano personal, sin pretensiones ni vergüenzas, para que entendamos lo que nos pasó como ciudad y los costos que tuvo para las familias paisas. Llevamos 20 años muriéndonos de la ira cuando un extranjero desinformado relaciona a Medellín con Pablo Escobar, pero como ciudad nos falta mirarnos al espejo para entender cómo el narcotráfico nos cambió culturalmente y cómo definió algunas de nuestras peores características.

Hace un par de meses, un alto funcionario de la Alcaldía me contaba que una de las preocupaciones principales que tenían era lograr un cambio cultural en la juventud de los barrios de Medellín. Cambiar el deseo de figurar y emular a los capos, por ganas de hacer impactos positivos. Esto no es fácil, los niños de hoy conocen a Escobar gracias a Netflix, y no hay nadie que les explique la historia completa. Sin nadie que cuente la resistencia de esta ciudad en los 90, la historia la van a escribir los narcotours, esos que al final les dan una prueba de cocaína a los turistas.

Sin embargo, en apenas 15 días la Alcaldía demolerá el Edificio Mónaco. Mónaco es tal vez la ruina más emblemática de Medellín, y al mismo tiempo la mejor herramienta para educar sobre el dolor de la época. ¿Por qué no contar la historia desde allí? Mónaco podría ser museo con 8 pisos de contenido educativo y emocional, y nadie saldría de allí igual a como entró. Eso no se logra con un memorial como el que se está planeando.

Una de las cosas increíbles del The Smiling Lombana es la cantidad tan impresionante de video existente sobre Tito, en una época donde las incluso las fotografías eran escasas. El documental lo muestra haciendo gimnasia en su casa, saliendo de la iglesia el día de su boda, jugando con su familia en la playa y vuelve una y otra vez sobre una imagen hermosa de Tito bailando flamenco con sus dos hijas. Aparte de ser un registro vivo único, las imágenes en movimiento son poderosísimas para contar una historia. ¿Cómo podría uno captar la esencia de Tito si no lo ve sonreír?

Si queremos contar la historia de Medellín para que transforme a quien la escuche, el Edificio Mónaco es fundamental. Demolerlo, sería como si Daniela hubiera quemado las cintas de los videos de su abuelo. La historia se cuenta, pero no es lo mismo.

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La influencia del narcotráfico dejó una herida abierta en esta ciudad, y una fama que queremos ocultar y dejar atrás. Sin embargo, ni la herida ha sanado, ni nos hemos liberado de la muerte, la corrupción y la violencia que vive esta ciudad por culpa de la droga cada día. Pero para empezar a sanar, tenemos que contar la historia de frente. Como lo hizo Daniela con su abuelo.

 

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Comentarios:

Jairo Alberto
Jairo Alberto
2019-02-09 06:45:55
Estoy de acuerdo con el columnista, es un despilfarro de recusrsos ,se podria repotenciar esta edificacion para varios fines , pero esta el protagonismo , un parque para las mal llamadas mascotas , en un lugar donde no existen lugares para parquear donde el espacio esta totalmente osbtruido por los vehiculos que se estacionan por este sector que es residencial y de servicios medicos bancarios y otros , paqueaderos y cnetro de enseñanza y atencion del municipio o casa de memoria como dice el columnista , claro que con el estado o municipio la repotenciaon cuesta para el particular $ 100= para el estado $ 2000= en esa escala es el cvy

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