El Ministerio de Agricultura, el ICA, Agrosavia, Augura, Asbama, Cenibanano y autoridades trabajan coordinadamente en el marco de la alerta temprana por la sospecha de la enfermedad ocasionada por Fusarium Raza 4 Tropical, Foc R4T.
A pesar de que el plátano y el banano no son originarios de América, sino de Asia, se han convertido en productos que hacen parte de la seguridad alimentaria nacional; en especial, para comunidades indígenas y campesinas. Además, constituyen el tercer renglón de exportaciones agroindustriales del país.
Por eso, la confirmación de que dos fincas ubicadas en el departamento de La Guajira están contaminadas por el hongo Fusarium raza 4 cubense (TR4) o Foc R4T pone al sector que cultiva musáceos en alta vulnerabilidad social y económica, teniendo en cuenta que este patógeno afecta la totalidad de la planta y hasta ahora no existe solución distinta a la erradicación definitiva del área afectada.
Dicha validación, la realizó el ICA, mediante las resoluciones 00008573, para la finca Don Marce, y 00008574, Eva Norte, que fueron publicadas por esta institución, pero luego retiradas. Allí se establecieron protocolos de cuarentena para ambos huertos, los cuales presentan síntomas de tener este patógeno.
Las plantaciones infectadas, según las resoluciones, se demarcan por todos sus lados en un rango de 10 metros en la zona A, que es la infectada; pero también se establecen otras áreas de seguridad (20 metros cuadrados alrededor de la planta contaminada). Se determina, además, una zona denominada de “observación”, que se ubica a 80 metros cuadrados, espacio que se define desde la planta enferma identificada.
“Es un microorganismo con mecanismos de resistencia tan fuertes, que puede llegar a durar 30 años en el suelo y afectar al 80% de los bananos de exportación del mundo”, señala Liliana Hoyos, profesora asociada a la Universidad Nacional de Colombia, ingeniera agrónoma y doctora en el manejo biológico de enfermedades.
De acuerdo con Valeska Villegas Escobar, doctora en biotecnología e investigadora en el Grupo de Investigación en Ciencias Biológicas y Bioprocesos (Cibiop) de Eafit, el riesgo de este hongo es grande, porque en este momento no existe una variedad resistente a la raza TR4 y que además sea comercial. Existen desarrollos que aún están en proceso de evaluación, pero no se ha llegado a la etapa de un producto de comercialización.
Al haber una cuarentena de alta magnitud, porque es una enfermedad devastadora, con mayor razón el país tendría que conocer las implicaciones de este patógeno. Por eso, según la profesora Liliana, ha faltado que se intensifiquen las campañas en aeropuertos y puertos para que la gente sepa la manera en que esta enfermedad afecta las plantaciones, porque es un microorganismo que viaja por todo el mundo. Pero en este momento la mayoría de los colombianos no saben lo que va a pasar, porque no se adoptaron medidas preventivas de salud pública vegetal.
“A la opinión pública en general le faltó, porque todos viajamos, traemos mercancía relacionadas con musáceas. Ha faltado mayores campañas que permitan sensibilizar a la gente del común sobre las medidas fitosanitarias y de bioseguridad que se deben adoptar para prevenir esta enfermedad”, expresa Hoyos.
Actualmente, esta enfermedad se ha reportado en 14 (catorce) países de los continentes de Oceanía, Asia y África y ha afectado a más de 100.000 hectáreas del principal banano de exportación en el mundo, el de la variedad Cavendish, que es el que Colombia tiene sembrado en Urabá, Magdalena y La Guajira. El hongo vive en el suelo, ingresa a la planta por sus raíces e invade los tejidos internos del cormo y del pseudotallo, ocasionando su muerte.
La diseminación del patógeno a largas distancias ocurre por la movilización de material de siembra infectado y suelo contaminado. A corta distancia la diseminación entre fincas ocurre a través del suelo adherido al calzado, herramientas, vehículos, equipos y por el agua de lluvia, escorrentía o de riego. Los visitantes procedentes del extranjero, que frecuentan plantaciones de musáceas, representan un riesgo de ingreso de la enfermedad a las áreas productivas.
“Es necesario establecer una disciplina férrea para el personal de los buques y su no descenso a tierra. Hay que recordar que cuando la Sigatoka Negra fue identificada en Urabá se reportó desde el centro de la zona bananera, cerca de una finca importante y del embarcadero de Zungo”, afirma Diego Miguel Sierra Botero, exsecretario de Agricultura y Desarrollo Rural de Antioquia.
No obstante, Deyanira Barrero León, gerente general del ICA, en el Foro Bananero presentó la política de gestión de riesgo para Fusarium Raza 4T en Colombia para el periodo 2019-2022 que consta de:
· Programa de Vigilancia y plan de Contingencia completamente estructurado e implementado en zonas estratégicas.
· Protocolos de bioseguridad implementados en las áreas de producción de banano de exportación, para prevenir el ingreso de la enfermedad.
· Requisitos para la importación de material de propagación de musáceas actualizados de acuerdo con las condiciones de distribución mundial del patógeno.
· Capacidad diagnóstica, a nivel específico para la raza 4 tropical, en al menos tres laboratorios ICA o de otras entidades.
· Las acciones de vigilancia de Fusarium Raza 4 Tropical- FOC R4T que realiza el ICA y el Ministerio de Agricultura se han establecido en 25 departamentos con visitas a cerca de 13.000 predios productores.
Sin embargo, la institución aún sólo ha informado que está realizando todos los estudios de laboratorio para confirmar o descartar la presencia de la enfermedad, para luego implementar lo necesario, teniendo en cuenta la confirmación en las dos fincas de La Guajira.
Asimismo, el Organismo Internacional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa), ante la sospecha en Colombia del patógeno emitió una comunicación solicitando a sus Estados miembros, México, países bananeros en Centroamérica y República Dominicana, sumar esfuerzos e intensificar sus medidas de bioseguridad e inspecciones de productos y subproductos de origen vegetal en puertos, aeropuertos y fronteras, a fin de prevenir la diseminación de la marchitez por fusariosis de las musáceas (plátanos y bananos), causada por el hongo. El Ministerio de Agricultura de Ecuador inició una campaña de información y movilizó a sus brigadas para monitorear las fincas donde haya cultivadas musáceas.
En Colombia la siembra de musáceas ocupa un área de 561.922 hectáreas, de las cuales el 11,27% (63.381 hectáreas) son para el mercado de la exportación y el 88,76% restante constituye la base de la alimentación de millones de familias colombianas.
Por otra parte, el mercado del banano de exportación, el cual está basado en cultivares del subgrupo Cavendish altamente susceptibles a Foc R4T, abarca un total de 49.307 hectáreas, que generan un total de 98,4 millones de cajas exportadas, por un valor de US $850 millones. Estos indicadores justifican la adopción de medidas preventivas para evitar la introducción de Foc R4T al territorio colombiano, considerando el impacto negativo que causaría en la producción de musáceas del país, especialmente en las zonas de exportación de Urabá-Antioquia, Magdalena y La Guajira y los impactos en la seguridad alimentaria.
El panorama económico se afectaría también, porque según María Alejandra González Pérez, profesora de la Universidad Eafit y doctora en Negocios Internacionales, este tipo de enfermedades traen como consecuencia que se imponga para el comercio exterior barreras que son más complejas que las arancelarias, en las que se tiene en cuenta las condiciones fitosanitarias e impiden la actividad comercial para el ingreso de ciertos productos que tienen problemas que representan amenazas para la salud de otras especies. Lo anterior, intensificaría los controles para asegurar que las exportaciones cumplan los requerimientos de inocuidad, lo que causaría mayores costos para los productores.
Si bien hasta ahora no hay soluciones contundentes para esta enfermedad, desde el grupo de investigación Cibiop, de la Universidad Eafit, se viene trabajando en buscar mecanismos biotecnológicos que contrarresten los efectos de este hongo.
Hace poco el grupo culminó la primera fase de un proyecto con Cenibanano - Augura para el tratamiento de los suelos afectados por Fusarium y se encontró formas de tratarlo, pero aún el estudio se encuentra en un nivel invernadero y no se ha escalado a campo.
“Cuando la planta es detectada con el hongo el cultivo inmediatamente queda en cuarentena y el suelo hay que tratarlo para eliminar el foco de contaminación, reducir el inoculo y evitar riesgo de diseminación. En este punto fue que desarrollamos el proyecto para tratar estos suelos infectados por Fusarium, a través herramientas biotecnológicas. Trabajamos con extractos bacterianos que tienen actividad contra el hongo. Tenemos resultados promisorios, pero hay que evaluarlos en campo. Encontramos que los extractos bacterianos reducían la población de Fusarium en los suelos significativamente y que esto incidía en que al sembrar nuevamente el porcentaje de plantas infectadas se redujera, pero en invernadero”, explica Valeska Villegas Escobar.
Se espera que teniendo en cuenta la confirmación de la presencia del hongo en el país se incremente la inversión en investigación y desarrollo para avanzar en soluciones efectivas que permitan hacerle frente a este microorganismo.
De acuerdo con el presidente de Augura, Emerson Aguirre, hay sospecha de síntomas de marchitez en cultivos de banano en La Guajira.
El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) está realizando todos los estudios de laboratorio para confirmar o descartar la presencia de la enfermedad. “Por ahora, tomamos con seriedad esta alerta temprana, que nos llevó a reforzar las medidas de bioseguridad determinadas por el ICA y establecidas de tiempo atrás por el gremio bananero. En ese sentido, hemos reforzado entre nuestros afiliados, productores y comercializadores la aplicación del protocolo fitosanitario, y el ICA ha tomado las decisiones necesarias para proteger la producción nacional”, relató el presidente.
Es pertinente enfatizar en que ningún predio afiliado a Augura en la zona del Magdalena o Urabá, ha presentado la sintomatología de esta enfermedad.
Por su parte, la gerente de la entidad agropecuaria, Deyanira Barrero León, afirmó: “El ICA ha venido actuando con toda la celeridad y la diligencia para el manejo de esta sospecha en la zona de la afectación y en el resto del país en donde hay siembras de banano o plátano. Estamos esperando resultados de pruebas de diagnóstico del agente patógeno, el cual toma cerca de 30 días entre las pruebas confirmatorias y complementarias”.
· La Unión Europea continúa siendo el principal destino del banano colombiano, con un 65% de las exportaciones, mientras que el Reino Unido y los Estados Unidos cada uno representan el 17% del mercado.
· Los productores y comercializadoras afiliadas a la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura) representan el 78% del total del volumen y valor exportado del país en 2018. Ellos cerraron el 2018 con una producción de 101,4 millones de cajas de banano, incrementándose un 3,52% en volumen, que equivalen a US$ 868,7 millones.
· 679 afiliados tienen Augura entre productores y comercializadoras en el ámbito nacional.
· El precio FOB (Free On Board, libre a bordo, puerto de carga convenido) promedio del banano se ubicó en US$8,58 por caja, inferior en 0.57% respecto al año 2017, cuando fue de US$8.63 por caja.
· En el año 2018, la comercializadora que presentó mayores exportaciones en Colombia fue Unibán, con 37.2 millones de cajas, y una participación del 37 %; seguida por Tecbaco, con 15 millones de cajas, participando con el 14,9%; en el tercer renglón se ubicó Banacol, con 14,9 millones de cajas, participando con el 14,8%.
· Las exportaciones de banano desde la región de Urabá fueron de 66.7 millones de cajas por valor de US$ 561.4 millones.
· El ICA tiene registrados 5.895 predios productores de plátano en 13 departamentos del país, con un área total de 47.853,3 hectáreas.