El señor Miranda obra como si ignorara que, en Colombia, la connotación de la palabra “oposición”, es particular. En el Reino Unido no hay opositores en armas. En Colombia sí los hay.
La BBC de Londres acaba de publicar un informe en español sobre la llegada de 45 asesores militares norteamericanos a Colombia (1). Desafortunadamente ese artículo no es un modelo de equilibrio periodístico. Él omite los puntos esenciales del tema y se limita a hacer de caja de resonancia de las alegaciones del grupo de senadores comunistas que se oponen a la llegada de esos asesores, no por lo que harían en Colombia sino por lo que son: soldados de un país democrático con el que Colombia tiene acuerdos de cooperación diplomática, militar, antidrogas y económica perfectamente claros.
La agitación marxista quiere destruir esos vínculos y privar a Colombia de su aliado norteamericano, precisamente en momentos en que la dictadura de Maduro, respaldada por Cuba, amenaza a Colombia con todo tipo de represalias -desde bombardeos aéreos hasta el fomento de grupos violentos dentro del territorio-. A esas circunstancias se agrega el aumento a niveles muy altos de los cultivos ilícitos y sus secuelas de terror contra amplias regiones del país.
El cronista de la BBC, Boris Miranda, emplea erróneamente las fórmulas “contingente militar” y “brigada” que la propaganda marxista utiliza en ese debate para impresionar a la opinión. Una brigada está compuesta de dos o más regimientos o batallones y otras unidades menores. Una brigada puede tener entre 3000 y 5000 soldados. Haga la comparación.
La BBC no recusa la otra gran confusión de lenguaje creada por la oposición. Ella pretende que hay un “tránsito de tropas extranjeras” por el territorio colombiano. La Constitución colombiana exige un permiso del Senado para que el gobierno pueda aprobar ese “tránsito”. Usando esa figura los políticos antiamericanos lograron que el Tribunal de Cundinamarca ordenara al jefe de Estado suspender las labores de esa delegación. El presidente Iván Duque rechazó tal intromisión del poder judicial en un asunto del poder ejecutivo y reiteró que se trata de una actividad de asesoría extranjera que no requiere un permiso del Senado.
El texto de la BBC nada dice sobre las amenazas que lanza la dictadura venezolana contra Colombia, la cual anuncia la posibilidad de enviar aviones de combate a bombardear puntos clave de la economía y de la defensa colombiana. Y omite toda referencia a los violentos desórdenes urbanos en Colombia alentados por el chavismo local y regional. Obviamente a tales agentes subversivos les molesta la presencia de ese grupo de militares americanos.
El señor Miranda obra como si ignorara que, en Colombia, la connotación de la palabra “oposición”, es particular. En el Reino Unido no hay opositores en armas. En Colombia sí los hay. Miranda evita esa distinción. En Colombia hay parlamentarios de oposición, pero también hay “opositores” en armas, que usan la violencia extrema contra el gobierno y la sociedad. ¿Hablar únicamente de “senadores opositores” no crea un paisaje político irreal? ¿Busca legitimar lo que viene de ese sector, sin preguntarse el papel que también juegan los violentos? Iván Cepeda es un senador que, con el apoyo de los pseudo senadores de las Farc, califica la llegada de los asesores como una “presencia invasora y hostil en nuestro territorio”. Esa forma de propaganda insulta la realidad y abusa al auditorio de la BBC.
Las guerrillas marxistas combaten todo lo que frene sus planes y pueda ayudar a la democracia en la lucha contra el narcotráfico y en temas como el mejoramiento de los dispositivos inteligencia y logística. Las fuerzas armadas de Colombia, en general, y la inteligencia militar, en particular, son objeto, sobre todo en estos momentos, de sofisticadas campañas de difamación que buscan minar esos organismos. Los impulsores de esa campaña son los mismos que quieren expulsar a los asesores americanos. Eso debería ser dicho a la opinión británica.
Mientras ello ocurre, 94 congresistas demócratas americanos le exigen a Iván Duque aumentar los esfuerzos para desmantelar las redes de narcotráfico, reprimir a los autores de asesinatos de “líderes sociales” (algunos son desmovilizados de las Farc) e “implementar los acuerdos” de 2016 con las Farc. Pero Duque ha “implementado” ya esos acuerdos. Quienes no “implementan” los acuerdos son las Farc, transformadas parcialmente en partido (otra parte continuó la guerra): no indemnizaron a sus víctimas, no ayudan a erradicar el narcotráfico, no retiraron sus minas antipersonas, no liberaron a sus rehenes ni a los menores de edad que habían reclutado, no entregaron sus armas, tierras y otros bienes. Miembros de las Farc (“disidentes”) participan en el asesinato de líderes sociales. Los congresistas demócratas no denuncian nada de eso. En realidad, no le exigen nada a las Farc. ¿Por qué esa flagrante parcialidad? ¿Por qué no les piden que acepten la presencia de asesores militares americanos en la lucha contra el narcotráfico? Eso debería ser dicho a la opinión británica.
Twitter: @eduardomackenz1
(1).- https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-53285420