A pocos días de la culminación de los gobiernos departamental de Antioquia, encabezado por Luis Pérez Gutiérrez, y municipal de Medellín, liderado por Federico Gutiérrez Zuluaga, los respectivos consejos territoriales de planeación han entregado sus análisis sobre la ejecución del plan de desarrollo de cada uno de los gobiernos. Esos informes, realizados con los datos ofrecidos por las administraciones al 30 de junio de 2019, son el mecanismo institucional que, a pesar de algunos sesgos de interpretación subjetiva, permite analizar los resultados de los gobiernos frente a los planes aprobados en procesos democráticos. La construcción y seguimiento a los planes de desarrollo a partir de indicadores cuantificables es herramienta de buen gobierno que la sociedad participante necesita para su intervención razonable en la vida pública, como es nuestro propósito en la Alianza Antioquia.

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El CTP de Antioquia divulgó dos análisis. El primero, del 10 de diciembre de 2018, revela los resultados del gobierno en seis de sus siete líneas. El segundo, a 30 de junio de 2019, se concentra en la gestión del componente educación de la segunda línea: Movilidad social y equidad. Los cinco presidentes de este Consejo lamentan las dificultades para recibir datos concretos en las rendiciones de cuentas del gobierno, a las que señalan como eventos políticos; para participar en las sesiones de la Asamblea Departamental sobre el tema, y para recibir respuestas concretas a sus preguntas sobre el cumplimiento de metas. Estas aseveraciones demuestran la importancia de dotar al departamento de un sistema estadístico que ofrezca datos confiables sobre la gestión pública.

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El informe de 2018, sobre el que destacamos que no se hizo actualización en 2019, destaca el cumplimiento del gobierno departamental en la formulación, vía ordenanza, del Plan de Ordenamiento Territorial Agrícola de Antioquia, el más claro avance de la línea La nueva ruralidad, para vivir mejor en el campo. No ocurre lo mismo con la atención a la agricultura rural campesina, que el CTPA considera es el 80% de la actividad agropecuaria del departamento. Destaca el organismo el abandono de la potencialidad forestal del departamento y la “frustración” que fue el proyecto Antioquia Siembra.

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Continuando con la gestión departamental, en equidad social son resaltados la formación en liderazgo de la mujer, realizada en 79 municipios. En su capítulo especial sobre educación (concepto de 2019) resalta que esta recibió el 36% del total de los recursos del cuatrienio y que a junio de 2019, en el sector se había cumplido aproximadamente el 70% del presupuesto, pero apenas el 50% de las metas, siendo los más destacados los indicadores de Antioquia inteligente, atención a población especial y cobertura (ver gráfico), un dato que no se contrasta con los indicadores de deserción escolar. La menor ejecución se presentó en infraestructura, mantenimiento y dotación de instituciones educativas. Llama la atención de los consejeros que la ejecución presupuestal de la Universidad Digital llegó al 76%, pero el cumplimiento de sus metas no fue cuantificado y al finalizar el mandato, sólo se alcanzó la acreditación de un programa académico.

La formulación del Plan de adaptación para el cambio climático no se compadece con los resultados en contención de la minería criminal e ilegal o de los cultivos de hoja de coca, a pesar de superarse ampliamente la meta de hectáreas erradicadas, así como en los planes de restauración de los ecosistemas estratégicos. El CTP destacó avances en la creación del Consejo Departamental de Paz y los consejos municipales, desde donde se impulsa el apoyo al posconflicto.

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Ausentes en la evaluación del CTPA, en la gestión departamental son, sin duda, notorios, los avances en infraestructura, con la construcción de 1.064 kilómetros de placas-huella, vías que representan soluciones necesarias para la ruralidad, así como la terminación de la primera fase del Túnel de Oriente; el significativo avance en la gestión del Túnel del Toyo Guillermo Gaviria Echeverri y la remodelación de 13 parques municipales.

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Con mayores datos de ejecución y cumplimiento de metas, el Consejo Territorial de Planeación de Medellín ha establecido niveles preocupantes de cumplimiento de las siete dimensiones del plan de desarrollo, siendo la de Proteger entre todos el medio ambiente la que presenta más alto cumplimiento de metas, con 88%, y la más baja la de Por una movilidad sostenible, con 52% de cumplimiento. Aunque la dimensión Entre todos recuperamos la seguridad y la convivencia ciudadana tiene cumplimiento del 58%, el CTPM destaca retrocesos en todos los indicadores de seguridad y convivencia, no obstante haber sido esta el área del plan de desarrollo a la que se dedicaron mayores recursos.

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En los indicadores con resultados por debajo de lo normal, también se encuentra la dimensión Todos comprometidos con un nuevo modelo de equidad social, en cuanto también en ella han ocurrido importantes retrocesos en indicadores de equidad, como son la ocurrencia de muertes evitables, tasa que el 30 de junio estaba en 29,3 por 100.000 habitantes, cuando la base fue de 24,8 y la meta eran 20. Igualmente, merece inquietud el crecimiento de la desnutrición aguda (0,6 puntos), global (1 punto) y crónica (4,2 puntos) en menores de cinco años. Son deudas también con la ciudad, la construcción de ciudadelas educativas, que se preveían dos; el desarrollo del corredor de movilidad sostenible en la Avenida 80; el intercambio vial de la calle 4 sur con Avenida El Poblado, proyectos todos cuya ejecución no inició en el cuatrienio.

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Al cierre de estos mandatos, Antioquia y Medellín resienten, además, que no hubiese ocurrido un proceso de colaboración armónica del gobernador y el alcalde, como lo reclama el artículo 113 de la Constitución y debieron cumplirlo en su calidad de socios de Hidroituango, el más importante proyecto de energía hidroeléctrica en ejecución en el país, al que es necesario acompañar en su conclusión y consolidar en su operación.